Truman Capote y Perry Smith: cómo el afecto moldeó ‘A sangre fría’
Escribir su obra de no ficción implicó, para Truman Capote, muchas horas de conversación con uno de los asesinatos del crimen que investigaba. ‘A sangre fría’ da cuenta de ello.
Daniela Cristancho Serrano
Truman Capote es uno de los padres de la literatura de no ficción en Estados Unidos. Y ese cargo se lo otorgó su obra A sangre fría, en la que narra el asesinato de los cuatro miembros de la familia Clutter, en Kansas. Y quizás la pieza de Capote tiene otro ingrediente de no ficción: refleja muchos de sus propios sentimientos y pensamientos hacia la historia. Y esto es especialmente evidente en los personajes de Richard Hickock y Perry Smith, los asesinos. A sangre fría evidencia la simpatía del escritor hacia Perry y su antipatía hacia Dick, a pesar de que ambos son declarados igualmente culpables del crimen. En la novela, se puede percibir a Perry casi como una víctima de su propio pasado, una persona con una enfermedad mental que no mataba por ser malvado. En cambio, se puede concebir a Dick como un villano, un criminal sanguinario, al que poco le afectan las emociones. Desde una lectura personal, se podría evidenciar que Capote, seguramente de manera inconsciente, justifica las acciones de Perry y no las de Dick y, así, logra que el lector sienta compasión por el primero y odio hacia el segundo. Esta justificación y persuasión se debe a la relación personal que desarrollaron Perry y Capote mientras el escritor investigaba la historia. Esto salta a la vista en los tonos y descripciones de los personajes, en sus diálogos y en la comparación que hace de ambos.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Truman Capote es uno de los padres de la literatura de no ficción en Estados Unidos. Y ese cargo se lo otorgó su obra A sangre fría, en la que narra el asesinato de los cuatro miembros de la familia Clutter, en Kansas. Y quizás la pieza de Capote tiene otro ingrediente de no ficción: refleja muchos de sus propios sentimientos y pensamientos hacia la historia. Y esto es especialmente evidente en los personajes de Richard Hickock y Perry Smith, los asesinos. A sangre fría evidencia la simpatía del escritor hacia Perry y su antipatía hacia Dick, a pesar de que ambos son declarados igualmente culpables del crimen. En la novela, se puede percibir a Perry casi como una víctima de su propio pasado, una persona con una enfermedad mental que no mataba por ser malvado. En cambio, se puede concebir a Dick como un villano, un criminal sanguinario, al que poco le afectan las emociones. Desde una lectura personal, se podría evidenciar que Capote, seguramente de manera inconsciente, justifica las acciones de Perry y no las de Dick y, así, logra que el lector sienta compasión por el primero y odio hacia el segundo. Esta justificación y persuasión se debe a la relación personal que desarrollaron Perry y Capote mientras el escritor investigaba la historia. Esto salta a la vista en los tonos y descripciones de los personajes, en sus diálogos y en la comparación que hace de ambos.
Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖
Para escribir esta novela, Capote tuvo que pasar numerosos días entrevistando a estos asesinos. Si bien Dick siempre se mostró reacio a estas entrevistas, Perry tuvo más apertura al respecto. Debido a esto, el escritor y Perry sostuvieron diálogos durante largas horas en prisión. Eventualmente, estos dos desarrollaron una relación amistosa que ayudó a Capote a recopilar toda la información necesaria para trabajar en el libro. Se puede evidenciar esta relación en las cartas que se escribieron mientras Perry estaba en la cárcel y Capote en España: “Querido Perry, acabo de enterarme de la negativa de la corte. Lo siento mucho. Pero recuerda, este no es el primer contratiempo. Por favor envíeme la dirección de [su abogado, Robert] Bingham, que no tengo aquí, y también su número de teléfono”. La cita da cuenta de un escritor a quien le entristece la situación de su entrevistado. Perry Smith no era una simple fuente. La relación entre ambos evolucionó hasta el punto en que se los consideraba amantes. Parte de la conexión entre ellos se basaba en el hecho de que tenían problemas familiares similares. En la película Capote, se ve cómo se relacionan sus antecedentes familiares: en el caso de Perry, sus padres se divorciaron y su madre se volvió alcohólica, lo que lo obligó a quedarse en un orfanato con monjas que eran abusivas con él. De igual forma, los padres de Capote también estaban divorciados y su madre estaba ausente, por lo que creció con otros familiares.
Le recomendamos: La mujer detrás de la cera, Marie Tussaud
Quizás fue la identificación de Capote con Perry la que le hizo justificar las acciones de este último. El primero describe el entorno traumático del segundo y los acontecimientos de su vida que pudieron haberlo afectado al punto de cometer un delito. Escribe sobre los suicidios de dos de sus hermanos, el alcoholismo de su madre. Consciente o inconscientemente, Truman Capote suscita compasión por Perry. Además, podemos evidenciar cierta justificación en el tono y la descripción de este personaje en comparación con los recursos utilizados para Dick. En muchos casos, se usan metáforas cuando describe a Perry. “Porque me odia”, dijo Perry, cuya voz era a la vez amable y remilgada, una voz que, aunque suave, fabricaba cada palabra exactamente, la expulsaba como un anillo de humo saliendo de la boca de un párroco”. Por otro lado, Dick suele ser descrito de una manera más dura: “Por supuesto, Dick era muy literal. No tenía ningún conocimiento de música, poesía”.
Esto también se puede notar en los diálogos. Dick le dice a Perry en el primer capítulo haciendo referencia a sus futuras víctimas: “Te lo prometo, cariño, volaremos el cabello por todas las paredes”. Los deseos sanguinarios de Dick en este tipo de diálogos lo comienzan a configurar como un antagonista. ”La razón principal por la que fui allí no fue para robarles sino para violar a la niña”, se lee en otro apartado sobre el personaje. Contrariamente, los diálogos de Perry no suelen ser tan fuertes. De hecho, muestran la vulnerabilidad de Perry en muchos casos. “A mí también me gustaba leer. Mejorar mi vocabulario. Inventar canciones. Y podía dibujar. Pero nunca recibí ningún estímulo, ni de él (papá) ni de nadie más”.
Le podría interesar: En estado de libertad
Finalmente podemos evidenciar las intenciones de Capote de justificar a Perry pero no a Dick, de presentar al primero como el villano y al segundo como la víctima cuando afirma que son completamente diferentes, lo cual hace en repetidas ocasiones. “Los dos jóvenes tenían poco en común, pero no se dieron cuenta, porque compartían una serie de rasgos superficiales”. A lo largo de la novela podemos ver cómo Truman Capote se gana la simpatía del lector hacia Perry y genera el efecto contrario hacia Dick, quien era igualmente culpable del asesinato de los Clutter. Y es, incluso, natural que un escritor narre de manera diferenciada a dos personajes con quienes ha sostenido relaciones diametralmente opuestas. Que narre desde la simpatía, o inclusive el amor, a quien ha conocido a profundidad y con quien se ha mostrado vulnerable; mientas que encuentre en el otro el sujeto perfecto para hacer las veces de villano. Este es, una vez más, el ingrediente extra de no ficción que le agregó Capote a su obra maestra.