“La inspiración que nos brinda la naturaleza para crear arte es infinita”
Jacana Jacana es un proyecto transmedia dedicado a promover el conocimiento de los bosques y la vida silvestre. A propósito del lanzamiento de su nueva canción “Gowna”, inspirada en la rana arlequín de la noche estrellada, Janni Benavides comparte más sobre su música y su compromiso por la preservación del medio ambiente.
Diana Camila Eslava
Recientemente estrenaron “Gowna”, una canción sobre la rana arlequín. Cuéntenos más sobre este trabajo.
Es la cuarta canción de un proyecto que realizamos con la Iniciativa de Supervivencia Atelopus. Ellos son un grupo de investigadores y amantes de la naturaleza con los que creamos contenidos pedagógicos. La idea es conocer a la rana arlequín de la noche estrellada, que vive en la Sierra Nevada de Santa Marta, una rana negra con puntos blancos. El objetivo de este proyecto, financiado por National Geographic, es que la gente quiera a las ranas, ya que muchos les temen.
El grupo musical detrás de todo este trabajo es Jacana Jacana. ¿De qué se trata este proyecto?
Es un proyecto que empezó hace unos 10 años. Creamos canciones para la naturaleza, los animales y los bosques. Además de las canciones, también hacemos videos y libros pedagógicos. Trabajamos en varios proyectos con comunidades indígenas, locales y rurales. Últimamente, hemos estado incorporando las lenguas indígenas en nuestras canciones, siempre en colaboración con las comunidades.
Esta agrupación es muy especial porque está conformada por su familia…
Jacana Jacana está compuesto por mi esposo Andrés, mi hija Julia y yo. También estamos colaborando con el músico Camilo Romero, quien tiene un proyecto para niños muy interesante y ha aportado mucho al grupo en términos musicales y escénicos. Además, nos acompaña Sebastián Gutiérrez, el nuevo bajista.
Háblenos un poco de la historia de Jacana Jacana…
Jacana tiene la fundación Mágica Música, la cual comenzó en Bogotá hace unos 18 años. Con esta fundación, trabajamos en talleres, proyectos de composición con niños y teníamos varios grupos. Julia participó mucho en esos talleres, aprendió a cantar, luego a tocar teclado y guitarra. Cuando nos mudamos de Bogotá, decidimos empezar Jacana Jacana y enfocarnos en componer música y crear contenido para llevarlo a varias comunidades. Fue un proceso hermoso que se dio de forma natural.
Jacana le canta a la naturaleza, al río, a los animales, ¿de dónde viene este enfoque?
Cuando dejamos Bogotá y nos mudamos a Minca, pasamos un tiempo en Puerto Colombia: una experiencia enriquecedora en un bosque seco tropical. Allí empezó Jacana Jacana, inspirados en la naturaleza. Con nuestra amiga bióloga Juanita Aldán aprendimos sobre aves, manglares y ecosistemas locales. Luego, en Minca, cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta, nos concienciamos sobre la importancia del río Minca y su contaminación. Vivir aquí cambió nuestra perspectiva, pues nos ofreció un ritmo de vida más tranquilo y la oportunidad de trabajar en entornos rurales gracias a la virtualidad.
¿Cómo es hacer un concierto para niños? Cuéntenos sobre una de esas experiencias.
Los niños le dan un color muy especial a la música, muy puro y alegre. Los niños son increíbles, son muy inteligentes y se aprenden cualquier cosa, no importa la dificultad. No necesitas simplificar la música para ellos, si les pones algo difícil se lo aprenden. Durante el coro que presentamos, en octubre, en el Teatro Santa Marta, teníamos cuarenta niños. El coro sonaba increíblemente bien. Fue muy emocionante, creo que fue uno de nuestros mejores conciertos, gracias a ese coro de niños. Además, estaban todos sus padres en el público. Los niños también bailaron, especialmente con nuestra champeta “El choibo”.
¿Qué le ha enseñado ver y compartir con niños y niñas?
Los niños son como ver la vida floreciendo ante tus ojos. Son pequeños maestros que te muestran la pureza y la energía que uno tenía a esa edad. Todo les parece maravilloso, todo lo quieren aprender. Nuestra música intenta dejarles una semilla a los niños y ellos son un público muy especial, siempre aprendemos mucho de ellos, nos enseñan constantemente. No cambiaría eso por nada.
¿Cómo ve su trabajo en el futuro?
Estamos considerando irnos a un lugar más frío para explorar un poco el páramo y la selva alta. Queremos seguir creando canciones y tocando música. Nos visualizamos tocando en más lugares y llevando nuestro mensaje a más personas. La inspiración que nos brinda la naturaleza para crear arte es infinita y hermosa. Personalmente, siento un deseo constante de aprender más. Quiero explorar el páramo, comprender mejor nuestro país y sus territorios, y contribuir un poco al conocimiento de la naturaleza.
Recientemente estrenaron “Gowna”, una canción sobre la rana arlequín. Cuéntenos más sobre este trabajo.
Es la cuarta canción de un proyecto que realizamos con la Iniciativa de Supervivencia Atelopus. Ellos son un grupo de investigadores y amantes de la naturaleza con los que creamos contenidos pedagógicos. La idea es conocer a la rana arlequín de la noche estrellada, que vive en la Sierra Nevada de Santa Marta, una rana negra con puntos blancos. El objetivo de este proyecto, financiado por National Geographic, es que la gente quiera a las ranas, ya que muchos les temen.
El grupo musical detrás de todo este trabajo es Jacana Jacana. ¿De qué se trata este proyecto?
Es un proyecto que empezó hace unos 10 años. Creamos canciones para la naturaleza, los animales y los bosques. Además de las canciones, también hacemos videos y libros pedagógicos. Trabajamos en varios proyectos con comunidades indígenas, locales y rurales. Últimamente, hemos estado incorporando las lenguas indígenas en nuestras canciones, siempre en colaboración con las comunidades.
Esta agrupación es muy especial porque está conformada por su familia…
Jacana Jacana está compuesto por mi esposo Andrés, mi hija Julia y yo. También estamos colaborando con el músico Camilo Romero, quien tiene un proyecto para niños muy interesante y ha aportado mucho al grupo en términos musicales y escénicos. Además, nos acompaña Sebastián Gutiérrez, el nuevo bajista.
Háblenos un poco de la historia de Jacana Jacana…
Jacana tiene la fundación Mágica Música, la cual comenzó en Bogotá hace unos 18 años. Con esta fundación, trabajamos en talleres, proyectos de composición con niños y teníamos varios grupos. Julia participó mucho en esos talleres, aprendió a cantar, luego a tocar teclado y guitarra. Cuando nos mudamos de Bogotá, decidimos empezar Jacana Jacana y enfocarnos en componer música y crear contenido para llevarlo a varias comunidades. Fue un proceso hermoso que se dio de forma natural.
Jacana le canta a la naturaleza, al río, a los animales, ¿de dónde viene este enfoque?
Cuando dejamos Bogotá y nos mudamos a Minca, pasamos un tiempo en Puerto Colombia: una experiencia enriquecedora en un bosque seco tropical. Allí empezó Jacana Jacana, inspirados en la naturaleza. Con nuestra amiga bióloga Juanita Aldán aprendimos sobre aves, manglares y ecosistemas locales. Luego, en Minca, cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta, nos concienciamos sobre la importancia del río Minca y su contaminación. Vivir aquí cambió nuestra perspectiva, pues nos ofreció un ritmo de vida más tranquilo y la oportunidad de trabajar en entornos rurales gracias a la virtualidad.
¿Cómo es hacer un concierto para niños? Cuéntenos sobre una de esas experiencias.
Los niños le dan un color muy especial a la música, muy puro y alegre. Los niños son increíbles, son muy inteligentes y se aprenden cualquier cosa, no importa la dificultad. No necesitas simplificar la música para ellos, si les pones algo difícil se lo aprenden. Durante el coro que presentamos, en octubre, en el Teatro Santa Marta, teníamos cuarenta niños. El coro sonaba increíblemente bien. Fue muy emocionante, creo que fue uno de nuestros mejores conciertos, gracias a ese coro de niños. Además, estaban todos sus padres en el público. Los niños también bailaron, especialmente con nuestra champeta “El choibo”.
¿Qué le ha enseñado ver y compartir con niños y niñas?
Los niños son como ver la vida floreciendo ante tus ojos. Son pequeños maestros que te muestran la pureza y la energía que uno tenía a esa edad. Todo les parece maravilloso, todo lo quieren aprender. Nuestra música intenta dejarles una semilla a los niños y ellos son un público muy especial, siempre aprendemos mucho de ellos, nos enseñan constantemente. No cambiaría eso por nada.
¿Cómo ve su trabajo en el futuro?
Estamos considerando irnos a un lugar más frío para explorar un poco el páramo y la selva alta. Queremos seguir creando canciones y tocando música. Nos visualizamos tocando en más lugares y llevando nuestro mensaje a más personas. La inspiración que nos brinda la naturaleza para crear arte es infinita y hermosa. Personalmente, siento un deseo constante de aprender más. Quiero explorar el páramo, comprender mejor nuestro país y sus territorios, y contribuir un poco al conocimiento de la naturaleza.