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El intento por hacer de Colombia el testigo

El periodista Jesús Abad Colorado y la editora María Belén Saéz de Ibarra presentan “El testigo”, una colección de cuatro tomos que incluye más de 700 imágenes de la guerra.

Daniela Cristancho
14 de diciembre de 2022 - 02:00 a. m.
Jesús Abad Colorado cuenta la historia de Norberto, de 54 años, quien está aprendiendo a leer y escribir en un "acto por reparar su vida". / Gus Perdomo
Jesús Abad Colorado cuenta la historia de Norberto, de 54 años, quien está aprendiendo a leer y escribir en un "acto por reparar su vida". / Gus Perdomo
Foto: www.gusperdomo.com - GusPerdomo
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“Cuando me miras / mis ojos son llaves / el muro tiene secretos / mi temor, palabras / poemas. / Solo tú haces de mi memoria / una viajera fascinada / un fuego incesante”. En algún lugar, en la intersección entre la poesía y la memoria, como ya ataba los dos conceptos Alejandra Pizarnik en “Quien alumbra”, se encuentra la exposición de Jesús Abad Colorado, que ahora tiene la forma de un libro.

En realidad “El testigo: memorias del conflicto armado colombiano en el lente y la voz de Jesús Abad Colorado. Conversaciones con María Belén Sáez de Ibarra (2022)” es una colección de cuatro tomos blancos, pulcros, como las salas de la exposición fotográfica, que encontró un hogar en el Claustro de San Agustín, en el centro histórico de Bogotá. En las contraportadas figuran cuatro mujeres víctimas de la guerra interna: Mercedes Saucedo (Quibdó, Chocó), Juana Epinayu (Bahía Portete, La Guajira), Matilde Sánchez Rodríguez (Segovia, Antioquia) y Rubilda Rubiano (Riosucio, Chocó). Dos mujeres negras y dos indígenas, cada una víctima de un actor armado diferente.

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“Somos la sumatoria de muchas memorias”, dijo el fotoperiodista Jesús Abad Colorado en una de las presentaciones de los libros. La curadora María Belén Sáez de Ibarra vuelve a ese lugar de encuentro entre las letras y la memoria, de la mano de un ángel. “Para formular la novena de sus tesis sobre la historia, Walter Benjamin acudió a un dibujo de Paul Klee que adquirió en Múnich en 1921 y que siempre llevó consigo”, recuenta Sáez de Ibarra en el segundo tomo de la colección “No hay tinieblas que la luz no venza”. En el cuadro Angelus Novus, el ser alado “parece a punto de alejarse de algo a lo que mira fijamente”, describió el filósofo alemán. “Él ha vuelto el rostro hacia el pasado (...) él ve una única catástrofe que amontona incansablemente ruina tras ruina y se las va arrojando a los pies. Bien le gustaría detenerse, despertar los muertos y recomponer lo destrozado. Pero, soplando desde el Paraíso, una tempestad se enreda en sus alas (...) Esta tempestad lo empuja incontenible hacia el futuro”. Así, siguiendo el concepto del ángel de la historia, la editora de “El testigo” asegura que “solo a una sociedad que es capaz de mirar al pasado y enfrentarlo como estrategia para pensar y actuar ahora, mirándose a sí misma en una constelación particular de hechos, le pertenece la historia. Pudiera entonces haber para ella una esperanza de hacer justicia”.

Como lo hacen las salas en la exhibición fotográfica, los títulos de los cuatro libros son fragmentos de poemas que, escritos en otro tiempo y lugar, evocan de manera universal el dolor y la esperanza de futuro. “¿Quién, quién levantó los olivos? / No los levantó la nada, / ni el dinero, ni el señor, / sino la tierra callada, / el trabajo y el sudor”. El poema del español Miguel Hernández le da nombre al tomo que evidencia los crímenes contra la tierra, las grietas que la guerra dejó en los troncos, los ríos y el barro son las protagonistas de estas imágenes.

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“No hay tinieblas / que la luz no venza / ni silencio / que los sonidos no entonen. / Pero esa calma / que reposa en lo incierto / oscurece en silencio / la mostración postrema”. De la filósofa alemana Hannah Arendt nacen las designaciones para los tomos dos y cuatro: “No hay tinieblas que la luz no venza” y “Pongo mis manos en las tuyas”, dos guiños a la confianza tras catástrofe, a la luz que otorga encontrar a los desaparecidos, y a las figuras que en contextos difíciles oponen resistencia. “Habiéndome confiado por entero a lo que no me resulta familiar, / mostrándome cercana a lo foráneo / y próxima a lo remoto, / pongo mis manos en las tuyas”. La estadounidense Maya Angelou hace lo propio para el tercer libro “Y aun así me levantaré”: “Tú puedes escribirme en la historia / con tus amargas, torcidas mentiras, / puedes aventarme al fango / y aun así, como el polvo… me levanto”.

La memoria encuentra formas de anidarse a través de las palabras de poetas y filósofos, pero, como afirmó Sáez de Ibarra, “lo bello de la memoria es que es una acción, no es un libro”. “Conocí a Luis Camilo Bermúdez Quiroz para contar lo que estaba pasando con líderes sociales en Colombia. Queríamos contar la historia de su madre, Maritza Quiroz, una líder social asesinada el 5 de enero de 2019, en Magdalena. A su esposo lo había asesinado la guerrilla de las Farc el 8 de abril de 2004. La familia se desplazó a Santa Marta y Maritza se convirtió en una líder hasta su asesinato. Camilo, uno de sus seis hijos, nos contó su historia, pero él estaba en quimioterapia porque tenía cáncer”, cuenta Jesús Abad Colorado mientras muestra una foto suya junto a un joven con gorro de lana. “Le mandé esa foto a sus hermanos diciéndoles que él estaba conmigo y estaba bien. Le escribimos una carta a su madre. Anoche lloré mucho porque una hermana me dijo que Camilo, desafortunadamente, había fallecido”. Bermúdez Quiroz fue testigo del asesinato de su padre, a los seis años y, años más tarde, del de su madre. Los testigos son las víctimas, el testigo es Jesús Abad. También lo son los más de dos millones de personas que han asistido a la exposición de sus fotografías. Como lo esperan él y Sáez de Ibarra, los testigos deberíamos ser todos los colombianos. Los libros son solo una pequeña parte de esa intención.

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Daniela Cristancho

Por Daniela Cristancho

Periodista y politóloga de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en resolución de conflictos e investigación para la paz.@danielacsidcristancho@elespectador.com

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