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Hace algo más de cuatro años, el 10 de septiembre de 2017, cinco mil devaluados pesos empezaron a cambiar la historia del freestyle (rap) colombiano. Ese día en el parque Nueva Tequendama #3, en el sur de Cali, Maribel Camilo Gómez (Marithea) ganó la segunda fecha de Verso Pesado, un torneo de freestyle callejero.
Aquella noche Marithea solo quería ir a ver batallas. No tenía intenciones de participar y, de hecho, la idea del retiro le venía taladrando la cabeza. Aunque a ella poco le interesa reclamar aplausos en ese sentido, eso de querer figurar en el rap, un mundo monopolizado por los hombres, no estaba resultando nada fácil.
Aunque los organizadores del evento le insistieron que se inscribiera, Marithea, que entonces tenía 19 años, les respondió con un rotundo no y se fue a dar una vuelta por el parque mientras se iniciaba el torneo. Le invitamos a leer: Marithea a su equipo antes de la batalla con Aczino: “¿Y si me dan una paliza?”
Ana Gómez, mamá de Marithea, en contra de la voluntad de su hija, pagó los $5.000 de la inscripción. Cuando iba a iniciar la competencia Marithea se enteró que ya estaba inscrita en un torneo en el que no quería participar.
Thea terminó ganando el evento. El video de la batalla final: Shein vs. Marithea tiene 53.900 visualizaciones en YouTube, uno de los videos más vistos en el canal de Verso Pesado, pero una cifra que resulta risible a la luz del interés que hoy despiertan sus intervenciones en el circuito. Su batalla con Lokillo, por ejemplo, en la más reciente edición de Red Bull Colombia, suma más de dos millones de reproducciones.
Shein vs. Marithea
Esa batalla en el sur de Cali llegó a la pantalla del peruano Humberto Bejarano Delgado, más conocido como HBD, un reconocido realizador de contenido sobre batallas de freestyle que en su video “ocho raperos increíbles que no conocías” incluyó las respuestas furiosas, las rimas estructuradas y las respuestas ígneas de una rapera de saco azul que hacía freestyle con el poder de un fenómeno astrológico.
“En la actualidad hay relativamente muy pocas mujeres en las batallas de rap, lo cual no significa en absoluto que no exista calidad. Ella es una rapera muy inteligente. Sus rimas suelen desembocar en el estridente grito del público”, dijo HBD antes de presentarle al mundo a Marithea.
Además: Marithea, más allá de los titulares y un campeonato nacional de freestyle
“Me iba a retirar. No me sentí valorada en el panorama y no le veía sentido a la competencia, pero ese video me devolvió la fe”, dijo la caleña en una charla con el MC español Manuel Rozas Castro (Force).
Lo que sigue ya es parte de la historia de esta disciplina en Colombia. En 2019 Marithea fue la primera mujer en el mundo en ganar un regional de Red Bull, en 2020 se convirtió en la primera mujer en quedarse con un título internacional de freestyle cuando ganó en Bolivia Combatemática, este año, el 11 de septiembre, escribió su nombre en la historia de Red Bull Batalla Colombia al ser la primera mujer en quedarse con este título y en 2022 será la única en la primera edición de Freestyler Master Series (FMS), el campeonato con origen en España que se realizará en Colombia el año que viene. No solo por esto sino también por ello, Marithea aterrizó este año con autoridad telúrica en el circuito internacional de freestyle.
Una charla de El Espectador con Marithea
La batalla que Marithea tuvo contra el mexicano Mauricio Hernández (Aczino), tal vez el freestyler más grande de la historia de esta disciplina, en la God Level Grand Slam, el mundial de la especialidad que se disputó en México en noviembre pasado, es una muestra irrefutable de la llegada de la MC colombiana a la élite de la improvisación rap. En ese mismo torneo le dijo en su cara al rapero español Chuty, a quien le dicen dios, que era su madre. La madre de dios. Y a Aczino, a quien le dicen el diablo, que era su abuela. La abuela del diablo.
Pero para ser totalmente honestos siempre me pareció que a la caleña le incomodó que se hablara más de ella por ser mujer que por ser rapera. Por momentos, que no son pocos, medios, competidores y público en general prefirieron valorarla - o cuestionarla - por ser mujer, antes de encumbrarla por el poder de sus respuestas, su ingenio o la coherencia de sus rimas a la hora de improvisar. Entonces optaron por el camino fácil. Ella prefirió siempre el más largo, el complejo. El que nadie más había recorrido.
“El 90 % de las personas que están en freestyle son hombres. Público, competidores, jurados. La gente piensa que uno solo gana porque es mujer y que los eventos favorecen a las mujeres solo para que se les reconozca por la inclusión, eso hace las cosas más difíciles”, me dijo Marithea en enero del 2020.
En el escenario Marithea camina despacio, pero piensa rápido. Cuando agarra el micrófono da la sensación de que algo, quizá un demonio, se apodera de ella. Su mano derecha se mueve con la misma velocidad que lo hacen sus pensamientos y su lengua. No disimula nada. Si está nerviosa tanto el público como su oponente se dan cuenta. Eso, aunque parezca una debilidad, en realidad, dice, es una virtud.
“Nadie espera las respuestas, porque asumen que estoy asustada. Mi fuerte, como pasa con los raperos españoles, es el ingenio. Mi estilo no es asumir las batallas solo con insultos, sino que intento hacer rimas con contenido. Con mensaje”.