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Los Óscar lo ganan las personas, no las máquinas

Crece la preocupación del sector audiovisual por el auge de la inteligencia artificial.

Laura Montes
28 de junio de 2024 - 12:00 a. m.
Premios Oscar
Premios Oscar
Foto: Archivo Particular

En unos años, el Premio de la Academia a Mejor Guion lo recibirá una inteligencia artificial. O al menos, eso es lo que teme la industria, que ya ha tomado cartas en el asunto. El año pasado, actores y guionistas marcharon para regular el uso de la IA en películas y series de televisión.

Hollywood en contra

En febrero de 2024, la actriz Helen Mirren recibió un reconocimiento por su carrera artística en los American Cinemateque Awards. En su discurso de agradecimiento, la intérprete sacó un papel y leyó en tono dramático un texto acartonado. Súbitamente, interrumpió la lectura y declaró: “esto fue escrito por una inteligencia artificial”; y lo rompió en pedazos a la vista del público. El auditorio del Beverly Hilton estalló en aplausos.

Y no es la única protesta connotada contra la invasión de los algoritmos. Los actores, guionistas y realizadores siempre velan por sus derechos ante la aparición de nuevos medios o formatos. Sin embargo, la inteligencia artificial no es ninguno de los dos.

La IA, y más específicamente la generativa – una tecnología capaz de producir contenido como imágenes, texto, y audio –, ofrece un sinfín de herramientas que, para algunos, podrían poner en jaque mate varios oficios de la industria audiovisual. “Sin luces, sin cámaras, toda la acción”, es la ingeniosa frase que reposa en la página web de Gen-2, el software de Runway Research que utiliza un modelo de difusión para crear videos realistas a partir de la descripción de un texto o de video a video, y un transformador para asegurar coherencia entre fotogramas.

Otras plataformas de software conocidas que usan el mismo modelo son Pika y Sora, el reciente lanzamiento de OpenAI, el creador también de ChatGPT. Todas ellas podrían, en un futuro, reemplazar a camarógrafos, luminotécnicos e incluso directores de fotografía, si no se regula su uso en el medio cinematográfico.

Ya se han creado cortometrajes con inteligencia artificial generativa, según informa MIT Technology Review. La productora de videos con base en Los Ángeles, Myles, realizó “Somme Requiem”, de dos minutos y medio de duración. Cada plano de este filme se creó de forma independiente con la herramienta de video generativo de Gen-2 de Runway, y después profesionales humanos las editaron, realizaron corrección de color y las musicalizaron. Un trabajo a cuatro manos entre hombre y máquina.

De acuerdo con Josh Khan, el director de este cortometraje, hacia allá se dirige el futuro del cine. Las películas de orden bélico cuestan millones de dólares, y utilizar IA generativa puede ahorrar costos. Tal vez “Dunkirk”, la película sobre la Segunda Guerra Mundial de Christopher Nolan, no habría costado 100 millones de euros. O el equipo detrás de “Jamás llegarán a viejos”, el documental de Peter Jackson sobre la Primera Guerra Mundial no habría necesitado esos más de cuatro años de revisión y restauración del material de archivo.

El problema de la IA generativa es que las escenas en las que aparecen humanos o animales todavía lucen demasiado robóticas. David Raskino, co-fundador de Irreverent Labs, sugiere que puede utilizarse el video generativo en las películas para crear las tomas panorámicas sin necesidad de rodarlas, ahorrando tiempo y presupuesto.

¿Qué pasará si una película que gana en los festivales de cine más importantes del mundo contiene imágenes generadas 100 por ciento por IA? ¿Qué tendrían que leerse en los créditos al final del filme?

Y ni hablar de los guiones escritos por máquinas... Fue uno de los asuntos que llevó a los guionistas a la huelga del año pasado. Entre otros temas, los escritores pedían regular el uso de las tecnologías emergentes en tareas creativas. Sobre todo, evitar que la inteligencia artificial pueda tener crédito en las películas y series. Y el mensaje de fondo: impedir que en el futuro la IA pueda calificar para un Premio de la Academia. La Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) cedió ante sus requerimientos. “El material generado por IA no será elegible para crédito de escritura”, dijeron al finalizar los acuerdos. Los Óscar lo ganan las personas, no las máquinas.

Quedó estipulado que las productoras no utilizarán texto generado directamente por IA para construir guiones y está prohibido disponer material de los escritores para entrenar a las redes neuronales artificiales. Los libretistas sí pueden recurrir a la IA, pero como una herramienta creativa más.

Usos y desusos de la creación de la IA

La inteligencia artificial no está protegida por derechos de autor. Así lo resolvió un fallo del tribunal federal en Washington D.C., Estados Unidos. Stephen Taller generó una pieza visual a través de su software Creativity Machine, e intentó protegerlo con copyright. Sin embargo, la jueza Beryl Howell negó su petición, ya que los derechos de autor solo protegen la creatividad de autoría humana, no la de un software.

Por su parte, en las huelgas de 2023 los actores lucharon por regular el uso de tecnología para escanear caras y transformar actuaciones sin consentimiento. Estas herramientas pueden ser muy útiles para ahorrar costos. Sin embargo, los estudios cinematográficos no tenían reparo en alterar imágenes sin consultar a los artistas.

En el pacto, acordaron que las casas productoras deben contar con el consentimiento por parte de los artistas si hay alguna modificación de sus interpretaciones. Además, el Sindicato de Actores de Cine – Federación Estadounidense de Artistas de Radio y Televisión (SAG-AFTRA) pidió compensación económica por el uso de sus réplicas digitales, ante la preocupación de que la IA los reemplace.

¿La tecnología puede desplazar a los humanos?

La eterna pregunta. Según un informe de la firma Challenger, Gray & Christmas, para mayo de 2023 casi 4.000 personas en Estados Unidos perdieron su trabajo a causa de la inteligencia artificial.

Para proteger a los artistas audiovisuales, el Senado de Nueva York redactó el proyecto de ley S7422A, que prohíbe a las producciones que aspiren al Crédito Empire State de Producción Cinematográfica – una forma de financiar el 25 por ciento del presupuesto de las películas en el Estado de Nueva York – usar IA en lugar de personal humano. No es posible evitar el avance tecnológico, por lo que el único camino es dibujar los límites posibles y regular su uso. Por ahora, no es posible que la IA cree una historia digna de un premio. ¿O sí?

Por Laura Montes

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