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¿Cuáles son sus planes en este momento?
Ahora estoy presentando mi último álbum llamado Relatos de calle. Para mí es trascendental: son canciones que tal vez no había podido cantar antes, pero que relatan cosas bonitas que buscan reconstruir, sanar, empoderar, levantar. Son canciones que surgen en ese escenario común, que es la calle y la cotidianidad de las vivencias que yo he tenido, pero también historias de gente que me han conmovido, que creo que son importantes de contar y cantar. Siento que es lindo retomar esas cosas profundas del alma, la vida y sus reflexiones.
¿Cuál es su proceso para escribir una canción?
No tengo un método definido: permito que llegue la inspiración de la vida con algo que me mueva emocionalmente y, a partir de ahí, me dejo llevar y permito que la música fluya. La guitarra es mi instrumento favorito en la vida y ha sido mi compañera fiel, nunca me ha dejado desamparada. Comienzo tocando y armonizando con ella, sintiendo hacia dónde quiero dirigirme con la canción.
¿Cómo fue ese acercamiento con la guitarra?
Yo empecé a tocar guitarra a los 17 años y lo hice para enfrentar el reto de la independencia: no depender de un músico ni de otra persona para poder acompañarme y aprender de manera autodidacta, memorizando acordes. Pero la razón principal tiene que ver con el amor que le tengo a ese sonido. Siempre ha sido parte de mi mayor gusto, escucho una guitarra y eso me hace sentir, me hace vibrar, me eriza. Es como una hermana.
¿Cuál fue su motivación para seguir una carrera de artista?
Yo compongo desde muy chiquita con la intención de expresarme, de hablar de lo que sentía, de cómo veía el mundo. A los 11 años ya tenía mi primera canción y después de eso se volvió un mecanismo de expresión de vida. Fue muy cursi, muy basada en esas estructuras de canciones que eran muy dramáticas. A mí mamá le gustó mucho y eso me sorprendió, porque ella siempre fue una mujer muy recia. Sentir su apoyo me dio mucho ánimo.
¿Cuál es la canción que más le gusta de todas las que ha escrito?
Es difícil porque cuando uno es cantautor todas las canciones vienen de lugares muy vulnerables y profundos. Todas tienen alguna cosa que te marca. Podría decir que De regreso y Buscando un final son canciones muy importantes para mí. De las últimas podría decir que son Te amo, Viviendo y Una voz.
A propósito de su canción Buscando un final, ¿qué es lo que más le gusta de interpretarla?
Es una canción que yo amo y con la que me siento muy agradecida porque logró conectar con mucha gente, con toda una generación; o sea, hoy en día la considero un clásico, y eso es bonito. No me canso de cantarla: siempre conecta y hay buena receptividad con ella, así que le agradezco al universo esa inspiración.
¿Qué referentes ha tenido en su formación artística?
Tengo muchos, pero la primera mujer que me inspiró por su técnica vocal fue Tracy Chapman. También están Alanis Morissette, Beth Hart y Etta James. Debo decir que me encanta Nina Simone. También hay bandas clásicas como Led Zeppelin y Pink Floyd.
¿En qué lugar del mundo le encantaría presentarse?
Yo amaría el Luna Park en Argentina, me encantaría profundamente.
Desde su perspectiva de artista, ¿cree que se puede vivir de la música en Colombia?
Yo creo que la música va más allá de pretensiones como la fama y el dinero. He vivido la música como mi vocación, mi camino de vida, mi sustento para el alma. Es un regalo y un privilegio poder escribir y tocar, y creo que hay que trabajar muy duro para que haya dignidad en el oficio de hacer música.
Después de muchos años dedicada a su vocación, ¿qué consejo les daría a las jóvenes artistas que están iniciando su carrera?
Les diría que del afán solo queda el cansancio, que es importante que uno logre ser auténtico y sincero con lo que hace y a partir de ahí todo el camino puede abrirse de una manera muy bonita. Que se centren en sus metas y propósitos.
A propósito de su camino, ¿cuál ha sido el mayor reto que ha enfrentado?
Ser mujer es, sin duda, el primer desafío. Llegar como mujer y establecer tu propio lenguaje, evolucionar, crecer y asegurar que eso se respete es complejo. Mantener la coherencia entre lo que dices, piensas y haces desde el principio es un reto considerable. Sin embargo, creo que el mayor desafío es persistir, seguir adelante, no rendirse, siempre estar dispuesta a construir y desarrollarse a partir del amor y la vocación. Ganar respeto por ser consecuente con tus palabras, pensamientos y acciones también es fundamental. Además, el cariño y apoyo del público son muy gratificantes.