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                                                                                                                                La primera presidenta de Colombia es negra y bonita (Cuentos de sábado en la tarde)

                                                                                                                                Soy Yuri Jiménez, creo que he perdido todo menos mi nombre. Mis enemigos me llaman negra bruta, otros creen que mi talento está debajo de mis dos piernas y hay quienes les molesto por ser mujer.

                                                                                                                                Carolina Sánchez

                                                                                                                                Imagen de referencia.
                                                                                                                                Foto: Pixabay
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Se alegran al saber cómo esta pequeña que tiene pinta de piojito, muy pintoresca, con tan solo 1,50 metros de estatura, se ha colado en un mundo de pocas mujeres y muchos hombres.

                                                                                                                                Ahora, recostada en la cama, recuerdo mi vida antes de llegar dónde estoy, ¡qué vida! Podía salir a recorrer las calles en mi moto, amo la velocidad, salir sin preocuparme y reír con mis amigas. Saludaba a mis vecinos con quienes en ocasiones chismeaba.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Escritores analizan literatura en mundo postapocalíptico en la Bienal Mario Vargas Llosa

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Dicen que soy un poco ruda y autoritaria, pero no es que quiera, me toca. No saben que las mujeres en el poder debemos vernos siempre fuertes, sino dicen que nos ganan las emociones, el sentimiento, el sexo débil. Si se lucha por algo se debe ser firme; no me gusta que crean que soy débil y menos que parezca que por mi belleza puedo conseguir las cosas: yo también tengo talento.

                                                                                                                                Recuerdo ese domingo 20 de julio mientras veía cinco noticieros de forma simultánea y escuchaba a mi asesor de prensa, a mi hijo, gente que ni conocía dándoselas de amigos y sólo eran gallinazos de turno buscando la mejor presa.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: “Estar en el Festival de Cannes es una necesidad para nuestra industria”

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                                                                                                                                Estaba en mi barrio “el que me vio crecer con tarima”, pantalla plana, un mar de gente apoyándome cuando ni siquiera había dado el resultado esperado y medio barrio ya estaba sumergido en un éxtasis de licor, se podía ver a la gente flotando en su deleite.

                                                                                                                                Dieron el resultado, el boletín de prensa número 16, la última vez que me reí.

                                                                                                                                El registrador daba la gran noticia: por primera vez una pequeña de un barrio humilde, sindicalista, negrita, conocida como el piojito, llega a tan alto cargo, dijo el funcionario mientras me describe sin decir mi nombre. No sé por qué me puso en tan bajo concepto; me estaría haciendo bullying por ser mujer o por mi color de piel, todo podría ser.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Sentí susto, pero grité: ¡que viva la libertad carajo! ¡Es hora de gobernar como es!

                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Sí, yo.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Podría interesarle leer: Enrique Bunbury: “Volver a la mirada interior fue un alivio”

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Llegué a pensar que la fiesta de semejante noticia duraría un año, pero no fue así. Rápidamente, nos tocó ponernos a trabajar, teníamos el país encima de los hombros, de ese tamaño era el peso de la noticia que daba hoy el registrador. No había empezado y ya me estaban llamando “los gallinazos”.

                                                                                                                                Comienza la persecución de puestos y me recordaron que si estaba en esa posición era gracias a ellos, esa gente comenzó a pedir hasta lo que no había.

                                                                                                                                Un primo de un primo de un primo que fue novio mío, trabajó en la campaña y les ha prometido hasta lo inimaginable a esta gente. No sé de dónde tenía tantas amistades; recordé por un instante cuando era opositora del gobierno que la gente no me seguía, no tenía enemigos, no hablaban mal de mí, pero ahorita… Llueve sobre mojado.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Podría interesarle leer: María Martínez: “La ficción es una gran herramienta para educar”

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El revolcón que se formó fue inmediato; apoyo total de las mujeres, pero los hombres comenzaron a revelarse con toda clase de insultos, comenzaron a aparecer muchas mujeres asesinadas, el acoso hacia mi familia era constante y por momentos me sentí sola.

                                                                                                                                Me sentía cansada como ahora. Así que muchas mujeres por miedo no salieron a protestar conmigo y yo me sentía desfallecer, no tenía quién levantará mis manos, todo el mundo estaba hoy en mi contra.

                                                                                                                                Después vinieron las llamadas de acoso que pedían mi renuncia.

                                                                                                                                Mi cabeza daba vueltas y recordé que yo lo que quería era ser doctora. Rompí en un mar de llanto, casi no tenía tiempo para dormir, duré semanas sin ver a mi hijo y no supe qué hacer.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los funcionarios que hacen parte de mi gabinete poco a poco me traicionan, otros salen en escándalos de corrupción y mi mundo como la primera presidenta de Colombia es cargar las tres cordilleras que nos rodean en la mañana, en la tarde y en la noche.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo celebra 13 años de magia escénica

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Mi nombre ya está rayado en todos los diarios de país y tan degradado está, que no quería escucharlo más.

                                                                                                                                Nuevamente, me miro al espejo y me digo a mí misma, en qué momento me metí en este cuento, he bajado tanto de peso que parezco un hilo dental. Duermo dos horas porque debo salir de urgencia al aeropuerto donde me espera un avión que me llevará rumbo a Guatemala donde me reuniré en un congreso que defiende los derechos de la mujer.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Mientras tanto, mi chofer, pasa por mí con una fila de guardaespaldas y policías. Hacen paso para cuidar mi vida; escucho el ruido de una moto DT 125, su sonido me transporta a mi barrio, el joven se detiene al frente con su parrillera, una joven más o menos de unos 17 años o mucho menor. Veo cómo ella desliza su mano en la cintura, saca una nueve milímetros y dispara al carro donde venía y ¡TAS!, ¡TAS!, ¡TAS! Fueron tres, los escuché en lo más profundo, mi cuerpo se comenzó a deslizar en la parte de atrás del carro y poco a poco comencé a perder el sentido.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: La película “La Maternal”, un espejo y herramienta para mujeres del Pacífico colombiano

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                                                                                                                                Yo me desconecté,

                                                                                                                                pierdo todo el sentido de mi cuerpo,

                                                                                                                                me fui quedando dormida…. Como cuando el aliento de dragón de aquel empresario, muy adinerado, me privaba.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Abrí los ojos después de cuatro días y la única persona que estaba conmigo era mi pequeño hijo. Al escuchar ¡mamá!, me despertó.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: Balance de la reunión entre Gustavo Petro y representantes del sector cultural

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                                                                                                                                Llevas cuatro días en coma, mamá.

                                                                                                                                — ¿En coma? ¿Y los guardaespaldas sobrevivieron?

                                                                                                                                ¿Cuáles guardaespaldas mamá?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                — Los que tiene la primera presidenta de este país, le contesté con ínfulas de poder infinito

                                                                                                                                ¿Ama, vos te me estás tostando de la cabeza? Enfermera, enfermera, vengan a ver a mi mamá y oprimió el botón de pánico ¿Acaso no recuerdas nada? Por estar manejando esa moto a más de 100 casi te mata una tractomula y por poco te parte en dos.

                                                                                                                                — Oí a éste, le respondí. Si el estruendo que escuché era de balas, tres balazos.

                                                                                                                                En medio de la somnolencia, la confusión entre motos, tractomulas, políticos y guardespaldas, sonreí, pero esta vez fue de verdad.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Mirar en el espejo de tu alma te hace recordar que muchas de las cosas que no te gustan, están dentro de ti.

                                                                                                                                Autobiografía de la autora del cuento:

                                                                                                                                Me defino como una mujer fuerte y eso se debe a que soy Sánchez, un apellido que llevo con mucho orgullo. Sánchez somos y la quinta generación de mujeres fuertes que han tenido que enfrentar la vida solas. Soy Carolina, que significa dotada de inteligencia, mujer valiente. Parece lugar común, pero no, el significado de mi nombre me define.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

                                                                                                                                Imagen de referencia.
                                                                                                                                Foto: Pixabay
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Se alegran al saber cómo esta pequeña que tiene pinta de piojito, muy pintoresca, con tan solo 1,50 metros de estatura, se ha colado en un mundo de pocas mujeres y muchos hombres.

                                                                                                                                Ahora, recostada en la cama, recuerdo mi vida antes de llegar dónde estoy, ¡qué vida! Podía salir a recorrer las calles en mi moto, amo la velocidad, salir sin preocuparme y reír con mis amigas. Saludaba a mis vecinos con quienes en ocasiones chismeaba.

                                                                                                                                Le sugerimos leer: Escritores analizan literatura en mundo postapocalíptico en la Bienal Mario Vargas Llosa

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                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Dicen que soy un poco ruda y autoritaria, pero no es que quiera, me toca. No saben que las mujeres en el poder debemos vernos siempre fuertes, sino dicen que nos ganan las emociones, el sentimiento, el sexo débil. Si se lucha por algo se debe ser firme; no me gusta que crean que soy débil y menos que parezca que por mi belleza puedo conseguir las cosas: yo también tengo talento.

                                                                                                                                Recuerdo ese domingo 20 de julio mientras veía cinco noticieros de forma simultánea y escuchaba a mi asesor de prensa, a mi hijo, gente que ni conocía dándoselas de amigos y sólo eran gallinazos de turno buscando la mejor presa.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: “Estar en el Festival de Cannes es una necesidad para nuestra industria”

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                                                                                                                                Estaba en mi barrio “el que me vio crecer con tarima”, pantalla plana, un mar de gente apoyándome cuando ni siquiera había dado el resultado esperado y medio barrio ya estaba sumergido en un éxtasis de licor, se podía ver a la gente flotando en su deleite.

                                                                                                                                Dieron el resultado, el boletín de prensa número 16, la última vez que me reí.

                                                                                                                                El registrador daba la gran noticia: por primera vez una pequeña de un barrio humilde, sindicalista, negrita, conocida como el piojito, llega a tan alto cargo, dijo el funcionario mientras me describe sin decir mi nombre. No sé por qué me puso en tan bajo concepto; me estaría haciendo bullying por ser mujer o por mi color de piel, todo podría ser.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Sí, yo.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La que siente empatía por los demás y cae mal cada vez que habla en defensa de los derechos de la mujer. La que con su discurso rompe la matriz de cualquier embarazada, la fuerte, valiente, sin miedo a enfrentar a sus más grandes opositores.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: Enrique Bunbury: “Volver a la mirada interior fue un alivio”

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Llegué a pensar que la fiesta de semejante noticia duraría un año, pero no fue así. Rápidamente, nos tocó ponernos a trabajar, teníamos el país encima de los hombros, de ese tamaño era el peso de la noticia que daba hoy el registrador. No había empezado y ya me estaban llamando “los gallinazos”.

                                                                                                                                Comienza la persecución de puestos y me recordaron que si estaba en esa posición era gracias a ellos, esa gente comenzó a pedir hasta lo que no había.

                                                                                                                                Un primo de un primo de un primo que fue novio mío, trabajó en la campaña y les ha prometido hasta lo inimaginable a esta gente. No sé de dónde tenía tantas amistades; recordé por un instante cuando era opositora del gobierno que la gente no me seguía, no tenía enemigos, no hablaban mal de mí, pero ahorita… Llueve sobre mojado.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Aparezco en todas las revistas de chismes de la farándula y ya no sé cuántos amantes tengo ni cuántas cirugías me achacan, pero eso sí, les aclaro que estas pechugas y esta cola es genética pura.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: María Martínez: “La ficción es una gran herramienta para educar”

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El revolcón que se formó fue inmediato; apoyo total de las mujeres, pero los hombres comenzaron a revelarse con toda clase de insultos, comenzaron a aparecer muchas mujeres asesinadas, el acoso hacia mi familia era constante y por momentos me sentí sola.

                                                                                                                                Me sentía cansada como ahora. Así que muchas mujeres por miedo no salieron a protestar conmigo y yo me sentía desfallecer, no tenía quién levantará mis manos, todo el mundo estaba hoy en mi contra.

                                                                                                                                Después vinieron las llamadas de acoso que pedían mi renuncia.

                                                                                                                                Mi cabeza daba vueltas y recordé que yo lo que quería era ser doctora. Rompí en un mar de llanto, casi no tenía tiempo para dormir, duré semanas sin ver a mi hijo y no supe qué hacer.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Los funcionarios que hacen parte de mi gabinete poco a poco me traicionan, otros salen en escándalos de corrupción y mi mundo como la primera presidenta de Colombia es cargar las tres cordilleras que nos rodean en la mañana, en la tarde y en la noche.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: El Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo celebra 13 años de magia escénica

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                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Mi nombre ya está rayado en todos los diarios de país y tan degradado está, que no quería escucharlo más.

                                                                                                                                Nuevamente, me miro al espejo y me digo a mí misma, en qué momento me metí en este cuento, he bajado tanto de peso que parezco un hilo dental. Duermo dos horas porque debo salir de urgencia al aeropuerto donde me espera un avión que me llevará rumbo a Guatemala donde me reuniré en un congreso que defiende los derechos de la mujer.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Mientras tanto, mi chofer, pasa por mí con una fila de guardaespaldas y policías. Hacen paso para cuidar mi vida; escucho el ruido de una moto DT 125, su sonido me transporta a mi barrio, el joven se detiene al frente con su parrillera, una joven más o menos de unos 17 años o mucho menor. Veo cómo ella desliza su mano en la cintura, saca una nueve milímetros y dispara al carro donde venía y ¡TAS!, ¡TAS!, ¡TAS! Fueron tres, los escuché en lo más profundo, mi cuerpo se comenzó a deslizar en la parte de atrás del carro y poco a poco comencé a perder el sentido.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: La película “La Maternal”, un espejo y herramienta para mujeres del Pacífico colombiano

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                                                                                                                                Yo me desconecté,

                                                                                                                                pierdo todo el sentido de mi cuerpo,

                                                                                                                                me fui quedando dormida…. Como cuando el aliento de dragón de aquel empresario, muy adinerado, me privaba.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Abrí los ojos después de cuatro días y la única persona que estaba conmigo era mi pequeño hijo. Al escuchar ¡mamá!, me despertó.

                                                                                                                                Podría interesarle leer: Balance de la reunión entre Gustavo Petro y representantes del sector cultural

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                                                                                                                                ¡Está viva! Decían las enfermeras con júbilo.

                                                                                                                                — Obvio que estoy viva, respondí.

                                                                                                                                Llevas cuatro días en coma, mamá.

                                                                                                                                — ¿En coma? ¿Y los guardaespaldas sobrevivieron?

                                                                                                                                ¿Cuáles guardaespaldas mamá?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                — Los que tiene la primera presidenta de este país, le contesté con ínfulas de poder infinito

                                                                                                                                ¿Ama, vos te me estás tostando de la cabeza? Enfermera, enfermera, vengan a ver a mi mamá y oprimió el botón de pánico ¿Acaso no recuerdas nada? Por estar manejando esa moto a más de 100 casi te mata una tractomula y por poco te parte en dos.

                                                                                                                                — Oí a éste, le respondí. Si el estruendo que escuché era de balas, tres balazos.

                                                                                                                                En medio de la somnolencia, la confusión entre motos, tractomulas, políticos y guardespaldas, sonreí, pero esta vez fue de verdad.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Mirar en el espejo de tu alma te hace recordar que muchas de las cosas que no te gustan, están dentro de ti.

                                                                                                                                Autobiografía de la autora del cuento:

                                                                                                                                Me defino como una mujer fuerte y eso se debe a que soy Sánchez, un apellido que llevo con mucho orgullo. Sánchez somos y la quinta generación de mujeres fuertes que han tenido que enfrentar la vida solas. Soy Carolina, que significa dotada de inteligencia, mujer valiente. Parece lugar común, pero no, el significado de mi nombre me define.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖

                                                                                                                                Por Carolina Sánchez

                                                                                                                                Ver todas las noticias
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