Patricia Ariza durante la entrevista que dio para este diario en su casa, ubicada en La Candelaria. / Entre montañas producciones
Foto: UNDER TREES FILMS - DANIEL ALDANA LOMBO
Durante la temporada de “Ópera rap”, una obra de teatro, llegó un “pelao” sudando. Era rapero y no tenía más de 14 años. Patricia Ariza salió, lo vio jadeando y con un ladrillo en la mano: “Yo no tengo plata, ¿me va a dejar entrar o no?”. Ariza le respondió que sí, que claro que lo dejaría entrar, pero que tenía que bajar el ladrillo. Antes de entrar, lo abrazó, y al terminar, le dedicó la función. “Ese ha sido uno de los momentos más importantes de mi vida”, contó.
Por Laura Camila Arévalo Domínguez
Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
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