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José Ordóñez: “El matrimonio es algo muy serio, lleno de cosas muy cómicas”

El comediante José Ordóñez estrenará el 9 de enero su película “Empareja2″, dirigida por Ángel Manuel Ayllón, adaptada de sus “shows” de comedia homónimos. Habló sobre su humor, sus conceptos de la comedia en Colombia y su relación con la fe cristiana.

Pablo Marín J.
08 de enero de 2025 - 12:00 p. m.
José Ordóñez rompió varios récords contando chistes, el más reciente fue de 86 horas en 2014.
José Ordóñez rompió varios récords contando chistes, el más reciente fue de 86 horas en 2014.
Foto: David Navarro
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¿Qué lo motivó a transformar su “show” “Emparejados” al formato de cine?

Después de presentarlo en 21 países, llenar auditorios en 18 años desde su creación y ver cómo ha ayudado a miles de matrimonios a recomponerse, decidí hacerlo. Por ejemplo, recompuse el mío acercándome a Dios y contárselo al público con mucho humor también sirvió, entonces por eso pensé que valía la pena que Emparejados llegara al cine. Esta película, espero, ayudará a muchos matrimonios (y al mío, porque necesito pagar las últimas cuotas de la casa). El público ríe con mi humor y yo disfruto la gracia de Dios

¿Qué hay de cómico en su matrimonio?

El matrimonio es algo muy serio, lleno de cosas muy cómicas. Hay que reírse de las cosas divertidas que pasan en el matrimonio sin quitarle la seriedad. ¿Quiere reírse? Intente ponerse el mismo vestido de baño que usó cuando fue de luna de miel. En el mío, pocas cosas me hacen reír, pero a mi esposa la hace reír mi sueldo.

¿Cómo marca el límite entre su vida personal y sus rutinas de comedia?

Intenté que no hubiese límites, pero a mi esposa no le causaba risa cuando no había para pagar la cuota de la casa y el colegio de los pela’os, así que me puse serio y comprendí que de puertas para afuera soy comediante, pero en casa soy esposo. De puertas para afuera solo tengo un apellido: José Ordóñez, pero en la casa soy “José arriendo”, “José mercado”, “José recibos”, “José leche”, “José pan”.

¿Hubo algo en particular que lo motivara a convertirse en comediante?

Con esta cara, fue lo mejor que pude encontrar. Quise ser cantante, pero ya había muchos feos cantando y mucha competencia; en cambio, cuando empecé a hacer humor, Montecristo (Guillermo Zuluaga) iba de salida y yo quise pelearle el trono. En ese momento, también me inspiré con Cantinflas, Charles Chaplin y Chespirito. Me llamaba la atención que no usaban la vulgaridad para hacer reír.

¿En qué cree que se diferencia su estilo de comedia del de otros profesionales en su campo?

Creo que mi humor no pasa de moda. Puede ver en YouTube los capítulos de Ordóñese de la risa y, espero, se va a reír tanto como el primer día. No hago humor de doble sentido ni vulgar, lo único de doble sentido es la calle donde vivo. Me alejé de ese tipo de humor por mi fe cristiana. También creo que desde un niño de ocho años hasta un anciano de ochenta pueden asistir y reírse en mis shows.

¿Qué circunstancias lo llevaron a encontrar su fe actual?

Tenía 16 años cuando mi abuela me llevó por primera vez a una iglesia cristiana. Allí estuve hasta que me enojé con Dios porque me robaron el carro que me gané en Sábados felices en 1988. Años más tarde, con mi éxito a cuestas y mi hogar destruido, supe que era hora de regresar. Regresé hace 27 años y esto ya no tiene retorno.

¿Cómo ve la comedia en Colombia?

Colombia siempre ha sido una potencia en comediantes, pero los medios nos han visto como el patio trasero de sus programaciones. Los mandos medios de los grandes medios han sido una talanquera para los creativos del humor. Por eso, hace rato no estoy en los medios convencionales. Me alejé de ellos cuando me mudé a Estados Unidos, me dediqué 17 años a construir mi familia y hace dos años regresó a Colombia esta nueva versión del viejo José Ordóñez.

¿Qué tan difícil es vivir de la comedia en Colombia?

Al comienzo es difícil mientras logras el reconocimiento del público, pero lo más duro es la competencia desleal. Imagínese, mi último récord mundial de chistes quedó en 86 horas, pero hay políticos que han durado cuatro y hasta ocho años haciendo payasadas. ¡Esa es una competencia muy desleal!

¿De qué manera ha encontrado que puede mantener su comedia vigente?

El humor ha variado con la llegada de las redes sociales. Hoy se privilegia más el número de seguidores que el talento. A los clásicos nos queda el placer de saber que siempre habrá quien ame el humor construido con calidad desde la misma idea.

¿Qué sigue para José Ordóñez?

Por un lado, recibir el título de propiedad de la casa y, por otro, reactivar Ordóñese de la risa en redes sociales.

Pablo Marín J.

Por Pablo Marín J.

Profesional en Creación Literaria. Escritor de cuentos y novelas de ciencia ficción. Apasionado del cine y guionista de varios cortometrajes.pmarin@elespectador.com

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