Edwin Vergara: “Donde mires hay poesía, solo hay que saber verla”
“Entre mi amor y tu ausencia” es el cuarto libro de Edwin Vergara, un desgarrador y sincero recorrido por las diferentes etapas del duelo a esos amores que llegaron a su punto final.
Esteban Parra
“La primera semana no se siente el cuerpo:
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“La primera semana no se siente el cuerpo:
la catástrofe es total:
inminente.
El recuerdo atraviesa la garganta,
todo lo que se dice pertenece
al pasado.
Todas las palabras
se vuelven tristes.
Todas las emociones
son recuerdos.
Los sueños son intranquilos.
Uno se mira al espejo
y no se reconoce
uno se despierta y se sabe solo…”.
Este es el primer poema del libro más reciente de Edwin Vergara, poeta colombiano nacido en el municipio de Marinilla en Antioquia y quien en 2015 abrió una página de Facebook para compartir las frases que escribía como hobby y que hoy son los versos con los que más de un millón de personas conectan a diario.
¿Cómo llego la poesía a su camino de vida?
Desde el colegio siempre estuve con muchos amigos, que eran artistas, que eran músicos. Esto me llevó a entrar a una banda de rock en la que fui el vocalista y estuve en ese proyecto unos cinco años. Allí tuve la oportunidad de hacer un par de letras, de componer un par de canciones. En esa época no escribía ni leía, pero esa fue la manera en que hacía algo con la palabra sin darme cuenta. Luego estudié locución para radio y en las prácticas me pusieron a redactar cosas para un periódico. En la oficina había una especie de biblioteca y ahí conocí «La tregua» de Benedetti, los libros de Gabo, la poesía de Jaime Sabines. La poesía y la literatura se atravesaron en mi vida en ese instante. Comencé a escribir mis frases a modo de pasatiempo, pues tenía muchos ratos libres en ese trabajo. Decidí abrir una fanpage para publicarlas y no dejar que se perdieran en un documento de Word. Eso fue en 2015 y en 2023 el proyecto cumple ocho años en los que, afortunadamente, muchas personas se han involucrado.
Hablemos del modo en el que encontró su estilo y lo que quería escribir. A quién deberíamos leer para conocer un poco de Edwin Vergara.
Cuando comencé a leer, no pude parar. Tuve dos o tres años en que fui un adicto a la lectura. Habré leído, no sé, unos 250 o 300 libros en ese lapso; ese fue el primer paso. Luego escribí y publiqué las frases que me nacían y, a medida que las personas iban interactuando con ello y empezaron a preguntarme si tenía pensado publicar un libro sin siquiera yo habérmelo planteado, me interesé en cómo otros autores lo habían hecho, en cómo darle una estructura a lo que yo estaba haciendo. Me encontré con escritores contemporáneos como Elvira Sastre, Jota Santatecla y muchos otros publicados por la editorial Valparaíso. Creo que de ese modo fui entendiendo lo que quería hacer porque al principio está el dilema de si quiero inclinarme por los fragmentos, la prosa poética, los cuentos pequeños o la poesía en verso libre, que es de lo que se trata este último libro.
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Para la segunda pregunta me remitiría a los ya mencionados Benedetti, Sabines, Sastre y Santatecla. También a Raúl Gómez Jattin o José Asunción Silva. De todos ellos fui encontrando palabras e identificando la ruta que quería andar: Hacer poesía amorosa inspirado en lo que se escribía en América Latina.
“Cartas sin destino” fue su primera publicación en físico y eso representa experiencias, retos y un sinfín de situaciones a las que no se está expuesto en el mundo digital...
Ese contacto por fuera de la pantalla es muy importante porque, al final de cuentas, es lo que te ayuda a terminar de creer en todo lo que estás haciendo. En redes sociales tienes las reacciones de la gente, los mensajes de muchas personas de diferentes partes del mundo, pero siento que la conexión en el plano físico es distinta, especial.
“Cartas sin destino” fue un poemario muy experimental, nacido de mi necesidad por escribir y de darle algo a quienes me pedían un libro. Fui acomodando los fragmentos que ya tenía escritos hasta la fecha, los mandé a la editorial argentina que se interesó en lo que hacía y, aunque esta no fue una buena experiencia, me dio el empujón para buscar otras opciones y allí me encontré con el mundo de la autopublicación en Amazon, una opción que nadie debería desestimar. Tomé la decisión de publicar así mi segundo libro y, de un momento a otro, las ventas se dispararon y logré posicionarme como uno de los poetas juveniles más vendidos en habla hispana. Gracias a esto tuve la oportunidad de viajar a México y dar recitales en diferentes ciudades. Tener lugares llenos de gente que estuviera allí para escucharme en un recital en otro país te hace creer en lo que estás haciendo y tener más fe en tu trabajo y en ti. Nunca pensé que eso pudiera pasar. Fue algo muy loco.
Me gustaría hablar un poco más de su experiencia con la autopublicación porque el sector editorial sigue siendo pequeño para la oferta tan basta que existe.
Yo me encontraba en una etapa de mi vida donde tenía que tomar decisiones radicales porque me estaba independizando. Luego de la mala experiencia que tuve con esa editorial, busqué información y me encontré con buenas referencias de Amazon para la autopublicación. Me dije: Edwin, no es una editorial, pero hay que abrirse el camino.
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Vivimos en un mundo que ha cambiado las reglas del juego. Ya nadie va a ir a escucharte al garaje de tu casa, por ejemplo. Ahora cada uno tiene la posibilidad de mostrar lo que hace a través de redes sociales y plataformas digitales, de encontrar su público de esa manera.
Me di la oportunidad de intentarlo y la reacción de la gente fue magnífica. Vendí más de 15.000 ejemplares de ese libro y así llegó la oportunidad de publicar con Valparaíso y ahora con Planeta, un sueño que tenía desde que estaba en el periódico y les decía a mis colegas que algún día iba a publicar con esa editorial. Hay que atreverse para poder conseguir resultados, porque no lograrás nada si te dejas llevar por el miedo.
“Entre mi amor y tu ausencia”, su libro más reciente y el primero en estar en las librerías de Colombia, habla de la tusa, de los cierres y la búsqueda de nuevos comienzos. Lo más interesante es que nació de tu experiencia personal. ¿Cómo vivió su creación? ¿Lo escribió en medio del proceso o al final de este?
Antes que nada, debo decir es que este es el libro más real que he escrito hasta ahora porque es el primero que no está inspirado en terceros, en lo que otros me contaron, sino en algo que viví. Estamos en marzo del 2023 y todo empezó en marzo del 2021. La ruptura con una pareja con la que llevaba tres años y con quien teníamos una vida formada en Medellín y unas metas a futuro. De repente, todo termina. No vi venir eso, tal vez fui torpe o medio ciego. Lo más difícil fue que no me cortaron de plano, sino que me pidieron un tiempo, entonces vives con esa expectativa, con la incertidumbre. Pasé de pesar 70 a 50kg, mi familia estaba preocupada por mi estado y entré en una depresión profunda.
Ahí llegó un mensaje de la editora de Planeta diciéndome que querían conversar conmigo y apareció una luz en medio de toda esa oscuridad, de ese mundo gris en el que vivía. Me dije que era el momento para hacer algo que valiera la pena con lo que estaba sintiendo, con lo que estaba atravesando. Por supuesto, las cosas no fueron tan fáciles, porque era imposible que los sentimientos no me tocaran y bloquearan mi escritura, porque las cosas no son fáciles cuando la ruptura es tan reciente. El dolor puede más que la creatividad y terminas llorando.
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Fue un proceso de casi un año con este libro y cada parte me fue entregando lo que yo quería. Le di la estructura de las cinco etapas del proceso del duelo según la psicología. Traté de vivirlo de esa manera porque la ayuda profesional fue clave en todo lo que estaba pasándome. Viví la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación y lo fui adaptando a lo que escribía. Cuando llegué al término de mi proceso personal, también había llegado al final de lo que estaba escribiendo. No fue nada fácil porque sobrepienso las cosas, sufro de ansiedad y de ataques de pánico, pero aquí estamos dos años después.
¿Qué ha sido lo más grande que le ha dejado la escritura?
Las vidas que tocas, la gente que conoces, los amigos que te da el arte, los hermanos que llegaron con lo que hago. Eso es lo más grande que me ha dejado la escritura.
¿Existe algún límite para la poesía?
No. Todo es poesía. Donde mires hay poesía, solo hay que saber verla, desautomatizarla, descodificarla. No siempre la poesía es de amor y desamor. Puedo hacer poesía sobre política, sobre ciencia ficción. Hay todo tipo de poesía.
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