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¿Cuál fue su acercamiento al mundo de la norma y la estandarización?
Mi primer acercamiento fue durante mi formación como ingeniero civil en la universidad. Allí, aprendí que muchos ensayos y materiales en la construcción se basan en normas específicas. Sin embargo, mi experiencia directa con el desarrollo y la aplicación de normas comenzó en Icontec en 2006, donde empecé a trabajar en la elaboración y aplicación de normas técnicas, comprendiendo así su profundidad y propósito.
¿Cómo se gestan los procesos de estandarización?
Son una construcción colectiva de conocimiento. Las normas técnicas no son elaboradas por una sola persona, organización o país. En cada nación existen organismos de normalización que se coordinan a nivel regional e internacional. La tarea de estos organismos es reunir a expertos en una temática específica para que, a través de discusiones y consenso, establezcan los requisitos para un producto, servicio u organización. Estos requisitos abarcan diversas áreas, como aspectos sociales, ambientales y las características del producto. En el ámbito internacional, organismos como la ISO coordinan a expertos de todo el mundo para desarrollar normas internacionales. Estas normas suelen ser generales y aplicables a escala global, pero a veces es necesario ajustar su aplicación a las particularidades de cada país. En Colombia, cuando una norma internacional se considera aplicable tal cual, se adopta directamente. Sin embargo, si es necesario realizar ajustes para que se adapte mejor al contexto local, se consulta con partes interesadas en el país y se realizan modificaciones basadas en su conocimiento y soporte técnico. Por ejemplo, normas internacionales como la ISO 9001 o la ISO 14001 se adoptan directamente en el país sin modificaciones.
¿Cómo se presenta ese proceso en Colombia?
En Colombia se siguen dos principales enfoques. Primero, adaptamos normas internacionales a las necesidades locales si es necesario, haciendo ajustes con la consulta de partes interesadas. Segundo, desarrollamos normas nacionales para productos o prácticas específicas que no tienen norma internacional y luego las llevamos al ámbito internacional para su consideración. En ambos, buscamos integrar el conocimiento y la experiencia de usuarios, consumidores, gobierno y academia para definir requisitos adecuados para productos y servicios.
¿Cuáles son los temas que más lo movilizan?
Me motiva crear normas técnicas que mejoran la calidad de vida y las condiciones de las personas. Este trabajo contribuye a la productividad, competitividad, sostenibilidad y desarrollo social. Ayudamos a hacer la vida más fácil, segura y mejor, y nuestras normas tienen un impacto positivo tanto a nivel local como global, especialmente en gestión ambiental y cambio climático.
¿Y cuál es su relación con la sostenibilidad y los temas ambientales?
En la vicepresidencia del Comité Internacional de Gestión Ambiental en la ISO, he trabajado en la elaboración de normas sobre sistemas de gestión ambiental y etiquetado ambiental. Mi interés principal es asegurar que las comunicaciones ambientales sean verídicas y creíbles, ya que algunas organizaciones presentan información poco confiable. Actualmente, estoy colaborando con el organismo de normalización del Reino Unido (BSI) en una norma para lograr cero emisiones netas antes de 2050. Esta norma ayudará a que las organizaciones realicen acciones creíbles y alineadas con el objetivo de alcanzar cero emisiones netas. Mi trabajo en sostenibilidad implica desarrollar directrices para que las acciones relacionadas con la sostenibilidad sean efectivas. Las normas técnicas desempeñan un papel crucial en asegurar que se tomen las acciones correctas para proteger el medio ambiente y la sociedad. Llevo años dedicado a estos temas y continúo enfocado en promover prácticas ambientales adecuadas.
Recomiende una práctica de sostenibilidad que crea que sea efectiva, sencilla y que todos la puedan practicar
Recomiendo pensar en grande, pero actuar en pequeño. Aunque no podemos solucionar todos los problemas ambientales por nosotros mismos, sí podemos hacer nuestra parte en acciones concretas. Por ejemplo, podemos evitar arrojar basura en la vía pública o en cuerpos de agua, reducir nuestras emisiones diarias, cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes, reciclar y separar los residuos. Además, es importante comprar solo lo que realmente necesitamos y usar todo lo que adquirimos. Estas pequeñas acciones individuales, sumadas, pueden tener un impacto en la sostenibilidad.
¿Cómo acercarse a la sostenibilidad con tanta información dispersa?
En la actualidad recibimos mucha información sobre sostenibilidad, por lo que es importante ser crítico y elegir fuentes y sellos confiables. Asegúrate de basarte en iniciativas con credibilidad para evitar engaños y falsas promesas. Busca información de fuentes confiables y verifica que los sellos o distintivos sean genuinos. Además, una práctica sencilla es actuar de manera que minimices el impacto en los demás. Si consideras que tu libertad termina donde comienza la libertad de los otros, evitarás causar daño. La sostenibilidad, en muchos casos, es cuestión de sentido común y empatía: cuidar el entorno no solo para ti, sino para todos. El objetivo es satisfacer tus necesidades sin comprometer la capacidad de los demás para satisfacer las suyas.
Finalmente, una sugerencia literaria que quisiera recomendar.
Podría sugerir Cómo se hacen las cosas, un libro que explora el origen y el ciclo de los productos que consumimos. Aunque es un libro antiguo, es relevante para quienes están interesados en la sostenibilidad, ya que ayuda a entender de dónde provienen las cosas que usamos y su impacto a lo largo del tiempo.