Lucía Donadío, escritora y editora de Sílaba. / Regina Sepúlveda
Pareciera que la voz de Lucía Donadío cargara con el canto de los alabaos. Sus ojos se debaten entre la nostalgia y el carisma. No hay persona que no pase a saludarla, abrazarla y tratarla con un cariño que parece siempre corresponder al que ella les ofrece a sus allegados, como si su bondad fuera tan grande que el buen trato de los demás no fuera una respuesta genuina a un sentimiento, sino siempre una intención de que esas muestras de afecto sean recíprocas a lo que ella expresa hacia los demás.