“La vorágine” parece recobrar su vigencia en tiempos en los que la naturaleza vuelve a ser protagonista en la literatura a escala mundial.
Foto: Éder Leandro Rodríguez
Nuestra educación ha cometido por años el error de obligarnos a leer ciertos libros a una edad en la que puede resultar difícil entenderlos no solo en su trama, sino también en cuanto a su importancia. La vorágine ha sido una de esas novelas sacrificadas por nuestro sistema educativo, pues será muy difícil que a los 12, 13 o 14 años comprendamos la historia que José Eustasio Rivera escribió en 1924 sobre Arturo Cova y la expedición en la que termina envuelto, que sirve como denuncia de la violencia y la explotación cauchera en las regiones...