“Lo importante de una reina del folclor no es su aspecto, sino su carisma”
La actual reina habló del Festival Nacional del Folclor y mencionó aspectos poco conocidos sobre el mundo del reinado y los estigmas y retos de salud mental que enfrentan las participantes.
¿En el Festival Folclórico Colombiano ahora se habla de embajadora o de reina?
El término “reina” no se está utilizando, nosotros preferimos “embajadora”. En este caso soy la embajadora nacional de folclor.
¿De qué trata este festival?
Es un evento que se celebra en la ciudad de Ibagué y que es considerado una de las plataformas nacionales para la divulgación de danzas y músicas colombianas. Fue creado en 1959 para hacer un llamado a la paz en el contexto de la violencia que campeaba en Tolima. El festival se ha convertido en un evento tradicional reconocido como Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación y se celebra anualmente desde el 15 al 30 de junio.
¿Cuál es la danza que más le ha costado?
Tenía cerca de ocho años cuando empecé a conocer las danzas, y lo primero que bailé fue una guabina. Desde entonces he seguido practicando la disciplina. En particular, me ha costado interpretar el bambuco fiestero. Muchas veces nos dicen que si bien podemos ser bailarinas, no significa que seamos reinas, ya que una reina baila de manera diferente. La expresión en la danza implica buscar siempre la precisión, lo cual requiere tener mucha escucha, calma y cadencia en los movimientos. El bambuco fiestero es un baile bastante acelerado y rápido, por lo que se debe manejar muy bien la expresión y la respiración, y eso resulta bastante complicado en algunas ocasiones.
¿Qué es lo más difícil de ser reina?
La verdad, el agotamiento físico. Además, diría que soportar y manejar los comentarios negativos. Para mí es crucial crear una barrera para protegerme. La gente a menudo no se imagina el daño que puede causar un comentario malintencionado. Como embajadora, soy un blanco fácil para las críticas. Estoy expuesta y pongo en sus manos todas mis inseguridades, pero dependiendo de cómo se manejen, pueden convertirse en fortalezas.
¿Cómo diría que una reina o embajadora puede cuidar su salud mental?
Pasé por una situación de estrés cuando gané el certamen departamental. Fue tan difícil, que tuve que alejarme de las redes sociales por mi seguridad y salud mental. Tuve que tomar terapia psicológica, pero es algo que se puede superar. Cuando llegan el convencimiento y la aceptación de que realmente hicimos un buen trabajo, la aprobación de las personas que nos apoyaron es lo que nos ayuda a superar esos procesos. Mi recomendación es no alejarse ni estar sola, sino buscar apoyo y expresar todo lo que sentimos. Eso nos ayuda a desahogarnos y a calmar el corazón y la mente.
¿Existe algún tipo de estigma con relación al aspecto físico?
Siendo sincera, en el marco del festival no hay ningún reglamento que diga que la embajadora tiene que estar dentro de algún estándar. Este es un reinado folclórico, donde la imagen importa, pero lo que más cuenta es lo que transmite la candidata. Hay embajadoras que, independientemente de su físico, pueden bailar e interpretar la danza con tanto amor que el público se levanta y las ovaciona. Eso es hermoso, y no lo puede lograr un cuerpo o rostro perfecto, sino la candidata que tenga más carisma y que baile con verdadera pasión. No obstante, sí están presentes los estigmas.
¿Recomendaría alguna película, canción o libro para las aspirantes a embajadoras?
El libro que debe ser nuestro mejor amigo es el ABC del folklore colombiano, del maestro Guillermo Abadía Morales. Allí se desglosa todo sobre este tema de una manera impresionante.
¿En el Festival Folclórico Colombiano ahora se habla de embajadora o de reina?
El término “reina” no se está utilizando, nosotros preferimos “embajadora”. En este caso soy la embajadora nacional de folclor.
¿De qué trata este festival?
Es un evento que se celebra en la ciudad de Ibagué y que es considerado una de las plataformas nacionales para la divulgación de danzas y músicas colombianas. Fue creado en 1959 para hacer un llamado a la paz en el contexto de la violencia que campeaba en Tolima. El festival se ha convertido en un evento tradicional reconocido como Patrimonio Artístico y Cultural de la Nación y se celebra anualmente desde el 15 al 30 de junio.
¿Cuál es la danza que más le ha costado?
Tenía cerca de ocho años cuando empecé a conocer las danzas, y lo primero que bailé fue una guabina. Desde entonces he seguido practicando la disciplina. En particular, me ha costado interpretar el bambuco fiestero. Muchas veces nos dicen que si bien podemos ser bailarinas, no significa que seamos reinas, ya que una reina baila de manera diferente. La expresión en la danza implica buscar siempre la precisión, lo cual requiere tener mucha escucha, calma y cadencia en los movimientos. El bambuco fiestero es un baile bastante acelerado y rápido, por lo que se debe manejar muy bien la expresión y la respiración, y eso resulta bastante complicado en algunas ocasiones.
¿Qué es lo más difícil de ser reina?
La verdad, el agotamiento físico. Además, diría que soportar y manejar los comentarios negativos. Para mí es crucial crear una barrera para protegerme. La gente a menudo no se imagina el daño que puede causar un comentario malintencionado. Como embajadora, soy un blanco fácil para las críticas. Estoy expuesta y pongo en sus manos todas mis inseguridades, pero dependiendo de cómo se manejen, pueden convertirse en fortalezas.
¿Cómo diría que una reina o embajadora puede cuidar su salud mental?
Pasé por una situación de estrés cuando gané el certamen departamental. Fue tan difícil, que tuve que alejarme de las redes sociales por mi seguridad y salud mental. Tuve que tomar terapia psicológica, pero es algo que se puede superar. Cuando llegan el convencimiento y la aceptación de que realmente hicimos un buen trabajo, la aprobación de las personas que nos apoyaron es lo que nos ayuda a superar esos procesos. Mi recomendación es no alejarse ni estar sola, sino buscar apoyo y expresar todo lo que sentimos. Eso nos ayuda a desahogarnos y a calmar el corazón y la mente.
¿Existe algún tipo de estigma con relación al aspecto físico?
Siendo sincera, en el marco del festival no hay ningún reglamento que diga que la embajadora tiene que estar dentro de algún estándar. Este es un reinado folclórico, donde la imagen importa, pero lo que más cuenta es lo que transmite la candidata. Hay embajadoras que, independientemente de su físico, pueden bailar e interpretar la danza con tanto amor que el público se levanta y las ovaciona. Eso es hermoso, y no lo puede lograr un cuerpo o rostro perfecto, sino la candidata que tenga más carisma y que baile con verdadera pasión. No obstante, sí están presentes los estigmas.
¿Recomendaría alguna película, canción o libro para las aspirantes a embajadoras?
El libro que debe ser nuestro mejor amigo es el ABC del folklore colombiano, del maestro Guillermo Abadía Morales. Allí se desglosa todo sobre este tema de una manera impresionante.