La Reforma tributaria y el “ataque de la bandera falsa” del Centro Democrático
Argumentos a favor y en contra de la reforma tributaria por parte del Centro Democrático configuran un escenario llamado “el ataque de la bandera falsa”. ¿De qué trata?
Andrés Osorio Guillott
Además de la pandemia, el país está sumido en una crisis social y política. La aprobación de la reforma tributaria 2021 ha despertado la indignación de varios sectores que, pese al tercer pico del COVID-19, están decididos a irse a un nuevo Paro Nacional y a protestar este 28 de abril.
Lo curioso del escenario que ha rodeado a la reforma tributaria es que el mismo partido de gobierno, es decir, el Centro Democrático, en cabeza de Álvaro Uribe Vélez, ha planteado algunas críticas a la misma. Muchos se preguntan qué hay detrás de esa estrategia. Algunos, de manera coloquial, afirman en redes sociales que “el uribismo pretende salvarnos del uribismo”.
De hecho, Uribe dijo hace poco que “Proponemos un proyecto que no mueva el IVA, que no le cobre a los servicios públicos, tampoco a más pensiones de las que ya pagan; un proyecto que no impone cargas a los reducidos salarios de los ciudadanos de ingresos medios, que no afecte a los alimentos”. Todo lo que mencionó el expresidente es justo lo contrario a lo que se menciona en la reforma tributaria que aprobó el gobierno de Iván Duque.
La falacia del día, una cuenta de Twitter que se dedica a analizar desde la lógica opiniones y argumentos de personajes públicos, mencionó el pasado 26 de abril este caso de posturas contrarias del partido de gobierno con respecto a la reforma tributaria. Y sobre la polémica mencionó una estrategia denominada “ataque de la bandera falsa”.
Como bien lo menciona la cuenta, las banderas han sido desde siempre grandes símbolos patrios, símbolos que representan los valores más altos y la identidad de una nación o de un grupo específico. La bandera como objeto representa orgullo y se porta siempre bajo el sentido del honor.
La carga simbólica de la bandera es muy fuerte en ese sentido, y por ende desde siempre su uso y su acción de enaltecer sus principios representa un acto político, una manera de honrar la identidad y el significado de una nación. Es por eso que desde las guerras, mencionadas también en el hilo citado de la Falacia del día, este objeto ha sido también una forma de resaltar figuras heroicas y otros valores que exaltan la fuerza que, al parecer como imperativo, debe mostrar un país.
Puede leer: Carta de los festivales cinematográficos en contra de la reforma tributaria
El ataque de la bandera falsa es una estrategia o estratagema. Su significado nos dice que se trata de una acción violenta, agresión o rechazo que puedan ser atribuidas al enemigo y que sirvan como justificación para responder o actuar en contra de dichas acciones.
¿Ejemplos en la historia? Altos mandos nazis afirmaron años después de la Segunda Guerra Mundial haber realizado atentados contra el propio pueblo alemán para señalar a los polacos de haber sido los autores materiales y así justificar su invasión. En ese mismo contexto, el general Franz Halder admitió en el Juicio de Nüremberg que Hermann Goering, otro líder del nacionalsocialismo, incendió el Parlamento alemán en 1933 para acusar a los comunistas y así ensuciar la lucha política. Incluso los principios de la propaganda nazi, pensados por Joseph Goebbels, también tienen su relación con el ataque de la bandera falsa. El principio de la transposición, por ejemplo, dice: “Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
Pero en Colombia también ha habido todo tipo de casos. De la reforma tributaria como el caso más inmediato, en el que al parecer el gobierno la propone y el partido del mismo sugiere transformarla; pasando por el escándalo de los mal llamados falsos positivos que propiciaron la muerte de jóvenes inocentes para pasarlos como guerrilleros, hasta casos más específicos como lo pudo ser la masacre de La Rochela, ocurrida en enero de 1989. El asesinato de 16 funcionarios judiciales por parte de grupos paramilitares se vio, en primera instancia, como un acto perpetrado por la guerrilla debido a la alteración de la escena del crimen, pues en el jeep donde se transportaban algunos de los funcionarios tenía un mensaje en contra de los mismos paramilitares, hecho que podía justificar el aumento del pie de fuerza en la región de Caldas y un aumento a su vez de acciones de contraguerrilla que muchas veces terminaron en muertes de campesinos y gente inocente que no pertenecía a ningún bando del conflicto armado y resultaba señalada como colaboradores del bando enemigo.
El ataque de la bandera falsa resulta más común y más cercano de lo que creemos. Dicha estrategia ha servido en innumerables ocasiones para perpetuar la guerra. No ha sido utilizada por un único bando, ha sido utilizada por todos los agentes del conflicto armado y por varios protagonistas de la historia de nuestro país. Su uso es despiadado, pero nuevamente parece que los fines (en este caso políticos) justifican los medios.
Además de la pandemia, el país está sumido en una crisis social y política. La aprobación de la reforma tributaria 2021 ha despertado la indignación de varios sectores que, pese al tercer pico del COVID-19, están decididos a irse a un nuevo Paro Nacional y a protestar este 28 de abril.
Lo curioso del escenario que ha rodeado a la reforma tributaria es que el mismo partido de gobierno, es decir, el Centro Democrático, en cabeza de Álvaro Uribe Vélez, ha planteado algunas críticas a la misma. Muchos se preguntan qué hay detrás de esa estrategia. Algunos, de manera coloquial, afirman en redes sociales que “el uribismo pretende salvarnos del uribismo”.
De hecho, Uribe dijo hace poco que “Proponemos un proyecto que no mueva el IVA, que no le cobre a los servicios públicos, tampoco a más pensiones de las que ya pagan; un proyecto que no impone cargas a los reducidos salarios de los ciudadanos de ingresos medios, que no afecte a los alimentos”. Todo lo que mencionó el expresidente es justo lo contrario a lo que se menciona en la reforma tributaria que aprobó el gobierno de Iván Duque.
La falacia del día, una cuenta de Twitter que se dedica a analizar desde la lógica opiniones y argumentos de personajes públicos, mencionó el pasado 26 de abril este caso de posturas contrarias del partido de gobierno con respecto a la reforma tributaria. Y sobre la polémica mencionó una estrategia denominada “ataque de la bandera falsa”.
Como bien lo menciona la cuenta, las banderas han sido desde siempre grandes símbolos patrios, símbolos que representan los valores más altos y la identidad de una nación o de un grupo específico. La bandera como objeto representa orgullo y se porta siempre bajo el sentido del honor.
La carga simbólica de la bandera es muy fuerte en ese sentido, y por ende desde siempre su uso y su acción de enaltecer sus principios representa un acto político, una manera de honrar la identidad y el significado de una nación. Es por eso que desde las guerras, mencionadas también en el hilo citado de la Falacia del día, este objeto ha sido también una forma de resaltar figuras heroicas y otros valores que exaltan la fuerza que, al parecer como imperativo, debe mostrar un país.
Puede leer: Carta de los festivales cinematográficos en contra de la reforma tributaria
El ataque de la bandera falsa es una estrategia o estratagema. Su significado nos dice que se trata de una acción violenta, agresión o rechazo que puedan ser atribuidas al enemigo y que sirvan como justificación para responder o actuar en contra de dichas acciones.
¿Ejemplos en la historia? Altos mandos nazis afirmaron años después de la Segunda Guerra Mundial haber realizado atentados contra el propio pueblo alemán para señalar a los polacos de haber sido los autores materiales y así justificar su invasión. En ese mismo contexto, el general Franz Halder admitió en el Juicio de Nüremberg que Hermann Goering, otro líder del nacionalsocialismo, incendió el Parlamento alemán en 1933 para acusar a los comunistas y así ensuciar la lucha política. Incluso los principios de la propaganda nazi, pensados por Joseph Goebbels, también tienen su relación con el ataque de la bandera falsa. El principio de la transposición, por ejemplo, dice: “Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
Pero en Colombia también ha habido todo tipo de casos. De la reforma tributaria como el caso más inmediato, en el que al parecer el gobierno la propone y el partido del mismo sugiere transformarla; pasando por el escándalo de los mal llamados falsos positivos que propiciaron la muerte de jóvenes inocentes para pasarlos como guerrilleros, hasta casos más específicos como lo pudo ser la masacre de La Rochela, ocurrida en enero de 1989. El asesinato de 16 funcionarios judiciales por parte de grupos paramilitares se vio, en primera instancia, como un acto perpetrado por la guerrilla debido a la alteración de la escena del crimen, pues en el jeep donde se transportaban algunos de los funcionarios tenía un mensaje en contra de los mismos paramilitares, hecho que podía justificar el aumento del pie de fuerza en la región de Caldas y un aumento a su vez de acciones de contraguerrilla que muchas veces terminaron en muertes de campesinos y gente inocente que no pertenecía a ningún bando del conflicto armado y resultaba señalada como colaboradores del bando enemigo.
El ataque de la bandera falsa resulta más común y más cercano de lo que creemos. Dicha estrategia ha servido en innumerables ocasiones para perpetuar la guerra. No ha sido utilizada por un único bando, ha sido utilizada por todos los agentes del conflicto armado y por varios protagonistas de la historia de nuestro país. Su uso es despiadado, pero nuevamente parece que los fines (en este caso políticos) justifican los medios.