Preludio de mar
Han pasado trescientos cinco días desde que dejé de escribir, acaso, estuve corriendo de un lado para otro buscando la mitad que me faltaba. Deseé salir de casa e ir por viajes que, en cierta manera, se hicieron realidad. Había pisado nuevamente ese planeta que me llevó a sentir la vulnerabilidad hace un tiempo atrás, y me decidí por confiar nuevamente en el capricho de dejarme llevar, sólo porque un alguien me hechizó con su voz terrenal diciéndome que amaba, y yo añadí un “me” antes de la frase, bajo mi propio preludio.
María Acosta
02 de mayo de 2022 - 08:00 p. m.