Laura Vargas construyendo parte del set de Remnant, el primer cortometraje en el que trabajó estando en Estados Unidos.
Foto: Archivo particular
Habría que tener siempre muy claro cuáles son nuestras convicciones, que pueden llamarse también utopías. Y habría que tenerlas claras siempre para que cuando ocurran esas llamadas “primeras veces” no nos desviemos del camino ya andado, pues hablar de “aquella primera vez” puede ser un recuerdo que resulta definitivo para entender el inicio de nuestras victorias o de nuestras derrotas, de allí depende en gran parte el tejido de aquello que llamamos destino.
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