El entrenador de dos colombianos que podrían clasificar a los Olímpicos
Se dice que detrás de todo gran deportista hay un gran entrenador. Jossimar Calvo y Ángel Barajas, quienes están cerca de conseguir un cupo para los Juegos Olímpicos de París 2024 y brillan en el escenario internacional, lo confirman. Jairo Ruiz Casas, su instructor, habló sobre el camino que han recorrido.
Samuel Sosa Velandia
¿Cómo ha sido el proceso de preparación para este ciclo olímpico?
Nosotros optamos por el sistema de clasificación actual que es por evento o por aparato, porque en el Mundial pasado Jossimar Calvo no pudo estar, ya que estaba saliendo de una lesión de un miembro superior del hombro. Entonces, tanto él, como Ángel Barajas, quien se encuentra liderando el ranking de puntuación con 48 puntos, seguido de Calvo con 42, están bajo esta modalidad. Aspiramos pasar a la primera ronda clasificatoria en Doha (Qatar) y ya estando entre los ocho mejores, nos queda solo desearles la mejor de las suertes a los dos, porque desafortunadamente solo pasa uno por país. Sin embargo, tenemos otra oportunidad en barra fija, donde Barajas va de tercero, y si él clasifica, le cede el paso a su compatriota. Es decir, que tendríamos dos gimnastas por Colombia, lo cual sería histórico.
Le sugerimos leer: “El Icetex me enseñó sobre el egoísmo de las capitales colombianas”: Mauricio Toro.
Además del entrenamiento físico. ¿Qué es importante para usted en esta fase?
La disciplina. Esa nunca se negocia, ya que es un componente fundamental en el estudio, el deporte y el trabajo. Si el plan de entrenamiento y los protocolos se respetan y se cumplen, siempre se va a llegar lejos. Todo entrenador que sea apasionado tiene como pilar la disciplina y más si quieres aspirar a estar entre los grandes.
¿Cómo es su relación con sus deportistas fuera del gimnasio?
En el entrenamiento soy muy exigente, porque la gimnasia es perfección y ejecución. Aquí no están tomando tiempo ni marca, sino que se evalúa la calidad del ejercicio. Sin embargo, fuera del gimnasio trato de compartir con ellos. A veces vamos por un helado, a comer o hacemos alguna caminata, para no caer en la monotonía y siempre mantenerlos motivados.
¿Qué pasa por su cabeza cuando los ve en competencia?
Si a nosotros nos va bien, la satisfacción es efímera. En realidad, es muy corta para tanto tiempo de trabajo. No obstante, ese el objetivo que siempre nos trazamos, todo está diseñado para llegar ahí. Quisiera tener todo el apoyo administrativo y logístico para que todo fuera más fácil. Pero por eso mismo, siempre estoy pensando en la estrategia y en el paso a seguir.
¿Es decir que no se toma mucho tiempo para celebrar las victorias?
Es que esto es como cuando usted prueba algo que le gusta, lo disfruta poco en el paladar. En mi cabeza siempre pienso en cómo poder obtener más. Ejemplo de eso, es lo que hemos logrado con Ángel Barajas, que con 17 años ya está posicionado como el mejor en paralelas y eso es un orgullo y una satisfacción, pero no es algo para relajarnos. Además, yo tengo otro reto y es que con mi labor también estoy ayudando a erradicar la pobreza en la que muchos de los deportistas crecen; entonces tengo que luchar y trabajar con las familias para que logremos desarrollar un deportista de alto rendimiento. Es lo que llamamos el entrenamiento invisible.
También puede leer: “Los problemas no son impedimentos, sino oportunidades”: Santiago Hoyos.
¿Y cómo se siente al ser un representante de Colombia ante el mundo?
Yo me siento muy orgullo de ser colombiano, pero también de representar a la Universidad de Pamplona, en donde tuve la oportunidad de estudiar, eso nunca va a cambiar. Son satisfacciones inmensas y que las llevaré hasta el final de mi vida, porque si algo he aprendido es el valor de la lealtad y la gratitud.
¿Qué ha cambiado en usted a lo largo de los más de 40 años que lleva formando deportistas?
Ha cambiado mi vida profesional, porque he logrado formarme académicamente. Tengo la gran complacencia de ser licenciado en educación física, de hacer una maestría en rendimiento, alto rendimiento y fisiología del ejercicio. El año pasado me gradué de un máster en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y ahora voy por un doctorado en la Universidad de Cienfuegos, en Cuba. Mi educación fue un objetivo que me tracé hace cerca de ocho años, porque quiero dejar el listón bien alto y que él que siga mis pasos lo pueda superar y mi trayectoria le sirva de modelo.
Usted ha sido el referente y maestro para muchos deportistas, ¿quién es el suyo?
El profesor Junsuke Iwai, que era entrenado de Antioquia. Con él compartimos casi 19 años por todo este mundo; unas veces él como entrenador principal y yo como asistente o viceversa. Iwai nos trajo grandes experiencias y satisfacciones, aunque siempre anheló tener un campeón mundial. Lastimosamente, murió el año pasado en enero y no cumplió su deseo, pero en abril que llegué a Colombia, después de ser campeón mundial, fui a donde están sus cenizas y le dediqué el triunfo.
¿Qué sueña para su carrera?
Primero que todo, le pido a mi Dios que me dé salud, porque si no estoy bien, no voy a poder lograr lo que anhelo y pienso. Segundo, yo aspiro con un pódium olímpico, que para este año tenemos dos oportunidades con Jossimar Calvo o con Ángel Barajas, y es que no sé si esté el otro ciclo olímpico, pues ya me es difícil por la edad.
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¿Cómo ha sido el proceso de preparación para este ciclo olímpico?
Nosotros optamos por el sistema de clasificación actual que es por evento o por aparato, porque en el Mundial pasado Jossimar Calvo no pudo estar, ya que estaba saliendo de una lesión de un miembro superior del hombro. Entonces, tanto él, como Ángel Barajas, quien se encuentra liderando el ranking de puntuación con 48 puntos, seguido de Calvo con 42, están bajo esta modalidad. Aspiramos pasar a la primera ronda clasificatoria en Doha (Qatar) y ya estando entre los ocho mejores, nos queda solo desearles la mejor de las suertes a los dos, porque desafortunadamente solo pasa uno por país. Sin embargo, tenemos otra oportunidad en barra fija, donde Barajas va de tercero, y si él clasifica, le cede el paso a su compatriota. Es decir, que tendríamos dos gimnastas por Colombia, lo cual sería histórico.
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Además del entrenamiento físico. ¿Qué es importante para usted en esta fase?
La disciplina. Esa nunca se negocia, ya que es un componente fundamental en el estudio, el deporte y el trabajo. Si el plan de entrenamiento y los protocolos se respetan y se cumplen, siempre se va a llegar lejos. Todo entrenador que sea apasionado tiene como pilar la disciplina y más si quieres aspirar a estar entre los grandes.
¿Cómo es su relación con sus deportistas fuera del gimnasio?
En el entrenamiento soy muy exigente, porque la gimnasia es perfección y ejecución. Aquí no están tomando tiempo ni marca, sino que se evalúa la calidad del ejercicio. Sin embargo, fuera del gimnasio trato de compartir con ellos. A veces vamos por un helado, a comer o hacemos alguna caminata, para no caer en la monotonía y siempre mantenerlos motivados.
¿Qué pasa por su cabeza cuando los ve en competencia?
Si a nosotros nos va bien, la satisfacción es efímera. En realidad, es muy corta para tanto tiempo de trabajo. No obstante, ese el objetivo que siempre nos trazamos, todo está diseñado para llegar ahí. Quisiera tener todo el apoyo administrativo y logístico para que todo fuera más fácil. Pero por eso mismo, siempre estoy pensando en la estrategia y en el paso a seguir.
¿Es decir que no se toma mucho tiempo para celebrar las victorias?
Es que esto es como cuando usted prueba algo que le gusta, lo disfruta poco en el paladar. En mi cabeza siempre pienso en cómo poder obtener más. Ejemplo de eso, es lo que hemos logrado con Ángel Barajas, que con 17 años ya está posicionado como el mejor en paralelas y eso es un orgullo y una satisfacción, pero no es algo para relajarnos. Además, yo tengo otro reto y es que con mi labor también estoy ayudando a erradicar la pobreza en la que muchos de los deportistas crecen; entonces tengo que luchar y trabajar con las familias para que logremos desarrollar un deportista de alto rendimiento. Es lo que llamamos el entrenamiento invisible.
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¿Y cómo se siente al ser un representante de Colombia ante el mundo?
Yo me siento muy orgullo de ser colombiano, pero también de representar a la Universidad de Pamplona, en donde tuve la oportunidad de estudiar, eso nunca va a cambiar. Son satisfacciones inmensas y que las llevaré hasta el final de mi vida, porque si algo he aprendido es el valor de la lealtad y la gratitud.
¿Qué ha cambiado en usted a lo largo de los más de 40 años que lleva formando deportistas?
Ha cambiado mi vida profesional, porque he logrado formarme académicamente. Tengo la gran complacencia de ser licenciado en educación física, de hacer una maestría en rendimiento, alto rendimiento y fisiología del ejercicio. El año pasado me gradué de un máster en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y ahora voy por un doctorado en la Universidad de Cienfuegos, en Cuba. Mi educación fue un objetivo que me tracé hace cerca de ocho años, porque quiero dejar el listón bien alto y que él que siga mis pasos lo pueda superar y mi trayectoria le sirva de modelo.
Usted ha sido el referente y maestro para muchos deportistas, ¿quién es el suyo?
El profesor Junsuke Iwai, que era entrenado de Antioquia. Con él compartimos casi 19 años por todo este mundo; unas veces él como entrenador principal y yo como asistente o viceversa. Iwai nos trajo grandes experiencias y satisfacciones, aunque siempre anheló tener un campeón mundial. Lastimosamente, murió el año pasado en enero y no cumplió su deseo, pero en abril que llegué a Colombia, después de ser campeón mundial, fui a donde están sus cenizas y le dediqué el triunfo.
¿Qué sueña para su carrera?
Primero que todo, le pido a mi Dios que me dé salud, porque si no estoy bien, no voy a poder lograr lo que anhelo y pienso. Segundo, yo aspiro con un pódium olímpico, que para este año tenemos dos oportunidades con Jossimar Calvo o con Ángel Barajas, y es que no sé si esté el otro ciclo olímpico, pues ya me es difícil por la edad.
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