José Ortega y Gasset: la circunstancia como filosofía
El pensador español José Ortega y Gasset nació un 9 de mayo. Breve repaso de su aporte a la filosofía.
Andrés Osorio Guillott
Quizá sea la frase más recordada de José Ortega y Gasset aquella que dice” Yo soy yo y mis circunstancias, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, que la escribió en el libro Meditaciones del Quijote. De ella se desprende parte de la noción de logos para el español, y de ella se puede pasar a uno de los postulados del pensador sobre la verdad: el perspectivismo.
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Quizá sea la frase más recordada de José Ortega y Gasset aquella que dice” Yo soy yo y mis circunstancias, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, que la escribió en el libro Meditaciones del Quijote. De ella se desprende parte de la noción de logos para el español, y de ella se puede pasar a uno de los postulados del pensador sobre la verdad: el perspectivismo.
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Escribió Gasset: “Hemos de buscar a nuestra circunstancia, tal y como ella es, precisamente en lo que tiene de limitación, de peculiaridad, el lugar acertado en la inmensa perspectiva del mundo. No detenernos perpetuamente en éxtasis ante los valores hieráticos, sino conquistar a nuestra vida individual el puesto oportuno entre ellos. En suma: la reabsorción de la circunstancia es el destino concreto del hombre”
Un posible razonamiento inductivo que nos lleva de lo particular a lo general, de la verdad como quimera y como cosa que se adapta según la forma de la circunstancia, y que entonces ya no es una sola verdad sino que son muchas.
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“Hemos de representarnos las variaciones del pensar no como un cambio en la verdad de ayer, que la convierta en error para hoy, sino como un cambio de orientación en el hombre que le lleva a ver ante sí otras verdades distintas de las de ayer. No, pues, las verdades, sino el hombre es el que cambia y porque cambia va corriendo la serie de aquéllas, va seleccionando de ese orbe trasmundano a que antes aludimos las que le son afines y cegándose para todas las demás”, escribió Ortega y Gasset en Qué es filosofía.
El postulado de Ortega y Gasset nos lleva a preguntarnos por el devenir de la historia y de la vida misma, y esa pregunta por el devenir, asociada al rol de las circunstancias, nos lleva a una de las preguntas originarias o centrales de la filosofía, que no es otra distinta al sentido mismo de la existencia.
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El pensador español habla de la razón como una herencia de la modernidad y su culto a esta. Sin embargo, Ortega y Gasset se separa de la corriente alemana y especialmente de lo que postulaba Inmanuel Kant en la Crítica de la razón pura, pues el concepto de razón vital -que si bien le da importancia a lo primero-, se distancia al darle relevancia a ese sentido de lo vitalicio, de la experiencia y la vida como elementos inherentes de la razón que justamente transforman las verdades y consigo la historia.
El amor como una de las ramas de lo vital en Ortega y Gasset, y el amor como esa muestra de que la razón para él debe ir acompañada de todas aquellas cosas que implican la vida, que configuran ese devenir de la existencia en circunstancias determinadas: “Pocos ejemplos hay en la historia más claros de que no basta la agudeza intelectual para descubrir una cosa nueva. Hace falta entusiasmo, amor previo por esa cosa. El entendimiento es una linterna que necesita ir dirigida por una mano, y la mano necesita ir movilizada por un afán preexistente hacia este o el otro tipo de posibles cosas. En definitiva, sólo se encuentra, lo que se busca y el entendimiento encuentra gracias a que el amor busca. Por eso todas las ciencias han comenzado por ser aficiones de aficionados”.
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Amor o deseo. La necesidad del ser humano por la verdad es lo que también abre paso a la historia. “Los deseos, los anhelos, la necesidad vital misma de que la verdad fuese otra se estrellarían contra la inteligencia, no llegarían a ella. Una verdad no es verdad porque se la desea; pero una verdad no es descubierta si no se la desea y porque se la desea se la busca. Queda, pues, inmaculado el carácter desinteresado e independiente de nuestros apetitos propio a la verdad, pero no es menos cierto que tal hombre o tal época llega a ver tal verdad en virtud de un interés previo que la mueve hacia ella. Sin esto no habría historia. Las verdades más inconexas caerían sobre la mente del hombre en imprevista perdigonada y éste no sabría qué hacer con ellas”.
El perspectivismo, esa apuesta de Ortega y Gasset que afirma que el conocimiento se basa en la mirada de cada quien a su circunstancia, no es solamente una teoría que explica el concepto de verdad, sino que también permite pensar en la historia, en una forma de analizarla dependiendo del tiempo de cada individuo. De nuevo, es la circunstancia una noción fundamental en la filosofía del español, pues de ella se parte para explicar que la verdad no es uniforme, y que eso que llamamos historia se configura a partir del deseo por buscar esas verdades que nacen de las necesidades de la razón, impulsadas por obsesiones, pasiones o intereses que reafirman también el carácter vital en la naturaleza humana.
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