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El filme es uno de los cinco nominados este jueves a mejor película en habla no inglesa en los premios BAFTA de la academia del cine británica.
Bayona protagonizó en Zaragoza (España) un encuentro con unas 1.400 personas para reflejar la experiencia de los dieciséis supervivientes y de los otros compañeros que iban en el avión y no superaron los 72 días de frío: "Quería encontrar el denominador común de personalidades diferentes, confiando en el relato y entendiendo aquello por lo que habían pasado".
Todo comenzó en 2011, cuando envió un mensaje a los supervivientes tras leer la obra del uruguayo Pablo Vierci: "Quería pedir permiso para hablar sobre esto y compartirles esa culpa de haber vivido una vida que ellos no tuvieron".
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"Parte del ejercicio es recuperar la memoria de los fallecidos y no cabía la posibilidad de no poder usar los nombres. Eso sí, había como una especie de frontera y separación. Después de hacer el pase el 1 de septiembre con ellos, creo que se mitigó, se unieron y les ayudó a procesar esos duelos de manera particular", indicó.
No obstante, aseguró que lo que más le impresionó del libro fue el discurso que tiene sobre el ser humano llevado al límite y de cómo, en ese momento, se une para ayudarse.
"Estamos rodeados de cierto cinismo y escepticismo y el contar cómo el ser humano en esos momentos se abre al otro y se entrega, ayuda y colabora es un discurso que yo abrazo", resaltó.
Aunque considera que él "solo ha ayudado a hacer llegar el mensaje del libro", remarcó que el trabajo fue enfocado en poner en valor "esa decisión tan generosa de entregar tu cuerpo en vida", así que "lo que pueda entenderse como una situación escabrosa se empieza a ver como un momento extremo".
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"La forma que tuvieron de entregarse unos a otros está en el relato. Hay otra forma de entender el heroísmo desde otros roles que no sea el guerrero que salva a toda la tribu, sino de aquel que posibilita al guerrero o que le da el rol al guerrero", dijo.
Sin embargo, uno de sus propósitos fue cambiar el relato, enfocarse en lo espiritual, demostrar "cómo a través de la herida nos curamos" y dar importancia a aquellos que no habían sobrevivido y a la idea de grupo, sin protagonistas ni voces importantes.
"Es una historia que habla de darse al otro hasta la máxima consecuencia. La muerte de Numa se podía sentir como una estafa, pero para que el público apreciara la vida como los supervivientes tenía que morir por el camino, con él", subrayó.
En cuanto a este personaje, Bayona destacó que "siempre provocó mucha curiosidad", porque todos los supervivientes y familias de fallecidos lo recuerdan con "buenas palabras y como la persona que más dio por el grupo", a pesar de no regresar y quedarse en la orilla. "Tenían deudas con los muertos", agregó.
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Casting y dónde se grabó La Sociedad de la Nieve
En cuanto al 'casting', en el que vio a más de 2.000 actores durante siete meses, destacó que tener la "suerte" de entrevistarse con los supervivientes en 2018 le ayudó a hacerse una idea "aproximada" de la personalidad de cada uno de ellos.
"Buscaba cierto parecido físico, aunque no era la prioridad, y características similares a la personalidad", añadió.
‘La sociedad de la nieve’, que se rodó durante 140 días en escenarios reales en España para obtener una mayor autenticidad, es una película “dura y difícil” por la historia, la meteorología y la accesibilidad, pero “lo más importante siempre fue conseguir una experiencia inmersiva y demostrar que, al fin y al cabo, todos somos lo mismo”.