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Fernando Viveros: la apuesta de fortalecer el humanismo en la era digital

Presentamos una entrevista con Fernando Viveros por su libro “Somos”, una novela que hace parte de la pentalogía del autor mexicano y que nos lleva a cuestionarnos sobre el avance de la tecnología y las intenciones del ser humano por colonizar otros lugares por fuera de la Tierra.

Andrés Osorio Guillott
13 de julio de 2023 - 01:00 p. m.
Fernando Viveros está construyendo una pentalogía basada en la idea del humanismo en la era digital. "Somos" es su cuarta y más reciente novela.
Fernando Viveros está construyendo una pentalogía basada en la idea del humanismo en la era digital. "Somos" es su cuarta y más reciente novela.
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Fernando Viveros no rechaza o sataniza el avance de la tecnología, el progreso de la Inteligencia Artificial y las apuestas del ser humano por buscar maneras de obtener recursos o herramientas para mejorar la vida en la Tierra. Sin embargo, el autor mexicano se cuestiona constantemente por las implicaciones que estas intenciones o artefactos tienen, pues la avaricia y la corruptibilidad de la condición humana puede, como ha pasado con cualquier otra cosa, desviar los buenos propósitos.

En este caso, Viveros habló para El Espectador sobre Somos, una novela en la que el viaje es una metáfora que atraviesa dos mensajes diferentes, y que hace parte de la cuarta entrega de una pentalogía en la que el escritor mexicano explora el humanismo y su relación con la era digital. “Esta novela tiene una línea editorial que es el fortalecimiento del humanismo digital en las épocas del control digital y de la exploración espacial. Ese yo creo que es un punto importante: decir cómo podemos fortalecer nuestro humanismo, nuestra capacidad de emocionarnos, de sentir emociones como la empatía, la amistad, la solidaridad, el amor, cómo conmovernos ante la presencia de la belleza, de nuestros propios símbolos, de la dignidad que tenemos por nuestras historias, por nuestras tradiciones, por nuestra cultura. Por lo que han hecho estos miles de años el proceso de la historia de la humanidad como la conocemos. Y yo creo que eso es algo que se debía de tener muy consciente para rescatarlo, fortalecerlo y proyectarlo hacia adelante. Todavía hay un espacio en donde la inteligencia artificial no puede acceder. Ese es el espacio de la sensibilidad humana, de la intuición, de lo imponderable que puede uno desarrollar como ser humano. Y que eso, hasta ahora, no lo ha podido dar ninguna inteligencia artificial ni ninguna máquina”.

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¿Por qué sigue siendo una especie de fijación o de obsesión hablar de temas alrededor de la tecnología, de la inteligencia artificial y de todos estos avances, si se quiere llamarlos también, científicos de la humanidad y que tienen que ver con la tecnología?

Creo que vivimos en una etapa que si lo vemos en la línea de la historia de la humanidad, yo pienso que es la más compleja, pero también la más fascinante. Y el hecho disruptor que hace que sea totalmente diferente a cualquier etapa anterior ha sido la convivencia de los seres humanos con las nuevas tecnologías y con la inteligencia artificial, con las redes sociales, con el internet. ¿Por qué? Porque estas nuevas tecnologías, a diferencia de las tecnologías que se manejaban en las otras revoluciones industriales, estas nuevas tecnologías están afectando nuestros patrones de consumo, nuestros patrones de conducta, nuestra manera de comunicarnos, nuestros rituales, nuestros símbolos, nuestras relaciones humanas. Y entonces a mí se me ha hecho muy importante reflexionar sobre esto, investigar a profundidad los temas para poderlos comunicar a través de un relato, de una novela breve para mayor accesibilidad a los doctores. A partir de ahí fue donde yo decidí ya hace cinco años hacer esta pentalogía, esta ya es la cuarta novela.

Somos es un libro que ya también se suscribe en esa tradición de novelas que cuentan una historia alrededor de la luna, hablemos de esas referencias que quizá hacen eco en este libro...

Sí, efectivamente están las dos novelas de Julio Verne, pero después también vinieron otras influencias también como Ray Bradbury, como Crónicas Marcianas, o podríamos pensar sobre Isaac Asimov, estas novelas de las conquistas galácticas, El fin de la eternidad, La última pregunta, o Stanislaw Lem, por ejemplo, con su novela Astronautas, o Solaris, que se hizo película anteriormente, o el mismo Arthur Clarke, como decía, en el 2001, que fue también pasada a la pantalla cinematográfica por Stanley Kubrick, una película hermosa. Y en fin, ha habido mucha, mucha influencia sobre eso, pero también en la poesía: La luna de Sabina, La luna se asoma de García Lorca, El hombre y la luna de Benedetti, La luna y la rosa de Unamuno. Creo que siempre ha habido un personal interés del ser humano de ver la luna y de tratar de ver qué es lo que va a pasar. Borges con el Aleph, Octavio Paz con Piedra del Sol, etc. Entonces, ese es un motivo muy presente en la historia de la humanidad.

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El nombre del personaje ya sabemos a quién nos lleva, y siento que aquí se pone sobre la mesa esa soberbia de la humanidad de creerse dueña de lugares externos a la Tierra.

El dilema central de la novela es el decidir como seres humanos en dónde canalizamos los recursos. Si en explorar y colonizar la luna como un puente hacia colonizar Marte y después pretender, como tú dices, tal vez con un poco de arrogancia ver cómo se pudieran colonizar otros planetas o utilizar esos recursos para solucionar los problemas graves, gravísimos que tenemos en la Tierra, como el cambio climático, la inseguridad, las hambrunas, las pandemias, etc.

Yo creo que esto está ocasionado por una cuestión principal que es la necesidad de exploración del ser humano también. Los hombres desde la antigüedad siempre han explorado para buscar nuevos territorios de caza, nuevas tierras para cultivar, nuevos mares para pescar, siempre han tenido ese deseo de ver qué hay del otro lado del río, ver qué hay del otro lado de los océanos, cómo se ve la tierra desde la cima de una montaña, etc.

Entonces esa es también una parte intrínseca que tiene el ser humano. Pero planteo yo esa reflexión para los lectores, es decir, ¿hasta dónde podemos nosotros valorar y comprender el gran planeta que tenemos, la belleza del planeta que tenemos, las condiciones de vida, la calidad de vida con la que vivimos? Es muy diferente, si nos vamos a la Luna, pues ahí es la sexta parte de la gravedad en la Tierra. Es un territorio inhóspito, no hay posibilidad de comunicarse, como no hay atmósfera, las ondas para comunicarse no se escuchan, no hay mares, no hay aves en el cielo, no hay posibilidad de música, no hay posibilidad de comunicación, de palabra. ¿Hasta qué punto deberíamos de concentrarnos para poder hacerlo? Y lo que más dicen es que aquí hay tantos problemas que mejor ir a buscar otra manera, pero son los dos argumentos. También está el punto de vista de decir, bueno, salir allá nos conviene para aumentar las investigaciones tecnológicas en inteligencia artificial, en robótica, en biotecnología de alimentos, etc.

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También hay posibilidades de avances para mejorar, traer esos desarrollos tecnológicos para mejorar las posibilidades en la Tierra. La novela empieza mostrando como sería para todos los seres humanos un sueño viajar a la luna. Pero también siento que justamente se va convirtiendo en una especie de distopía.

Precisamente quería preguntarle por lo inverosímil que puede resultar pensar en que un un viaje a la luna es un escenario distópico...

No es ya una distopía que propicie apocalipsis, destrucción o pesimismo, sino que es una novela, en este caso Somos es una novela de anticipación de ideas que simplemente están asomándose un poco más allá en el horizonte para decir en dónde estamos y qué queremos hacer con lo que viene. Yo planteo en todas las novelas que a través de la inserción tecnológica, a través de la programación genética, a través de los algoritmos mismos en internet y en las redes sociales, pues se están abriendo dos grandes segmentos demográficos entre los seres humanos mejorados con inteligencia artificial adentro de sus cuerpos y seres humanos naturales que nos conservemos como estamos.

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Y entonces en la luna pasará algo más. O sea, las clases sociales en un futuro muy inmediato se van a transformar en clases biotecnológicas. Es decir, las nuevas clases sociales van a ser las clases biotecnológicas. Si tú tienes un chip en la memoria, como yo mencionaba en la primera novela, que te potencie tu memoria, que sea un Wikipedia en tu cerebro, que puedas recibir la información por Bluetooth de la nube y que tengas toda la información, todos los datos, todas las fechas que tú requieres, eso va a tener un costo. Pero la capacidad de respuesta que van a tener también va a ser diferente. Entonces el desempeño intelectual, emocional, psicológico y físico va a ver una gran diferencia entre estos dos sectores. Entonces, ¿quién va a gobernar? ¿Quiénes van a ser los gobernados? ¿Quiénes van a tener capital? ¿Y quiénes van a ser los deudores de ese capital? Repito que es una cuestión simplemente de anticipación, porque es hacia donde yo veo que se va avanzando.

Hablemos de los dilemas éticos que trae la tecnología, por ejemplo, de la llegada del ChatGPT…

Ahí hay dos dilemas. El primer dilema es el dilema humano, desde el punto de vista de las profundidades de la condición humana. Porque no es decir yo me voy a la Luna o a Marte o a Alpha Centauri o a otra galaxia. Sí, pero ¿cómo te vas? ¿Y qué te llevas? Es decir, ¿se repetirán en la Luna, en la colonización de la Luna, los mismos patrones de conducta? La competencia, el resentimiento, el odio, la ambición de control, la ambición política o económica de controlar los recursos que hay en la Luna. ¿Vamos a repetir esos patrones allá? ¿O también podríamos repetir los patrones de la amistad, de la empatía, de la solidaridad, del amor? Si sacas al ser humano de su contexto, de su hábitat, entonces, ¿cuáles serían esas repercusiones económicas o emocionales que podría tener el ser humano? Ese es un primer dilema.

El siguiente dilema es efectivamente el dilema laboral. O sea, tenemos ocho mil millones de personas, de seres humanos en el planeta y vienen las nuevas tecnologías, viene la inteligencia artificial, viene el internet, las redes sociales, que van a tener la capacidad de sustituir el empleo. Y entonces ahí vamos a abrir otras dos vertientes. Una, si tú te preparaste para ser periodista y yo me preparé para ser escritor, y de pronto resulta que la inteligencia artificial escribe novelas o la inteligencia artificial escribe tus notas, entonces el nivel de frustración va a ser alto.

No me quiero meter en la calidad, porque la calidad es otra situación, pero que yo no descarto que la carrera hacia la calidad a través de la inteligencia artificial pues va a estar en constante trabajo. Tú ahorita haces la pregunta y te da una respuesta, tú dices no, pues hay que mejorarla, pero ya te optimizó 70% de tu tiempo de investigación, al menos ya te dio la estructura. Eso se va a ir ampliando con el tiempo.

Y después como los celulares antes no tenían las capacidades que ahorita tienen, eran nada más para llamadas, pero ahorita son aparatos inteligentes que pueden hacer muchas otras funciones. Entonces yo creo que ahí va a haber una segmentación entre los seres humanos mejorados y los seres humanos naturales que van a llegar a ser irrelevantes, es decir, va a haber seres humanos irrelevantes para la sociedad global y para el mercado global. O sea, ¿cómo van a gobernar a personas que no tienen una actividad definida? ¿Cómo puedes gobernar a personas que han sido suplantadas por una inteligencia artificial y que tienen esa necesidad de expresarse su conformidad?

Quisiera ahondar, por ejemplo, en el personaje que emula a Elon Musk, porque justamente creo que tiene que ver con lo que también me decía de ese análisis sociológico que hace. Y quiero preguntar específicamente por él porque siento que representa un símbolo de poder y de esos personajes que buscan expandir los límites de la humanidad…

Y lo hacen no necesariamente de una manera filantrópica. Lo hacen con un interés en dos segmentos, en dos nichos de mercado. El primer nicho va a ser el mercado del turismo espacial. Como ya te dije, el precio, imagínate, si viene por mil, por cien mil, va a ser una cuestión interesante. Y el segundo nicho de mercado es la minería espacial, porque ellos saben perfectamente que en la Luna, en los asteroides o en Marte, de la misma manera que había aquí en el continente americano oro y plata y bronce, etc., y por eso vinieron de Europa a conquistarnos, a colonizarnos y luego conquistarnos para extraer esos recursos y regresarlos a Europa. Pues de esa misma manera en la Luna, en Marte, en los asteroides, hay unas grandes cantidades de helio, de litio, de silicio, de aluminio, de oro, de platino. Entonces, hay quien dice que bueno, con lo que se puede extraer en un asteroide, se puede tener cuatro, cinco o diez veces el producto interno bruto mundial.

Hay una especie de tragedia detrás del nacimiento del hijo de dos de los personajes de la novela, ¿por qué?

Hemos mencionado un primer tema central de la novela que es el dilema entre colonizar o mejorar la Tierra, pero el segundo tema que lo considero también fundamental de la novela es el viaje hacia la conciencia que tienen los personajes que van a bordo de la nave, que van teniendo un viaje interior hacia las profundidades de su condición humana. El impacto de salir fuera de su hábitat y el impacto de ver el efecto perspectiva, es decir, de ver la Tierra desde el espacio y voltear del otro lado y ver la inmensidad de galaxias, de estrellas, de planetas que hay, concebirse que vivimos en un diminuto planeta que tiene un diminuto sistema solar, con una diminuta estrella que es el Sol, que es una entre 300 mil millones de estrellas que tiene nuestra galaxia, la Vía Láctea, y que nuestra galaxia, la Vía Láctea, es una entre 450 mil millones de galaxias que conocemos.

Esa posibilidad de voltear hacia la Tierra y ver su fragilidad, su vulnerabilidad, la invisibilidad de sus fronteras, ya no sabemos dónde acaba Colombia, dónde empieza México, dónde… Entonces, yo creo que ese efecto es cuando toman la conciencia los personajes de que todos y todas somos parte de una totalidad y que esa totalidad está y forma parte en cada uno de nosotros.

Ese concepto de unidad, de una identidad universal, creo que eso es muy importante. Y en el caso de Stella, la protagonista, cuando ella ya pasó toda la trama, toda la crisis que se vivió dentro del alunizaje, ya cuando ella va regresando, el efecto que tiene, el hecho de la prolongación de la vida, yo lo puse en contraste. Es el contraste entre el nacimiento y la muerte. La muerte, la destrucción que se avecina. Es el contraste, es un instrumento narrativo para poner el contraste de la muerte con la vida, pero también con la esperanza contrastada con la incertidumbre. La incertidumbre de decir, bueno, tenemos el contraste entre lo diminuto y lo inmenso, el contraste entre lo efímero y lo eterno. Ahí es donde la novela toma un giro de una historia de amor, porque entonces es una historia de amor hacia el universo, una historia de amor hacia la Tierra, hacia la Luna, hacia nosotros mismos, que finalmente tenemos el mismo origen. Todos somos polvo de estrellas, como decía Carl Sagan. Somos diferentes en una parte, tal vez en el pensamiento, en el conocimiento, pero si tú ves que somos piel, abajo de la piel hay músculo, abajo del músculo hay huesos, y los huesos y los músculos de la piel son tejidos, y los tejidos se forman por células, y las células por moléculas, y las moléculas por átomos, y los átomos por partículas subatómicas, electrones, protones y neutrones, y si tú metes en un acelerador de partículas esos electrones, protones y neutrones, lo que resulta son fotones, que finalmente, pues esa es la unidad básica de energía, entonces, tu cuerpo y mi cuerpo, si lo reduces a las partículas subatómicas y los aceleras, vas a encontrar que los fotones son idénticos, y son idénticos los tuyos y los míos, o de un animal, o de una planta, o los del sol, o los del hoyo negro, o los de una galaxia entera. Y entonces ahí es donde yo estoy poniendo la reflexión de decir, bueno, todos somos iguales en el origen. Tendríamos tal vez que buscar, pues, salirnos de nuestras cuevas perceptuales y buscar espacios donde se pueda privilegiar la cercanía, la comunicación, la empatía, la solidaridad entre nosotros.

Lo que nos lleva a pensar que el viaje en la literatura termina siendo en muchos casos una metáfora de una exploración, si se quiere, de la conciencia individual…

Son tres viajes, incluso los viajes están en la portada del libro. O sea, un primer viaje, pues, es el viaje físico de esta nave con cuatro tripulantes que va de la Tierra a la Luna. Eso está simbolizado por el velero, que van a merced de los vientos.

El segundo viaje es hacia la profundidad de la condición humana, porque los personajes van evolucionando. O sea, la trama y las subtramas van haciendo que cada uno de los personajes vaya evolucionando de cómo entraron a cómo salieron. Y el tercer viaje es el representado por una Luna enorme, que representa la puerta al universo, que representa la toma de conciencia de que todos y todas somos parte de una trama.

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