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La música como confidente y amante

Eduardo González Moreno, integrante de Puerto Candelaria, habló del lanzamiento de su nuevo sencillo “Animalito”, grabado en Estrasburgo durante su más reciente gira europea. González reflexionó sobre su visión del amor, tanto en la música como en su vida personal, y describió los retos de ser artista en Colombia.

Samuel Sosa Velandia
09 de agosto de 2024 - 12:00 p. m.
Eduardo González Moreno obtuvo el título de Maestro en Educación y TIC por la Universidad Abierta de Cataluña.
Eduardo González Moreno obtuvo el título de Maestro en Educación y TIC por la Universidad Abierta de Cataluña.
Foto: Cortesía Lucho Escobar.
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Hablemos sobre el lanzamiento de su nuevo sencillo “Animalito”. ¿Cuál es la historia de esta canción?

Este sencillo lo grabamos durante nuestra gira por Europa en mayo y junio en Estrasburgo (Francia). Siempre aprovechamos estas giras para cerrar con un contenido especial, una sorpresa para todos los que siguen nuestra música. Puerto Candelaria siempre ha buscado expandir la forma en que cantamos sobre el amor. El amor es un tema recurrente en la música, el arte, la poesía y la literatura. Después de “Amor y deudas”, que fue un éxito con Puerto Candelaria, y de reírnos con esa canción, y tras recordar “Senderito de amor”, otra de las más escuchadas de Puerto, decidimos explorar un amor visto desde múltiples perspectivas. Esta canción, “Animalito”, está dedicada a nuestras mascotas, esos seres especiales que siempre nos esperan en casa y nos aman incondicionalmente y a quienes incluso les damos apodos cariñosos.

¿Cuáles cree que fueron los retos de hacer una grabación en vivo fuera del país?

Uno de los desafíos es asegurar que todo el audio y video estén perfectamente sincronizados. En Estrasburgo, tuvimos el reto adicional de trabajar con un equipo internacional diverso, con más de diez nacionalidades presentes. Aunque la comunicación era un desafío, fue una experiencia maravillosa y enriquecedora. La música y el arte tienen el poder de conectar a las personas, y eso fue evidente durante la grabación de “Animalito”. Afortunadamente, el equipo fue excelente, y nuestra gira por Europa, que ya ha visitado más de 40 ciudades, nos ha permitido conectar con muchos seguidores y amigos.

¿Qué es el amor para usted y dónde lo encuentra?

Para mí, el amor está en la música; siempre he encontrado un amor inmenso en el arte y en mi pasión, en lo que estudié. Creo que es fundamental para el desarrollo personal. El amor se manifiesta de muchas formas: está el amor tierno, como en esta canción, el amor pasional y sensual con nuestra pareja, y el amor fraternal. La música es mi gran amor, mi confidente y amante.

¿Cómo describe ser artista en un país con tantos retos como Colombia?

Puerto Candelaria está a punto de cumplir 25 años, y, a lo largo de este tiempo, hemos enfrentado numerosos retos casi anualmente. Cuando empezamos, en el año 2000, éramos estudiantes de música y comprábamos música física; íbamos a las tiendas a adquirir CD o casetes, y yo aún tenía vinilos cuando era adolescente. Hemos vivido una transformación completa en la industria musical. Las redes sociales e internet apenas comenzaban, así que adaptarnos a estos cambios ha sido un desafío constante. Sin embargo, lo más importante para nosotros es mantenernos fieles a nuestros principios, independientemente de las nuevas tendencias tecnológicas, el streaming y la saturación de temas en el panorama musical. Nuestro mayor reto ha sido conservar nuestra esencia. Después de 25 años, el poder viajar y compartir con tantas personas, además de recibir el reconocimiento de la industria musical, como la nominación y el premio Latin Grammy en 2019 por nuestro álbum de cumbia, hace que todos estos retos realmente valgan la pena.

Hablando de los desafíos de mantenerse en el tiempo, ¿qué ha tenido que replantearse Puerto Candelaria?

Yo llevo más de la mitad de mi vida en Puerto Candelaria, así que es natural que evolucionemos. Pasamos de ser estudiantes saliendo de la posadolescencia a tener más experiencia y canas. La banda también ha cambiado: de los integrantes y fundadores solo quedamos Juancho Valencia (el sargento Remolacha) y yo. Nuestro primer álbum, Jazz a lo colombiano (2002), fue aclamado como uno de los mejores del año en jazz. Empezamos a recorrer festivales y teatros, pero con el tiempo entendimos que el jazz, aunque fue un excelente punto de partida, debía complementarse con otros géneros como el rock y el pop. Adaptarse es parte del proceso. No significa renunciar a lo que somos, sino evolucionar y mantenernos en sintonía con nuestra realidad.

¿Cómo ha sido estar 20 años en la misma agrupación?

Puerto Candelaria ha tenido muchas formas de trabajar. Somos una banda y entendemos que todo se construye desde el ensayo, las reuniones y el compartir. En la dirección del proyecto está Juancho Valencia, uno de los genios en la producción y composición, no solo de Colombia, sino de Latinoamérica. Él ha sido nuestro líder y creador. Lo bonito de Puerto Candelaria es que las canciones y los álbumes, así como toda la estética, se construyen en conjunto. A diferencia de la mayoría de los artistas, que entran al estudio en solitario para componer y luego presentar su música, nosotros tocamos la música primero durante uno, dos o tres años. La música va variando, alimentándose y fusionándose. El proceso de grabación y lanzamiento llega al final, cuando la música está madura. Es un enfoque inverso, pero permite que todos podamos aportar y que el proceso sea muy orgánico. Incluso el público termina contribuyendo de alguna manera.

¿Cómo fue su comienzo en la música y las referencias que trazaron como una inspiración?

Empecé en la música a los 15 años, un poco tarde según los estándares, pero de forma natural y espontánea. Mi interés surgió gracias al teatro, donde me recomendaron la formación musical. Comencé a estudiar bajo y luego entré al conservatorio de la Universidad de Antioquia, donde me encontré con un enfoque diferente al que conocía, basado en la música clásica. Tuve que adaptarme, pasando del bajo eléctrico al contrabajo, pero acabé apreciando esa nueva perspectiva. He pasado muchos años tocando en orquestas sinfónicas en Medellín y Bogotá. Si tuviera que empezar de nuevo, elegiría esta carrera una y mil veces más. La música es mi gran amor. Mis referentes incluyen la música clásica, por su sólida formación; el jazz, por su capacidad de improvisación, y la música colombiana, por su rica diversidad y el profundo conocimiento cultural que ofrece.

¿Cómo le ha ido en su experiencia de docente? ¿Qué es lo que más le interesa enseñarles a sus estudiantes, además de lo técnico?

He tenido la fortuna de estar en la docencia desde hace más de 20 años, en diversos niveles y en diferentes contextos, desde clases particulares en academias hasta enseñanza formal en universidades. Hace más de 15 años que estoy en la universidad, dirigiendo dos cátedras: ensambles, que es cómo dirigir un grupo, y el instrumento mío, el bajo y el contrabajo. Lo que realmente me esfuerzo por enseñar es a inspirar. Me encanta que mis estudiantes me digan que me vieron en un concierto o en una gira y que les parece maravilloso que uno pueda viajar y vivir de esto. Creo que la inspiración es fundamental. Yo tengo una voz que he desarrollado gracias a mis maestros, a mi esfuerzo y a mi estudio. Pero lo más valioso es inculcarles a ellos que deben encontrar su propia voz, su propio camino y su propia estética.

¿Y usted qué ha aprendido de la música desde que empezó su camino?

La música enseña valiosas lecciones, siendo la principal aprender a escuchar. En un mundo saturado de información, detenerse a escuchar es crucial. Además, muestra que trabajar en equipo puede multiplicar resultados, como en una orquesta con 100 personas sincronizadas. La música también me ha dado seguridad, empatía y un amplio conocimiento en temas como filosofía, historia y política.

Samuel Sosa Velandia

Por Samuel Sosa Velandia

Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia. Apasionado por las historias entrelazadas con la cultura, los movimientos sociales y artísticos contemporáneos y la diversidad sexual. Además, bailarín de danza folclórica en formación.@sasasosavssosa@elespectador.com

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edgar(57888)09 de agosto de 2024 - 12:32 p. m.
Excelente Grupo : " Puerto Candelaria" !!!!!!! desde Canada .
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