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¿Cómo fue el 2024 para la Dirección de Audiovisuales, Cine y Medios Interactivos del Ministerio de las Culturas?
Esta dirección implica un gran ecosistema que recoge todo lo que ha venido de la cinematografía y del mundo de la comunicación con enfoque comunitario, popular y también todo lo que implica lo digital. Lo que hemos querido que pasara es generar procesos y líneas de trabajo que tuvieran un gran impacto territorial. Eso significaba generar actividades en municipios apartados históricamente con enfoque poblacional y étnico, a través de procesos de formación en radio, en creación de contenidos audiovisuales, mediación audiovisual y cinematográfica, creación y de fortalecimiento de las radios comunitarias, generación de procesos de circulación y promoción del cine colombiano, procesos patrimoniales, de patrimonio audiovisual y fortalecimiento de archivos audiovisuales de distintos lugares del país.
¿Cómo ha cambiado la aproximación del público al cine colombiano durante el último año?
Creo que hemos ido ganando en entender que el cine colombiano no es un género y que su público no es uno solo. Eso significa que podemos seguir trabajando en nichos de públicos y estrategias de promoción y mercadeo sin miedo para la creación y acercarnos a esos nichos. Es un proceso de aprendizaje en el que estamos.
Usted se posesionó en septiembre de 2023. ¿Con qué objetivos llegó al cargo?
Llegué con varias metas alrededor del fortalecimiento del cine colombiano y su relación con los públicos. Eso es algo que hace parte de mi vocación y para mí es esencial también un trabajo mancomunado del Ministerio de las Culturas con el Ministerio del Trabajo y asociaciones, gremios y sindicatos para el mejoramiento de las condiciones de trabajo laborales del sector del audiovisual y la cinematografía. Otro objetivo es el robustecimiento de los procesos de comunicación con enfoque comunitario, ciudadano y popular, con una línea alrededor del cine comunitario como un espacio donde las comunidades se pueden juntar para que, a través de las narrativas del audiovisual, poder superar problemáticas que les son comunes.
¿Cómo ha cambiado su percepción de lo audiovisual y las comunicaciones desde que llegó a esta dirección?
La experiencia de este año y tres meses me ha permitido ver que en Colombia hay más cine y audiovisual del que el sector audiovisual y cinematográfico está dispuesto a asumir. Hay cine con enfoque étnico creado por productores negros, afros, raizales, palenqueros; hay cine indígena, hay cine creado por las comunidades, hay cine que se hace con enfoque comunitario y es un cine bastante digno. Es importante que los grandes productores y directores de Colombia entendamos que ese cine mixto o cine biodiverso, como lo digo yo, es el mejor regalo que Colombia le puede dar al mundo.
¿Cuáles fueron sus retos más grandes este año?
Han sido varios y algunos de ellos tienen que ver con los retos que nos pusimos como Ministerio de las Culturas, alrededor de los pactos culturales por la vida y la paz. Esto implicó un trabajo de incidencia territorial articulado entre distintas áreas, en un solo territorio y con unas expectativas de la comunidad. Luego de la suscripción del pacto, lo que hicimos fue mantener una relación con nuestros interlocutores territoriales para que los procesos se afiancen y que no sea solo una actividad que se acaba. Otro desafío para mí fue haber supervisado toda la agenda cultural que se hizo en la COP16, junto al equipo asignado. Empezamos a trabajar en esto desde marzo y me pidieron supervisar la formulación de esa agenda. Durante octubre, nos dimos cuenta de que la biodiversidad no se puede proteger si no se tiene en cuenta la cultura y que la gente hace parte de los territorios; por eso es importante hablar de territorios bioculturales. La cultura, las artes, los saberes y los patrimonios son unos vehículos para dar a entender eso.
¿Cómo ve el panorama para 2025, teniendo en cuenta lo que ha pasado con el presupuesto?
Primero, no tenemos una razón específica de cuál es el valor del presupuesto que se va a aplazar. Entre tanto, lo importante es no entrar en caos y no caer en la incertidumbre, porque eso nos paraliza. Lo que necesitamos es entender nuestra misión básica y cómo con responsabilidad, creatividad y gestión podemos echarla a andar.
¿Con qué palabras describiría las historias que cuenta el audiovisual colombiano?
El audiovisual colombiano tiene sabor, tiene olor, tiene emoción, tiene tensión, tiene drama, tiene humor, muchas veces tiene suspenso, pero nunca carece de emoción.
¿Qué características cree que debe tener alguien que trabaje en el campo audiovisual colombiano?
Yo creo que estamos en un momento en el que tenemos que preguntarnos por el rol de las personas que están detrás de la creación de contenidos y que tienen una cuenta con un número significativo de seguidores. Creo que la comunicación está en un momento de degradación, porque hemos perdido el sentido de responsabilidad del impacto que tiene poner a circular un contenido que hable de cualquier tema. Si no estamos aportando valor o sumando a los discursos de odio, esto es realmente aportar a un momento de tensión y hostilidad que es insostenible en el tiempo. Mi contrapeso es mantener la pregunta por cuál es nuestra responsabilidad, cuál es el efecto que puede llegar a tener esta creación o contenido, y cómo puedo sumar a una sociedad más equitativa, respetuosa y menos hostil.