Nayib Bukele, anotaciones de estilo sobre un mandatario influencer
Nayib Bukele, un personaje intrigante y sensacionalista en la región latinoamericana. Su juventud, vigor y buen parecido le han otorgado estatus de celebridad en redes sociales y lo han ayudado a posicionarse como mandatario idealizado tanto material como digitalmente. Bukele tomó la presidencia del Salvador en el 2019 y su régimen déspota le ha otorgado el título de ‘Tirano Millennial’ gracias a su estrecha relación con las redes sociales y su fuerte branding personal.
Valeria Akl
Bukele de hecho tuvo experiencia de más de una década como director de la agencia de publicidad de su familia, donde estuvo encargado de realizar campañas políticas para el partido FMNL. Con esta conexión logra incursionar en la política y se convierte en alcalde de un pueblo en el 2012. Desde el inicio de su carrera política, el mandatario utilizó sus conocimientos de publicidad para escudarse bajo una marca personal y convertirse en un símbolo distinguido.
Colores como el azul cian por ejemplo, han sido emblemas de su marca e inclusive lo ha implementado en varios logotipos estatales. Sus facciones palestinas, su piel oliva y su barba impecablemente arreglada le han dado fama como uno de los mandatarios más bellos de la región, así mismo, Nayib se presenta como un mandatario no tradicional, su estilo dandy y sus outfits casuales lo marcan como un líder estatal carismático. Justamente su presencia digital en plataformas como Instagram refuerzan el mito que se ha construido alrededor de su figura y cómo el tipo de masculinidad que se le ha otorgado enfatiza su calidad como mandatario. Así mismo, su estilo sartorial poco convencional para un ámbito tan rígido como el de la política, lo diferencian de otros líderes tradicionales y senectos.
Bukele actualmente cuenta con más de tres millones de seguidores en Instagram y su popularidad en Tik Tok lo han viralizado, llevándolo a ser más allá de una figura política, una figura de influencia que se codea con YouTubers y celebridades digitales. Sus elecciones sartoriales retratadas en Instagram revelan que su figura política es ecléctica, puede pasar de un estado poco ortodoxo a elevar y hacer fashionable un traje sobrio. Precisamente en Instagram pone en evidencia su estilo dandy al agregar accesorios a sus atuendos como mancuernas y pañuelos, haciendo juego con sus medias y corbata; práctica que es muy poco común entre otros políticos de la región y del mundo. Por otra parte, Bukele se muestra como un mandatario descomplicado y cotidiano al usar jeans, chaquetas de cuero, gafas de sol y gorras al revés en eventos estatales.
No hay duda que Bukele sabe desenvolverse en las plataformas digitales y conoce la importancia de las composiciones visuales para estimular su carrera política. En su cuenta oficial de Instagram se pueden encontrar imágenes donde se le enmarca como un ser engrandecido gracias al ángulo de la cámara, así mismo el uso adecuado de la luz lo hacen ver más atractivo. Tik Tok también lo posiciona ante el público de una manera favorable puesto que lo proyecta como un talismán del entretenimiento. Precisamente Nayib Bukele cuenta con numerosas cuentas de club de fans que le fabrican memes que lo ilustran como un personaje satírico y con connotaciones sexuales.
Estas cuentas de fans le dan un trato similar al que el internet le ha dado a Putin por ejemplo, lo han glorificado creando un mito alrededor de su persona. Al igual que a Putin, a Bukele lo llaman tío Nayib y lo han convertido en un hombre de acción. Este performance consecuentemente, tiene la doble ventaja de asegurar su popularidad doméstica y mantener a los analistas externos confundidos acerca de su verdadera identidad. Así mismo, la imagen que fabrica Bukele de su persona y sus políticas también tienen incidencia en cultivar su imagen de macho e incentivar su base de fans. Sus medidas frente a las pandillas como la MS13 y sus ataques frontales y altamente publicitados contra las ramas de poder, como sucedió con la toma del palacio legislativo, tienen como objetivo alimentar esa base de fans y posicionar a Nayib Bukele como un mandatario mano dura, sin realmente ser medidas sostenibles o con un impacto discernible en algún asunto público prioritario.
Una vez Roger Stone, asesor político de Donald Trump y Nixon, mencionó que la política era justamente igual a la industria del entretenimiento, solo que en la política (contrario al entretenimiento) abundaba la gente fea. Bukele precisamente es un actor que ha logrado fusionar en sí las cualidades del entretenimiento y política, esto funciona a su favor ya que lo ancla aún más en el poder ocasionando que su figura política obtenga cierto tipo de culto y lealtad ante sus súbditos.
Bukele de hecho tuvo experiencia de más de una década como director de la agencia de publicidad de su familia, donde estuvo encargado de realizar campañas políticas para el partido FMNL. Con esta conexión logra incursionar en la política y se convierte en alcalde de un pueblo en el 2012. Desde el inicio de su carrera política, el mandatario utilizó sus conocimientos de publicidad para escudarse bajo una marca personal y convertirse en un símbolo distinguido.
Colores como el azul cian por ejemplo, han sido emblemas de su marca e inclusive lo ha implementado en varios logotipos estatales. Sus facciones palestinas, su piel oliva y su barba impecablemente arreglada le han dado fama como uno de los mandatarios más bellos de la región, así mismo, Nayib se presenta como un mandatario no tradicional, su estilo dandy y sus outfits casuales lo marcan como un líder estatal carismático. Justamente su presencia digital en plataformas como Instagram refuerzan el mito que se ha construido alrededor de su figura y cómo el tipo de masculinidad que se le ha otorgado enfatiza su calidad como mandatario. Así mismo, su estilo sartorial poco convencional para un ámbito tan rígido como el de la política, lo diferencian de otros líderes tradicionales y senectos.
Bukele actualmente cuenta con más de tres millones de seguidores en Instagram y su popularidad en Tik Tok lo han viralizado, llevándolo a ser más allá de una figura política, una figura de influencia que se codea con YouTubers y celebridades digitales. Sus elecciones sartoriales retratadas en Instagram revelan que su figura política es ecléctica, puede pasar de un estado poco ortodoxo a elevar y hacer fashionable un traje sobrio. Precisamente en Instagram pone en evidencia su estilo dandy al agregar accesorios a sus atuendos como mancuernas y pañuelos, haciendo juego con sus medias y corbata; práctica que es muy poco común entre otros políticos de la región y del mundo. Por otra parte, Bukele se muestra como un mandatario descomplicado y cotidiano al usar jeans, chaquetas de cuero, gafas de sol y gorras al revés en eventos estatales.
No hay duda que Bukele sabe desenvolverse en las plataformas digitales y conoce la importancia de las composiciones visuales para estimular su carrera política. En su cuenta oficial de Instagram se pueden encontrar imágenes donde se le enmarca como un ser engrandecido gracias al ángulo de la cámara, así mismo el uso adecuado de la luz lo hacen ver más atractivo. Tik Tok también lo posiciona ante el público de una manera favorable puesto que lo proyecta como un talismán del entretenimiento. Precisamente Nayib Bukele cuenta con numerosas cuentas de club de fans que le fabrican memes que lo ilustran como un personaje satírico y con connotaciones sexuales.
Estas cuentas de fans le dan un trato similar al que el internet le ha dado a Putin por ejemplo, lo han glorificado creando un mito alrededor de su persona. Al igual que a Putin, a Bukele lo llaman tío Nayib y lo han convertido en un hombre de acción. Este performance consecuentemente, tiene la doble ventaja de asegurar su popularidad doméstica y mantener a los analistas externos confundidos acerca de su verdadera identidad. Así mismo, la imagen que fabrica Bukele de su persona y sus políticas también tienen incidencia en cultivar su imagen de macho e incentivar su base de fans. Sus medidas frente a las pandillas como la MS13 y sus ataques frontales y altamente publicitados contra las ramas de poder, como sucedió con la toma del palacio legislativo, tienen como objetivo alimentar esa base de fans y posicionar a Nayib Bukele como un mandatario mano dura, sin realmente ser medidas sostenibles o con un impacto discernible en algún asunto público prioritario.
Una vez Roger Stone, asesor político de Donald Trump y Nixon, mencionó que la política era justamente igual a la industria del entretenimiento, solo que en la política (contrario al entretenimiento) abundaba la gente fea. Bukele precisamente es un actor que ha logrado fusionar en sí las cualidades del entretenimiento y política, esto funciona a su favor ya que lo ancla aún más en el poder ocasionando que su figura política obtenga cierto tipo de culto y lealtad ante sus súbditos.