“Heme aquí, pues, enamorado a los diecinueve años y medio. Y descubro que el amor es más bien amargo y que, por desgracia, siempre seré su esclavo (me refiero al amor tierno y sentimental) […]. Pero como necesito dar algún consuelo a mi corazón […] escribo estas líneas para explorar las profundidades del amor y poder recordar con la mayor exactitud cómo irrumpió en mi corazón esta pasión soberana”.