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El presidente de la Junta Constructora de este templo católico, Esteve Camps, afirmó este miércoles que tienen la "ilusión" de terminar la obra en diez años, pero todo dependerá de las negociaciones y permisos de la Administración.
"Tenemos la ilusión de que en diez años podremos acabar la parte constructiva, la verticalidad", explicó Camps en una rueda de prensa, dejando claro que la finalización de la ornamentación podría demorarse más tiempo.
"Como herederos" del arquitecto español Antoni Gaudí (1852-1926), considerado uno de los genios del modernismo, que proyectó el templo, su voluntad es seguir el proyecto "tal y como él lo dejó escrito", sin renunciar a elementos como una escalinata que podría implicar algunas expropiaciones que dependen de la Administración.
"Seguro que si nos sentamos a hablar y hay diálogo, habrá un acuerdo", apuntó Camps frente a un cartel con el lema en catalán "T'acabarem" (Te acabaremos).
La Junta Constructora se compromete a que en 2025 habrán terminado los trabajos de la capilla de Asunta y de la Torre de Jesús, para su inauguración oficial en 2026, cuando se cumplirán cien años del fallecimiento del arquitecto.
El Patronato de la Sagrada Familia ha remitido al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, una petición para que 2026 sea el año Antoni Gaudí.
En 2023 hubo un incremento de visitantes del 24,5 % respecto a 2022, con casi un millón de visitantes más de un total de algo más de 4,7 millones que disfrutaron del templo.
La nacionalidad que más visitó el templo fue la estadounidense (19,4 %), por delante de otras como la española (14,6 %).
La basílica comenzó a erigirse en 1882 y su construcción se financia con donaciones. La parte que llegó a construir el propio Gaudí fue declarada en 2005 patrimonio de la humanidad por la Unesco.