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La medicina que contiene el canelazo de la Plaza de Bolívar

Mónica García se ubica todos los días en la calle 11 con su carro de bebidas calientes donde ofrece el tradicional canelazo. Habló de su preparación y sus propiedades medicinales.

Jorge Danilo Bravo Reina
29 de junio de 2024 - 02:00 p. m.
Mónica García lleva 14 años dedicada a la preparación del canelazo.
Mónica García lleva 14 años dedicada a la preparación del canelazo.
Foto: Jorge Danilo Bravo Reina

Parece que usted tiene una larga trayectoria en esta labor, ¿cuál es su historia?

Yo vengo de la costa, pero llevo en Bogotá 40 años y vivo por el barrio Las Aguas. Siempre he tratado de quedarme aquí cerca de la Plaza de Bolívar porque la clientela ya me conoce. Perdería clientes si me mudara a otro lugar: la gente sabe que vendo un canelazo con propiedades medicinales. Incluso hay extranjeros que vienen aquí, prueban la bebida, les gusta y regresan.

¿Por qué dice que es medicinal?

Porque tiene propiedades beneficiosas para la salud. Ayuda a aliviar el estrés, el cansancio y es efectiva contra la gripe y el mal de altura, gracias a ingredientes como la coca, que combate la fatiga.

¿Hace cuánto se vende el canelazo? Es una bebida que existe hace mucho tiempo...

Sé que es una tradición muy antigua por aquí. Antes se vendía el carajillo, que era aguardiente con tinto, pero como todo en la vida, las cosas van cambiando y evolucionando. Así surgió el canelazo, una bebida típica de plantas medicinales que uno prepara con sus manos.

¿Quién le enseñó a prepararlo?

Desde pequeña aprendí a preparar esta bebida gracias a mi papá, quien me enseñó el proceso. En nuestra familia se dice que “el que no trabaja, no come”, así que desde joven ayudé en el negocio familiar.

¿Qué tanto lleva su receta?

Utilizo plantas aromáticas como hierbabuena y albahaca, que son medicinales. Además, le añado frutas como maracuyá, uva y fresa para darle diferentes sabores. Me gusta ofrecer opciones variadas para enriquecer el sabor de la bebida. Además de las hierbas y frutas, añado canela y miel para realzar el gusto. Cuando incluyo licor, la bebida se llama canelazo. Si uso hojas de coca, se convierte en té de coca. Y si prescindo de estos ingredientes, simplemente la llamo aromática.

¿Usted siempre usa la misma receta en su preparación?

Sí, siempre utilizo la misma receta. Sin embargo, he notado que algunas personas han intentado hacer versiones más económicas utilizando ingredientes artificiales. Esto afectó negativamente la calidad y el sabor del producto, lo cual es una lástima porque deteriora el trabajo de la gente. Es importante para mí destacar que mi bebida es natural y preparada de manera tradicional para conservar su sabor genuino.

¿Cuál es su rutina de preparación?

Varía según la disponibilidad de ingredientes. Cuando puedo, prefiero comprar las frutas para la semana de una vez, así uno puede juntar lo necesario y hacer un mercado más completo. Pero cuando no puedo hacerlo así, toca comprar diariamente, poco a poco, según se necesite. En cuanto al proceso de preparación, mi día comienza temprano, alrededor de las cinco de la mañana. A esa hora ya estoy levantada lavando hierbas, cocinando, lavando frutas y también ocupándome de otras tareas como lavar el carro y organizar todo para el día. Suelo estar aquí hasta las siete, ocho, luego voy a guardar el carro en un parqueadero.

¿Cómo funciona su carro?

Mi carro funciona con gas, especialmente adaptado para mantener la bebida caliente todo el tiempo. Lo mandé a hacer así para asegurarme de que la aromática esté siempre lista, ya que sirve para aliviar el frío, la gripa, el estrés y otros malestares.

¿Qué dicen las personas cuando ven la olla llena de frutas?

Pues muchos me dicen que si es un sancocho boyacense, que las frutas parecen papitas criollas. A mí me da risa.

Entre sus preparaciones, ¿cuál es la más famosa?

Una de las más famosas es una que incluye ron y aguardiente. Actualmente, casi todos los días se pide esta variedad porque a la gente le gusta la opción de elegir entre diferentes sabores.

¿Cómo conocen la bebida sus clientes de otras partes del mundo?

Siempre me hablan de su similitud con otras bebidas tradicionales en sus países. Por ejemplo, en México tienen el ponche, en Perú el calientito y en Brasil el Quentão. Cuando los clientes extranjeros la prueban, comentan que se parece al ponche mexicano. Es interesante porque en México el ponche es típico de diciembre, mientras que nosotros ofrecemos canelazo durante todo el año.

Hablando del té de coca, ¿cómo lo prepara?

La preparación es bastante sencilla. Utilizo los mismos ingredientes que para el Canelazo o la aromática, pero añado hojas de coca. Muchas personas lo compran cuando van a Monserrate debido a que algunos sufren de mal de altura y esta hoja ayuda a aliviar el malestar. Un joven Arhuaco me trae las hojas directamente desde la Sierra Nevada. Les tengo mucho respeto porque sé que son medicinales y siempre las mantengo frescas para la preparación.

Al final de sus jornadas, ¿cuál es su balance? ¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

Ver a la gente irse feliz y satisfecha con lo que compraron: canelazo, té de coca, aromática. Me gusta que se sientan bien y a gusto. A veces hay clientes locales que se quejan del precio y lo comparan con productos de otros lugares. Yo les explico que aquí todos pagan lo mismo, sin importar de dónde sean, porque valoro la calidad y los ingredientes naturales que uso.

Jorge Danilo Bravo Reina

Por Jorge Danilo Bravo Reina

Comunicador con formación humana dirigida al trabajo con comunidades. Interesado por la investigación del sector cultural y la fotografía digital y análoga.jbravo@elespectador.com

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