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Solo le pido a Dios por mi tierra. Le pido a Dios que la cure. Que nos ayude a sanarla. Para que los camposantos dejen de llenarse de mentiras.
Solo le pido a Dios por mis hijos, por los hijos de mis hijos, para que vivan en una tierra que los cuide y los ame. Para que no los maten más. ¡Para que no maten a nuestros hijos¡
Solo le pido a Dios por las selvas, por las cordilleras y las ciénagas embarradas de dolor y miedo. Para que las palmas tristes dejen de llorar, para siempre. Para que los ríos no sangren, nunca más. Para que el cielo sea azul, por siempre.
Solo le pido a Dios por todos los que ya no están, para que este dolor tan berraco que sufre mi corazón sirva de algo. Para que me pueda morir tranquila, en paz, cuando decidas llevarme a tu lado.
Solo le pido a Dios para que nos aleje del infierno, de los falsos profetas que nos rodean. No nos permitas creerles nunca más, Diosito lindo, que no nos engañen nunca más, mientras la patria se sigue derrumbando en nuestras manos.
Solo le pido a Dios para que nos ayude a mirar hacia adelante. Siendo generosos. No queremos volver atrás. No queremos. ¡No queremos!
Solo le pido a Dios por las veredas de mi tierra, para que el agua limpie todas sus heridas y haga crecer los mangos dulces. Para que brote la fuerza poderosa de esta tierra loca, su magia deslumbrante, y los campos se llenen de pupitres de ilusión, de dispensarios de esperanza.
Solo le pido a Dios para que el amor acabe con los tiempos del cólera y vivamos cien años sin soledad.
Solo le pido a Dios por mi Colombia. Nada más. Por ella. Por toda ella. Para que solo sea una. Sin apellidos.
Le pido a Dios todo esto, con fe, mientras enciendo una vela en mitad de la oscuridad que me rodea.