Publicidad

“Cada día pienso en la doble ciudadanía que tengo como afrodescendiente”


La presidenta de la corporación Manos Visibles habló a propósito del Taller Regional Vanguardia Étnica Cultural, imaginando nuevos futuros, que se realizará en Bogotá en el marco del Bogota Audiovisual Market, del 8 al 11 de julio.

Andrea Jaramillo Caro
08 de julio de 2024 - 12:20 p. m.
Paula Moreno fue ministra de Cultura entre 2007 y 2010.
Paula Moreno fue ministra de Cultura entre 2007 y 2010.
Foto: Manos Visibles

¿Cómo nació este taller, que ya llega a su décima versión?

Estamos celebrando con este taller en el marco del BAM nuestros 14 años y toda nuestra apuesta ha sido por consolidar una red de liderazgo territorial diversa para el país, que se piense en conjunto, genere agendas en temas específicos y cada taller tiene una agenda particular. Nuestro objetivo es reunir liderazgos que han hecho parte de nuestros procesos de formación para pensar en agendas a mediano y largo plazo, pensando en el siguiente nivel, en lo que hemos avanzado y cómo lo reconocemos. Esto lo hacemos con expertos nacionales e internacionales, porque pensamos que todas nuestras agendas no son solo locales, sino globales.

¿Cómo ha cambiado este taller desde su primera versión?

Podemos decir que se han materializado muchas cosas. En los momentos de pandemia, los talleres han ayudado a promover liderazgos de quienes hoy son gobernadores o alcaldes. Los talleres han visibilizado y han hecho que la cooperación, el sector privado y diferentes sectores vean que tienen una apuesta por la diversidad, vean ese talento que a través de la curaduría que hacemos en estos programas existe y está en el país y que muchas veces uno considera que no existe.

¿Cómo cree que ha cambiado la perspectiva con respecto a los cineastas afros?

Hemos trabajado para que eso cambie, porque era la invisibilidad absoluta. Somos protagonistas del mercado audiovisual de Bogotá. El cine es el álbum de fotografías de un país, como dicen, y hay una parte de la familia que, cuando uno hace la evaluación de los 20 años de la Ley del Cine, no ha estado. Hay una parte de la familia que no se ha registrado desde sí misma y eso tiene unas implicaciones muy grandes. Hay unas audiencias que Colombia no ha explorado, que se conectan directamente por estos temas diaspóricos y que lo que queremos es crear ese poder y talento audiovisual para el país, porque no es solamente que es delante de las cámaras sino detrás de ellas, que, incluso nos interesa más, porque sabemos que esa mirada propia no se reemplaza.

¿Qué mirada le ha llamado la atención o la ha impactado en el mundo audiovisual?

Hay varias. Ahorita al BAM viene Viviane Ferreira, de Brasil, que es una gran cineasta de Salvador de Bahía, que me parece muy interesante. Me encanta. Spike Lee, sin duda, ahí uno se pregunta: ¿otro cineasta podría haber hecho esto? No, hay una historia en Spike Lee que hace que ese ojo, que esas posibilidades, que ese registro, tengan algo único. También Gabriel Martins, que fue seleccionado para Cannes y los Premios Óscar de Brasil el año pasado. Hay diferentes miradas que me reflejan y tienen una estética muy particular.

¿Hay alguna película que la haya marcado?

“Tantas almas” me impactó. Es de esas películas que uno va a verlas y uno siente que se quedó en la sala. Me conmovió profundamente y creo que mucha más gente la debió haber visto. “Los viajes del viento también”, tengo que reconocer que me gustaron mucho.

Si se hiciera una película de su vida, ¿cómo se la imagina?

Ya me lo propuso una cineasta de Kenia, basada en mi primer libro: El poder de lo invisible, que fue publicado en 2018. Esta cineasta vio la traducción al inglés, que sale el próximo año, y me contactó. Creo que es fuerte plantearse esto cuando uno está vivo, pero me encantó la idea de una cineasta africana y una mirada desde otro lugar más allá de Colombia. Yo creo que a veces aquí no nos vemos tanto o nos reducimos en muchos sentidos. Le dije que sería difícil que aceptara en Colombia, también porque buena parte de mi vida ha sido por fuera y eso me nutre y me llena, pero siempre vuelvo acá. Mostrar esa relación de una persona que está en muchos espacios en el mundo, pero que al mismo tiempo tiene el horizonte de sus sueños en su lugar de origen, me parecería lindo.

La carrera que usted ha forjado la ha llevado a distintos rincones del planeta, ¿cuál fue un momento que la haya marcado?

Cuando fui a Mali, llegué al aeropuerto con mi francés, que no es tan bueno, y me dijeron que mi pasaporte era un error y que yo era de allá. En ese momento fue muy lindo porque fue muy natural y real. Cada día pienso en esa doble ciudadanía que tengo como afrodescendiente y diaspórica del mundo, que puede llegar a Mali y le pueden decir que es de aquí, o que llega a Nairobi y le hablan en suajili, o a Estados Unidos y tiene una red de apoyo que ha sido fundamental en toda mi carrera. Está esa parte de ser colombiana y tener mucho amor por este país, por eso creé Manos Visibles y fui ministra de Cultura, pero, al mismo tiempo, es también el hecho de saber que tengo un mundo más grande y que ahí soy acogida, reconocida y amada en muchas formas.

¿Cómo surgió el nombre de la organización Manos Visibles?

Nació de la antítesis de la teoría de Adam Smith de las manos invisibles y que los liderazgos, las transformaciones sociales que un país necesita no se van a dar por ósmosis, ni se puede esperar que las fuerzas del mercado generen el contexto, porque son las mismas fuerzas que nos han sacado. Ahí dijimos: somos humanos que hacemos, que construimos, que amasamos, que las manos que no están para destruir, sino para construir, para acariciar, para amasar, para todo lo que significan las manos en nuestro cuerpo, pero que necesitamos ser visibles.

¿Cuál ha sido una lección que le haya dejado su trabajo con Manos Visibles?

Fui con los padres de la diócesis de Quibdó, allí llevé una delegación de empresarios y líderes nacionales y los padres habían preparado una presentación. Yo empecé a interrumpirlos para decirles qué temas tratar y uno de ellos me paró y me dijo: “Paula, de lo de acá y de nosotros hablamos nosotros, ¿sí?”, y esa lección me encantó porque me enseñó a tener la humildad de reconocer que yo puedo visitar y llevar años trabajando por el Pacífico, pero yo no hablo por el Pacífico porque no he vivido realmente ahí. Tengo un amor, un afecto y una red en la que he trabajado, pero nunca reemplazo la voz propia de una persona que vive en el Pacífico, que nació y creció ahí. Esa es la voz que debe ir primero, no la mía.

Andrea Jaramillo Caro

Por Andrea Jaramillo Caro

Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com

Temas recomendados:

 

jose(m0hfi)08 de julio de 2024 - 04:05 p. m.
Excelente entrevista. Ella ha debido ser la Vice. Tiene talento, inteligencia y saca la cara por los afrodescendientes.
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar