El color azul, que se asocia con las campañas de educación sobre el autismo, es el favorito de Arturo.
Foto: Paco Baca
Sumas. Sumas. Sumas. Cálculos. Cálculos. El tiempo transcurre mientras la mente se ocupa de las matemáticas de la cotidianidad. Cuántos pasos se dan. Cuántos pases. Cuánto se tarda un jugador en entregar el balón. Desde el prejuicio, muchos le dicen “raro” al que observa y observa y analiza. Pero luego, por esa misma virtud de llevar en su cabeza cifras exactas, por una inteligencia difícil de detectar para los ojos ordinarios de los demás, uno de los que no se cansa de señalar al que parece ser “diferente”, termina siendo salvado. Y...
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