¿Qué putas es el amor?
En “¿Qué putas es el amor?” (Calixta Editores), el más reciente libro del escritor antioqueño Esteban Palma, se presentan una serie de relatos que confrontan y cuestionan los preceptos más repetidos en torno a este sentimiento.
Joseph Casañas Angulo
De repente uno de esos humanos a los que llamamos “loco” o habitante de calle, para que nadie se moleste, impidió que la sesión de cuentería se acabara abruptamente. Cuando algunos asistentes empezaban a retirarse de la plazoleta, aquel hombre harapiento y sucio se apoderó del escenario callejero.
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De repente uno de esos humanos a los que llamamos “loco” o habitante de calle, para que nadie se moleste, impidió que la sesión de cuentería se acabara abruptamente. Cuando algunos asistentes empezaban a retirarse de la plazoleta, aquel hombre harapiento y sucio se apoderó del escenario callejero.
Lo que dijo no se puede leer mejor en “Qué loco que está el mundo”, el cuento introductorio de “¿Qué putas es el amor?”, el más reciente libro del escritor y empresario antioqueño, Esteban Palma. Sin embargo, este fragmento se aproxima mucho al discurso que ese loco le espetó a la muchedumbre:
“Pero en serio, en serio, ¿se han preguntado qué es el amor? A mí me parece una palabra sin sentido. No me entiendan mal, solo hablo de la palabra. ¿A quién se le ocurrió encerrar en una palabra tan corta tantas cosas por decir, tantos sentimientos, tantas emociones? ¿Lo han notado? Solo cuatro letras que expresan lo más sublime, lo más grato, lo más loco, lo más hermoso y lo más terrible de la vida. Solo cuatro letras que bien podrían describir cuatro universos”.
Y sigue: “Si me lo pregunta, el amor es corto y fugaz, pero poderoso. Es como sellar un trato con un pacto de sangre, pero no es para siempre, no se engañen. El amor se acaba, como las palabras, como la vida o como el agua en este planeta. Hay un secreto que me sé muy bien porque mis canas lo delatan, escuche: el tiempo no se puede recuperar. Él es el dueño de todo, el amante del amor, y es a quien hay que rendirle tributo, aprovecharlo. Y qué mejor forma de hacerlo que amarlo con pasión”.
Llevaba varios meses con ese libro acomodado en la biblioteca. Aún lo tenía con el plástico transparente puesto. Hasta se me había olvidado de que lo había comprado en la más reciente edición de la Fiesta del Libro de Medellín. Le invitamos a leer: El creador de un bosque de hadas y duendes a 40 minutos de Cali
Hace poco me cambié de apartamento y mientras empacaba los libros, me reencontré con él. Recordé que lo compré, no solo por el título, que me pareció audaz y confrontativo, sino porque quería saber quién carajos se había atrevido a definir ese sentimiento que es tan benévolo como despiadado. Esta es la entrevista con Esteban Palma. Además: Escribir con las vísceras y la forma de burlar una ‘tusa’
¿En ese primer cuento usted intenta definir el amor desde la locura?
Es una introducción que marca lo que se va a desarrollar en el libro. Hablamos del concepto de amor desde el punto de vista de este personaje porque es la representación más pura del amor. Tiene mucho de locura, él mismo sabe que está loco. Este personaje está tan loco que quizá está más cuerdo que cualquiera de nosotros.
Este personaje nos marca algunos límites entre la ficción y la no ficción, pero también nos marca lo que nos ha pasado muchas veces: que una persona que no está enamorada vea ese proceso de enamoramiento en sus cercanos como un proceso de locura, de pérdida del juicio.
El amor es una locura, pero en medio de tanta locura, también es lo más bonito, lo más sublime. Al final es lo que nos hace más humanos y lo que nos conecta más como humanos. Es lo más cuerdo en medio de la locura.
¿Por qué escribir sobre el amor?
Nace de una idea. Como seres humanos le decimos amor a muchas cosas. Existe el amor de pareja, de hermanos, de familia, hacia el dinero, a los lugares o amor hacia uno mismo. Y ahí me nace la pregunta: ¿Por qué putas le llamamos amor a todo esto? Y un poco más allá ¿qué putas es el amor? Investigando me doy cuenta de que, por ejemplo, los griegos usaban más de 14 palabras para lo que nosotros hoy en día utilizamos en una sola que es amor.
Si bien es un sentimiento tan complejo y humano, ¿por qué lo minimizamos en una palabra tan sencilla? Y de ahí nace una retahíla de historias que se crean para entender estos procesos e intentar entrelazar a través de historias lo que realmente es el amor. Pese a ser un sentimiento que se entremezcla con la rabia o la frustración, el amor es una mezcla de todo.
¿Cómo fue el proceso de investigación del que habla? ¿Cómo se investiga al amor?
La investigación nace de la curiosidad. Como buen lector parto de entender los conceptos. Ahí me voy a diferentes procesos de investigación y de preguntas. ¿Esta palabra qué significa? Más allá de la etimología.
Parte de cómo arranca el libro son definiciones en las que se trata al amor como una enfermedad, como lo definiría una persona que está totalmente enamorada.
Aunque es ficción, situaciones y personajes que se muestran allí hacen parte de la cotidianidad. Cosas que he escrito, que he leído, que le escuchado a la gente, que he interpretado de alguna película. Al final lo cotidiano es lo que genera inspiración. No creo mucho en ese proceso creativo de que llegará una musa a liberar los genios creativos. Mi proceso creativo se basa más en absorber lo que pasa alrededor y desde ahí proponer una idea.
Después de esa investigación fáctica y documental, Esteban Palma ya podría decir ¿qué putas es el amor?
Más allá de definir la palabra en sí, intento encontrar una figura que nos de luces para entender para qué existe. Al final, después de jugar e interpretar cada una de las definiciones, el libro, más que una definición, es una especie de guía de libre de interpretación que no presenta rutas ni manuales. Expone los matices y busca que cada uno la entienda dentro de su infinidad de posibilidades. La definición varía de acuerdo con las vivencias y se va moldeando de acuerdo con las experiencias.
Esas experiencias en torno al amor suelen ser desafortunadas. ¿Cómo desarrollar el concepto de desamor dentro de un libro que habla de amor?
El amor no es malo ni bueno, ni bonito, ni feo, es más como una montaña rusa. La parte del desamor no la veo como una contra parte. Para mí el desamor no es todo lo contrario al amor, es como un matiz, un complemento de lo que debería ser.
Hay momentos en lo que es sublime y nos fijamos mucho en esta parte bonita, que también es medio ciega, pero al final, dentro del mismo amor existe esta parte del desamor y eso incluye sensaciones y sentimientos adicionales.
Hay desamor hacia uno mismo, hacia la pareja, hacia Dios, pero no quiere decir que se deje de amar a esos seres, quiere decir más bien que se entra en un proceso de transformación.
Esos tipos de amor se fragmentan en varios cuentos…
Amor de madre: En el cuento «La decisión de Gloria» se hace evidente el amor de madre que lo puede todo, pero, al mismo tiempo, al ser tan grande, se enfrenta a diferentes encrucijadas. En este cuento, Gloria debe decidir a cuál de sus dos hijos salvarle la vida, dos hijos que son totalmente opuestos y que representan dos caminos morales diferentes.
Amor por una ciudad: En el cuento «Te amo, Madrid» se desarrolla un amor casi romántico por la ciudad, por cada una de sus calles, plazas, fuentes, casas, tejados, etc. La experiencia que se vive en la ciudad es tan plena que llega a ser orgásmica.
Amor romántico: El amor romántico aparece una y otra vez en este libro, así como en la vida, en diferentes matices. Está el amor romántico adolescente e inocente en el cuento «Koi no yokan» cuando una pareja se ve en el metro y a partir de ahí no se pueden desconectar hasta que se reencuentran en un festival de árboles de cerezo. La otra cara del amor romántico aparece en el cuento «Ellas conmigo», una historia que se asemeja más a la experiencia de un matrimonio en la que la comprensión, la paciencia y la tolerancia son la base de ese amor. En este cuento, un hombre no solo comparte el amor con otra persona, sino que lo hace con sus múltiples personalidades.
Amor propio En el cuento «Un tal Triz» se exponen las dificultades a las que se enfrenta una mujer cuando su cuerpo cambia drásticamente y el proceso que debe atravesar para reconciliarse con su cuerpo y amarlo.
Amor por los demás: El amor por los demás se repite una y otra vez en el libro, pero uno de los cuentos más representativos es «En el pórtico», una historia que le da voz a un perro y expone los sentimientos que puede experimentar un animal cuándo es abandonado y su amor se fractura.
Hábleme del título del libro…
Nace de esa misma idea loca que tenemos de darle significado. Inicialmente el libro se llamaba “Lo que llamamos amor”, que también incluye una aproximación muy certera de lo que se habla en el libro, pero le faltaba una pizca más de irreverencia sobre lo que es el amor, que no es nada sutil. Es más bien crudo y amargo, pero muy poderoso.
¿Qué hay de Esteban en los personajes de estos cuentos?
Hay bastante, tal vez no de un solo Esteban sino de fragmentos de una cierta situación o momento, pero no solo de mí, sino también de todas aquellas cosas que he oído, leído o entendido en el camino, pues creo que no hay nada más universal que el amor, y estoy seguro de que al leer el libro cada persona se podrá identificar por lo menos con una situación o personaje.
¿Siente que el amor ha cambiado con la virtualidad y esta nueva realidad?
Seguro, pero creo que ha cambiado más en la forma que en el fondo, es decir, quizás nos hemos tenido que adaptar para relacionarnos con nuestras parejas, seguramente nos hemos aprendido a amar más a nosotros mismos al tener más tiempo solos y, claramente, nuestros perros no se nos despegan, pero el sentimiento en el fondo es el mismo, solo que hacerlo por medios digitales nos ha abierto las puertas a nuevas posibilidades y formas de expresarlo, pero seguro también fue un cambio para nuestros padres quienes debían llamar por un teléfono fijo y quedarse horas pegados a un cable o para nuestros abuelos que debían enviar cartas y esperar días para recibir respuesta de aquel otro, sin duda cambia el medio, pero no el sentimiento. Creo que eso es lo bonito del amor, es universal y atemporal.