Pablo Montoya: “Marco Aurelio fue un gobernador de buenas intenciones”
En esta nueva entrega de “Fuera del papel”, hablamos con el escritor antioqueño, que lanzará hoy en la Librería Lerner la novela “Marco Aurelio y los límites del imperio”. En la mañana de este jueves, a su vez, será nombrado miembro de la Academia de la Lengua.
Andrés Osorio Guillott
No muchos se atreven en estos tiempos a escarbar en pasados tan lejanos. No era la primera vez, ya en otros momentos lo había hecho, pero esta vez, Pablo Montoya quiso escribir una novela sobre el personaje de Marco Aurelio, el emperador romano, y lo hizo siguiendo la estructura de Meditaciones, la obra que dejó este gobernante y pensador en el siglo II y que está compuesto por 12 libros, pues esta novela está también dividida por doce capítulos, e incluso el primero y el último también se subdividen en el mismo número.
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No muchos se atreven en estos tiempos a escarbar en pasados tan lejanos. No era la primera vez, ya en otros momentos lo había hecho, pero esta vez, Pablo Montoya quiso escribir una novela sobre el personaje de Marco Aurelio, el emperador romano, y lo hizo siguiendo la estructura de Meditaciones, la obra que dejó este gobernante y pensador en el siglo II y que está compuesto por 12 libros, pues esta novela está también dividida por doce capítulos, e incluso el primero y el último también se subdividen en el mismo número.
“Yo escribí esta novela en un momento en que comencé a tener una gran convicción, certeza, seguridad de que estaba entrando en la vejez. Luego me enfermé, me dio una parálisis facial muy fuerte durante la escritura y tuve que parar la novela, pensé que no iba a terminar porque fueron casi cuatro meses fuera, y a partir de eso, me di cuenta de que debía acercarme al estoicismo de una manera más directa y no como un mero investigador”, cuenta Montoya, quien va encontrando en las ideas de ese estoicismo una vigencia, y que incluso en coincidencias personales como esa, o en la presencia de una peste, así como la que vivimos hace cuatro años con la pandemia del coronavirus, encontró motivos para indagar en la vida de un personaje que aún tiene mucha tela por cortar.
¿Por qué el interés en retratar un personaje como Marco Aurelio?
Antes había escrito una novela que se llama Lejos de Roma, que trata sobre el exilio del poeta romano Ovidio, en el primer siglo de nuestra era. Entonces ya había incursionado en ese territorio un poco de la mano de Yourcenar, de Pascal Quignard, de algunos escritores que me habían interesado y me habían apasionado mucho durante mi juventud. Eso, por un lado. Por otra parte, había terminado la sombra de Orión y sentía que con ese libro se había cerrado como un ciclo narrativo de mi obra, que tiene que ver con la violencia en Medellín y en Colombia. Luego llegó la pandemia del coronavirus, y recuerdo que me pidieron escribir un artículo sobre literatura y pestes y empecé a indagar esa relación desde la antigüedad hasta nuestros días, y me encontré justamente con el dato de que durante el mandato de Marco Aurelio Y Lucio Vero, que fueron los dos emperadores que comenzaron a gobernar juntos, -un caso único en la historia de Roma hasta ese momento-, empezó la primera gran pandemia que cayó sobre Occidente, y fue la que ellos capotearon. Muchos historiadores consideran que es a partir de ahí que comienza la decadencia del imperio porque las legiones se desbarataron. Me pareció que había una gran similitud entre el siglo II y el nuestro en el sentido de que son siglos atravesados por las crisis, por la debacle generalizada de guerras, crisis climáticas, grandes flujos migratorios provocados por esas situaciones y una gran incertidumbre por parte de la humanidad.
Ecuanimidad, serenidad… ¿Qué opina usted de los valores que debe tener un gobernante?
Marco Aurelio fue un emperador estoico, un filósofo, entonces me parecía que era importante indagar en esos valores que propone el estoicismo, no solamente para el ser humano en su cotidianidad, sino también para los grandes dirigentes, porque los grandes dirigentes políticos de la Roma del siglo II casi todos son estoicos. Era como la primera vez que la filosofía y sus valores morales y éticos habían llegado al poder, porque antes los estoicos fueron perseguidos. Me parecía importante mostrar a un Marco Aurelio soportado sobre esos valores, uno de ellos es la ecuanimidad, otro es la serenidad, el otro es como una especie de indiferencia ante la muerte, la enfermedad, la vejez, son cosas que pasan y no dependen de uno. Mi concepto o mi valoración de Marco Aurelio es que fue un gobernador que tenía muy buenas intenciones cuando llega al mandato, pero ese imperio se le sale de las manos por las crisis. Séneca, Epicteto y él planteaban una imagen y es como si la vida, y la vida del imperio fuesen un barco a punto de naufragar, y el compromiso fundamental del regente es no dejar que ese barco se naufrague, y eso es lo que trató de hacer Marco Aurelio. Mucha gente se refiere a él como una persona ecuánime, sabia, serena, inteligente, tolerante, y, sin embargo, dejó como sucesor a un emperador terrible Que fue Cómodo. En el libro está planteado eso, esa contradicción que hay entre el poder político cuando se promete ejercerlo de la mejor manera y las circunstancias que impiden hacerlo.
En el libro se habla de las influencias de algunas escuelas de pensamiento como el estoicismo y el epicureísmo, ¿por qué fueron tan relevantes para Marco Aurelio?
El escritor se toma sus licencias, y yo lo que hice fue que, leyendo Meditaciones, y evidentemente leyendo estudios sobre el estoicismo y Marco Aurelio me encontré con algunos intérpretes que pensaban que el estoicismo de Marco Aurelio, que es una institución imperial, no era un estoicismo rígido sino que también estaba alimentado por tendencias que venían del epicureísmo, que venían de los cínicos, que estaban ciertamente también moldeados por algunos principios de los escépticos. En Roma confluían todas estas formas de pensamiento, y en Meditaciones hay cruces con el epicureísmo, de manera que decidí darle a Marco Aurelio ese aspecto a nivel de lo sensual, a nivel del amor, del erotismo.
¿Cómo fue esa labor de “humanizar” a Marco Aurelio desde el amor, las aparentes infidelidades, las intimidades de un hogar y de una vida privada?
Eso se fue dando en la medida en que fui investigando sobre él. En primer lugar, hay una misoginia terrible en Roma, y los historiadores se ensañaron terriblemente con Faustina, la esposa, a quien le atribuyeron una personalidad ninfómana, una mujer infiel, una mujer que estuvo desde los 15 hasta los 40 años pariéndole hijos a Marco Aurelio, eso me pareció un acto injusto con ella, y un poco también obedeciendo a los nuevos tiempos, me parecía que también había necesidad de recuperar la imagen positiva de una mujer como la emperatriz Faustina.
En el capítulo dedicado a Faustina se habla de la visión de gobierno que ella tenía. ¿Qué piensa usted de la manera en que ella complementaba la idea del poder en Marco Aurelio?
Marco Aurelio se casa con Faustina cuando él tiene 25 años y ella tiene creo que 15 o 14 años, más o menos. Ella es una mujer culta, es la hija de Antonino Pío, una mujer educada bajo los principios estoicos. Marco Aurelio en ese primer librito de Meditaciones él le agradece a sus maestros y a sus familiares, pero también a Faustina y la considera como una mujer suave, obediente, cariñosa. Me parecía importante recuperar la figura de Faustina, recuperar o ensalzar la figura de la mamá de Marco Aurelio. Hay dos figuras fantasmales en las fuentes primeras de Marco Aurelio: una nodriza que él tuvo y la concubina del final cuando muere Faustina. Me parecía importante feminizar, si se puede, la figura de Marco Aurelio, que es un patriarca, es un militar, es un emperador, pero las fuentes me permitían darle una presencia menos negativa a las mujeres, que es lo que generalmente ha pasado con las formas en que la literatura y la historia se han ocupado de esa época.
¿Por qué son importantes las figuras de maestros como Junio Rústico y Frontón en la vida de Marco Aurelio?
Marco Aurelio fue un hombre privilegiado, tuvo maestros privados, él nunca fue a la escuela. Tuvo a los mejores maestros del momento, los grandes filósofos estoicos, uno de ellos fue Junio Rústico; Frontón no era estoico en realidad, era una especie de maestro en retórica latina, el que le enseñó a Marco Aurelio cómo hacer los discursos, cómo leer en voz alta. Frontón fue tan importante como Cicerón fue en su época, lo que pasa es que Frontón fue uno de los críticos más duros del cristianismo, y los cristianos se encargaron de borrar completamente toda su obra. Sí me pareció muy importante darles una presencia muy fuerte a los maestros porque sin ellos no hubiera sido lo que fue Marco Aurelio.
La religión sin duda es un tema importante, hablemos de los bárbaros y los cristianos en esa época…
Esos dos capítulos que se relacionan son los que van a provocar la decadencia del imperio. Sobre todo, el capítulo de los cristianos me significó una gran investigación. Marco Aurelio en sus escritos solamente hace una mención a los cristianos. Él dice que hay que enfrentar la muerte, ir a la muerte con serenidad, con resignación, con interés, y no ir a ella de una manera espectacular como lo hacen los cristianos, que se hacían matar porque si los mataban se iban para el cielo. Eso le parecía imprudente hacerlo. El cristianismo se estaba fortaleciendo mucho y los grandes textos contra ellos se escribieron en el siglo II de Marco Aurelio, y las grandes apologías del cristianismo también se escribieron durante su mandato.
“De pronto me sobreviene la idea de que esto que he escrito solo es un largo monólogo frente a la muerte”. ¿Podría resumirse el libro en esta afirmación del narrador?
Sí, yo creo que lo que predomina en Meditaciones es eso, es una continua reflexión sobre la muerte, sobre cómo asumirla, de qué modo enfrentarse a ella. La concepción estoica no es una concepción, digamos, trágica, es aceptar esa situación y ellos tienen la idea de que uno tiene como una especie de demonio interior, un demonio para ellos era como un espíritu protector que te protege ante todas las dificultades que te rodean.
Por otra parte, Meditaciones es un libro escrito por un hombre viejo, por un hombre enfermo que sabe que se va a morir pronto, y que está siguiendo eso en medio de la guerra, y en las fronteras, en los límites del imperio. Todo eso aumenta más el carácter un poco sombrío, melancólico. Aunque hay también muchos momentos felices en Meditaciones. O sea, despiértate con coraje, asume la cotidianidad como un hombre bueno, decente, no le hagas caso a las murmuraciones del otro, tú tienes un compromiso todos los días con tu quehacer, tú eres un ciudadano romano y tu compromiso es vela por el equilibrio de Roma.
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