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La obra de arte necesita de un espacio físico o virtual para ser vista y el público requiere de un lugar para encontrarse con ella. Actualmente, existen galerías o exhibiciones que permiten este encuentro, pero hace 70 años era difícil tener un punto dedicado al encuentro, a la contemplación o discusión cultural. Sin embargo, existieron quienes se idearon las formas de hacerlo posible, ese es el caso de La Tertulia, en Cali.
Se inició como una casa cultural, pero se fue transformando a través de la búsqueda de caminos y lugares que pudieran albergar el ideal del encuentro en torno a la literatura, el cine y las artes plásticas. En 1968 encontraron un lugar junto al río Cali. Un sitio fresco, intacto, listo para convertirse en un recinto dedicado al arte. Maritza Uribe Urdinola fue una de las líderes que soñó con un espacio idóneo para difundir la cultura en la ciudad y lo consiguió.
Nació “el primer museo de arte moderno en Colombia”, que consistió, inicialmente, en un recinto pequeño que albergaba un edificio a manera de galería y otro que funcionaba como los antiguos teatros griegos. Posteriormente, con el avance de la cultura y la llegada de nuevas búsquedas narrativas como el cine, se creó la cinemateca, donde incluso Andrés Caicedo se reunió para proyectar películas.
Según la directora actual, Ana Lucia Llano, “el museo ha sido pionero en Cali con una visión vanguardista, inspirada en museos internacionales y cuenta con instalaciones como apartamentos para artistas en residencia, un comedor y una galería académica, enfocándose en la exhibición y estudio de obras de arte sin comercializarlas”.
Propuestas artísticas, comunitarias y ambientales
En respuesta a la necesidad de acercar el arte y la cultura a los caleños, el Museo La Tertulia ha implementado algunas estrategias.
Ciudades como Cali se muestran como centros multiculturales por su historia y su geografía. Su cercanía con el Pacífico, con las montañas del Cauca y con la cordillera facilita la reunión de diferentes visiones estéticas y culturales. Es ahí donde el museo está apostando hacia una amplitud comunicativa.
Uno de los ideales durante los tiempos de fundación del museo fue la búsqueda de lugares comunes y propicios para el encuentro. Hoy en día esa búsqueda continua de otras formas y con otros métodos. “Barrio adentro” es una iniciativa que busca el diálogo, uno que pueda reunir a la comunidad en torno al territorio que habitan por medio de la investigación y creación sobre esos lugares propios que están fuera del museo, pero también cuentan narrativas estéticas. Una forma de autoobservación por medio del arte.
Esa consciencia por los lugares habitados también conduce al camino de la reflexión ambiental, sobre tido en un lugar que está atravesado por la naturaleza, que ha convivido durante muchos años con el sonido del río, las aves y las raíces de grandes árboles que también son parte del museo.
Siete décadas dedicadas al arte
El Museo La Tertulia ha presenciado la evolución de la sociedad caleña a lo largo de los años, ha sido testigo de su crecimiento y de sus propuestas estéticas. Varios años después de su fundación, este espacio aún sigue apostándole a la transformación cultural.
En 2026 se cumplirán 70 años de trayectoria para este lugar de encuentro y reflexión, por ello, se preparó el evento “7 hitos, 70 años del Museo La Tertulia”, que tendrá lugar el jueves 20 de junio. Este evento conmemora su legado en el campo de la circulación del arte y busca recaudar fondos para la modernización de su infraestructura y el fortalecimiento de sus programas culturales y académicos.
Ana Lucia Llano habló para El Espectador sobre su relación con las artes visuales y detalló su experiencia en la dirección del museo.
¿Cómo comenzó su trayectoria en el mundo cultural?
Mi trayectoria profesional comenzó en la televisión colombiana en los años 90, donde participé en la producción de varias telenovelas reconocidas por su calidad estética. Posteriormente, trabajé en la Red Capital de Bibliotecas de Bogotá y luego regresé a Cali para dedicarme al Museo La Tertulia.
¿Qué recuerda de ese acercamiento a la televisión?
Siempre tuve una afinidad y pasión por el arte y la cultura. Desde los 15 años, llevaba una cámara Nikon colgada y tenía el ideal de ser directora de fotografía. Aunque estudié comunicación con énfasis en producción televisiva, me especialicé en dirección de fotografía en Los Ángeles, siguiendo mi pasión por el cine. Mi trayectoria profesional comenzó en la televisión con algunas producciones, pero eventualmente me interesé por los centros culturales y bibliotecas. Inicialmente, sentí temor por no ser experta en artes visuales al asumir el rol de directora del Museo, pero mi trabajo se enfoca más en la administración y tengo el apoyo de un equipo experto para las curadurías, además de comités especializados en cada área.
¿Cómo era el panorama cultural en ese entonces?
Recuerdo mucho mi llegada a Bogotá para estudiar en la universidad: descubrí un ambiente lucido de arte y cultura que fue revelador para mí. Visitar el MAMBO fue especialmente impactante. Fue emocionante caminar por sus galerías y contemplar el arte a través de esos ventanales renovados. En Bogotá encontré un grupo de amigos y amigas muy afines, especialmente en el ámbito de la fotografía, algo que en Cali no había experimentado de la misma manera.
¿Cómo se nutre de referentes?
Para nutrirme de procesos artísticos, mantengo una constante visita a museos y actualizo una bitácora llamada “Andando museos”, donde registro impresiones y detalles de cada visita. Observo la simplicidad y sutileza en la museografía, buscando inspiración para hacer nuestro museo más funcional y significativo. Me interesa especialmente la cultura ciudadana y cómo nuestro espacio público puede generar valor simbólico y metafórico para la comunidad. Además, leo mucho, estoy activa en redes de museos a nivel local y nacional.
¿Cuál ha sido su experiencia al frente del Museo La tertulia?
Ha sido un desafío enriquecedor para mí, ha significado un constante crecimiento personal. He debido cuestionar y cambiar los lenguajes y términos tradicionales, adaptándome a nuevas formas de comunicación y organización. A lo largo de estos años, he encontrado mis maneras de ajustarme en este rol enfrentando algunos retos, pero también viendo el impacto positivo que las mujeres han tenido en la historia y desarrollo del museo. Desde su fundación, las mujeres han jugado un papel crucial, mostrando un compromiso y una pasión por utilizar el arte como motor de transformación para Cali y el Valle del Cauca.
Desde su perspectiva, ¿cuál cree que es el factor diferencial del museo?
Considero que el factor diferencial de La Tertulia radica principalmente en dos aspectos clave. Primero, nuestra especialización en las artes visuales, tanto contemporáneas como modernas, lo cual nos distingue dentro del contexto cultural del Valle del Cauca. Este enfoque nos permite establecer un diálogo continuo con las problemáticas contemporáneas a través del arte. Segundo, nuestra fuerte apuesta por la inclusión y la diversidad de voces.
Hablemos de la recaudación de fondos que están realizando para el museo. Entiendo que se debe al cumpleaños número 70, 2026, de este recinto...
Sí, efectivamente. Este evento se llevará a cabo el jueves 20 de junio a las 6:30 de la tarde en la plazoleta al aire libre del museo. Será una experiencia única con varias actividades. Incluirá una intervención musical con cuatro voces líricas colombianas y una pianista. Además, inauguraremos la exposición “Ingeniería de la visión”, que presenta obras seleccionadas de nuestra colección. Habrá un cóctel para los asistentes y será una oportunidad para celebrar nuestros logros y visibilizarnos. Este evento no solo busca recaudar fondos, sino también fortalecer la conexión con nuestra comunidad y celebrar juntos el legado cultural del Museo La Tertulia.