Historias de trabajo en el sector de combustibles
Kenneth Siefken, vicepresidente de mercadeo de Terpel, explicó la gestión de la distribución del combustible en Colombia y reflexionó sobre su trayectoria profesional y el liderazgo. También destacó la importancia de la educación continua y el desarrollo personal en su carrera.
¿Cómo gestiona Terpel el abastecimiento del crudo y cómo es ese camino hasta llegar al consumidor final?
En el negocio de combustible, contamos con plantas de almacenamiento distribuidas por todo el país. Allí llega el combustible, que en Colombia proviene en su gran mayoría de Ecopetrol, empresa que llega a algunas plantas que están conectadas por poliductos. Otras plantas satélites se abastecen de otras plantas por vía terrestre mediante camiones cisterna que transportan el combustible de una a otra. Este es el principio básico: recibimos y almacenamos el combustible en nuestras plantas y luego lo distribuimos a diversos frentes de negocio, como aerolíneas, operadores portuarios, navíos, industrias, flotas de transporte y clientes que cargan sus vehículos en nuestras estaciones.
¿Cómo describe su rol de vicepresidente de mercadeo?
Llevo 22 años en el negocio de los combustibles. Comencé en Gacel, una filial de Promigas que luego se fusionó con Terpel, donde trabajé primero como coordinador de marketing, luego como gerente de mercadeo y finalmente como vicepresidente de mercadeo. Mi rol incluye cuidar la marca, nuestra estrategia hacia el consumidor y asegurar que la experiencia del cliente sea excelente. También manejo el programa de lealtad, la data y analítica, la expansión de red y el servicio al cliente. Mi objetivo es generar sinergias entre las operaciones de Terpel en varios países y transferir buenas prácticas.
¿Cuáles son los aspectos más importantes de su carrera?
Soy ingeniero industrial, barranquillero, egresado de la Universidad del Norte. Creo que la educación es la única forma de que un país se desarrolle y de que cada uno de nosotros mejore. Me encanta estudiar. Soy coach, estudié liderazgo y tengo especializaciones en Gerencia de Empresas Comerciales y en Mercadeo, además de un MBA ejecutivo de la Universidad de los Andes. Lo último que estudié fue alemán, aunque todavía es muy difícil para mí. Creo que formarse es esencial, ya que la educación mejora nuestras capacidades de análisis.
¿Qué opina de las dificultades que surgen en el camino, cómo las supera?
Antes de entrar al mercadeo, mi experiencia principal era comercial. Cuando asumí el reto de mercadeo, empecé a estudiar por mi cuenta. Un logro importante fue participar en el desarrollo del gas natural vehicular en Colombia, que comenzó en los años 80, pero se expandió al mercado liviano alrededor de 2002-2003. Trabajamos en equipo para hacer de este combustible una realidad. Otro desafío destacado fue la nueva estrategia de Terpel a partir de 2010-2011, que modernizó nuestras estaciones de servicio con nuevas tecnologías y un enfoque en la voz del cliente. Esto resultó en estaciones más modernas y bien reconocidas, consolidando a Terpel como una marca preferida. En resumen, ser abierto a los cambios, valorar las opiniones y confiar en los equipos es la clave para avanzar y superar desafíos. Como dice el dicho, “caminando solo se mueve uno más rápido, pero caminando en equipo se llega más lejos”.
Basado en esa experiencia, ¿cuál es su perspectiva del liderazgo?
Para formar un buen equipo, lo primero que hay que hacer es buscar un propósito unificado. Más allá de las capacidades y profesiones individuales, es esencial que todos estén comprometidos con la misma meta. Aunque los caminos para alcanzar esa meta puedan ser diferentes, la alineación en el propósito garantiza que todos trabajen hacia el mismo destino. Un líder debe entender las fortalezas y motivaciones de cada miembro de su equipo para aprovechar al máximo sus habilidades. La diversidad en un equipo es un activo, ya que cada persona aporta talentos únicos. Si un líder identifica y utiliza estos talentos, la gente puede lograr grandes cosas. Como menciona Simon Sinek: para sobresalir se requiere trabajar duro, tener talento natural y disfrutar lo que se hace. Así, un líder debe unificar al equipo con un propósito común y, al mismo tiempo, descubrir y utilizar los talentos individuales para formar un grupo de alto desempeño.
Al ver su trayectoria, ¿cuáles son sus reflexiones de su recorrido?
Mirando en retrospectiva, me siento orgulloso de lo que he hecho, sabiendo que siempre he dado lo mejor de mí con los recursos disponibles. Aunque he tenido oportunidades para mejorar y aprender, no veo mis experiencias como fracasos, sino como oportunidades de crecimiento. Me siento agradecido con la sociedad, el país, las empresas, mi pareja y mi familia por todo lo que he recibido. Agradezco a Dios o a la energía espiritual, o como cada quien lo interprete, por el camino recorrido y las lecciones aprendidas. La tranquilidad de haber hecho lo mejor posible y el agradecimiento por lo recibido son fundamentales para seguir adelante. Hoy, a mis 51 años, me considero una persona feliz.
¿Qué nos puede contar de su experiencia como “coach”?
A diferencia de un psicólogo, el coaching se centra en hacer preguntas poderosas que permiten a las personas descubrir sus verdades. Cuando alguien encuentra su verdad, puede alcanzar una mayor felicidad. Me considero coach por hobby, porque disfruto profundamente de este proceso. Al igual que yo he encontrado mi propósito y felicidad, me gusta ayudar a otros a hacer lo mismo. A pesar de que he enfrentado retos, fracasos y oportunidades perdidas, lo importante es aprender de estas experiencias para no cometer los mismos errores. El coaching me permite compartir con los demás lo que la vida me ha dado y es una forma de agradecer a la sociedad. Me encanta ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos y propósitos.
¿Cómo gestiona Terpel el abastecimiento del crudo y cómo es ese camino hasta llegar al consumidor final?
En el negocio de combustible, contamos con plantas de almacenamiento distribuidas por todo el país. Allí llega el combustible, que en Colombia proviene en su gran mayoría de Ecopetrol, empresa que llega a algunas plantas que están conectadas por poliductos. Otras plantas satélites se abastecen de otras plantas por vía terrestre mediante camiones cisterna que transportan el combustible de una a otra. Este es el principio básico: recibimos y almacenamos el combustible en nuestras plantas y luego lo distribuimos a diversos frentes de negocio, como aerolíneas, operadores portuarios, navíos, industrias, flotas de transporte y clientes que cargan sus vehículos en nuestras estaciones.
¿Cómo describe su rol de vicepresidente de mercadeo?
Llevo 22 años en el negocio de los combustibles. Comencé en Gacel, una filial de Promigas que luego se fusionó con Terpel, donde trabajé primero como coordinador de marketing, luego como gerente de mercadeo y finalmente como vicepresidente de mercadeo. Mi rol incluye cuidar la marca, nuestra estrategia hacia el consumidor y asegurar que la experiencia del cliente sea excelente. También manejo el programa de lealtad, la data y analítica, la expansión de red y el servicio al cliente. Mi objetivo es generar sinergias entre las operaciones de Terpel en varios países y transferir buenas prácticas.
¿Cuáles son los aspectos más importantes de su carrera?
Soy ingeniero industrial, barranquillero, egresado de la Universidad del Norte. Creo que la educación es la única forma de que un país se desarrolle y de que cada uno de nosotros mejore. Me encanta estudiar. Soy coach, estudié liderazgo y tengo especializaciones en Gerencia de Empresas Comerciales y en Mercadeo, además de un MBA ejecutivo de la Universidad de los Andes. Lo último que estudié fue alemán, aunque todavía es muy difícil para mí. Creo que formarse es esencial, ya que la educación mejora nuestras capacidades de análisis.
¿Qué opina de las dificultades que surgen en el camino, cómo las supera?
Antes de entrar al mercadeo, mi experiencia principal era comercial. Cuando asumí el reto de mercadeo, empecé a estudiar por mi cuenta. Un logro importante fue participar en el desarrollo del gas natural vehicular en Colombia, que comenzó en los años 80, pero se expandió al mercado liviano alrededor de 2002-2003. Trabajamos en equipo para hacer de este combustible una realidad. Otro desafío destacado fue la nueva estrategia de Terpel a partir de 2010-2011, que modernizó nuestras estaciones de servicio con nuevas tecnologías y un enfoque en la voz del cliente. Esto resultó en estaciones más modernas y bien reconocidas, consolidando a Terpel como una marca preferida. En resumen, ser abierto a los cambios, valorar las opiniones y confiar en los equipos es la clave para avanzar y superar desafíos. Como dice el dicho, “caminando solo se mueve uno más rápido, pero caminando en equipo se llega más lejos”.
Basado en esa experiencia, ¿cuál es su perspectiva del liderazgo?
Para formar un buen equipo, lo primero que hay que hacer es buscar un propósito unificado. Más allá de las capacidades y profesiones individuales, es esencial que todos estén comprometidos con la misma meta. Aunque los caminos para alcanzar esa meta puedan ser diferentes, la alineación en el propósito garantiza que todos trabajen hacia el mismo destino. Un líder debe entender las fortalezas y motivaciones de cada miembro de su equipo para aprovechar al máximo sus habilidades. La diversidad en un equipo es un activo, ya que cada persona aporta talentos únicos. Si un líder identifica y utiliza estos talentos, la gente puede lograr grandes cosas. Como menciona Simon Sinek: para sobresalir se requiere trabajar duro, tener talento natural y disfrutar lo que se hace. Así, un líder debe unificar al equipo con un propósito común y, al mismo tiempo, descubrir y utilizar los talentos individuales para formar un grupo de alto desempeño.
Al ver su trayectoria, ¿cuáles son sus reflexiones de su recorrido?
Mirando en retrospectiva, me siento orgulloso de lo que he hecho, sabiendo que siempre he dado lo mejor de mí con los recursos disponibles. Aunque he tenido oportunidades para mejorar y aprender, no veo mis experiencias como fracasos, sino como oportunidades de crecimiento. Me siento agradecido con la sociedad, el país, las empresas, mi pareja y mi familia por todo lo que he recibido. Agradezco a Dios o a la energía espiritual, o como cada quien lo interprete, por el camino recorrido y las lecciones aprendidas. La tranquilidad de haber hecho lo mejor posible y el agradecimiento por lo recibido son fundamentales para seguir adelante. Hoy, a mis 51 años, me considero una persona feliz.
¿Qué nos puede contar de su experiencia como “coach”?
A diferencia de un psicólogo, el coaching se centra en hacer preguntas poderosas que permiten a las personas descubrir sus verdades. Cuando alguien encuentra su verdad, puede alcanzar una mayor felicidad. Me considero coach por hobby, porque disfruto profundamente de este proceso. Al igual que yo he encontrado mi propósito y felicidad, me gusta ayudar a otros a hacer lo mismo. A pesar de que he enfrentado retos, fracasos y oportunidades perdidas, lo importante es aprender de estas experiencias para no cometer los mismos errores. El coaching me permite compartir con los demás lo que la vida me ha dado y es una forma de agradecer a la sociedad. Me encanta ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos y propósitos.