Kandinsky, según lo reseñó Orlando Figes, “provenía del río Konda, cerca de Tobolsk, Siberia, donde la familia se había asentado en el Siglo XVIII”.
Foto: Nátaly Londoño Laura
Y el frío y el hielo y el cielo muy azul y algunos brotes de verde que se descubrían entre las hojas de los árboles cuando soplaba el viento. Y el tren a menos de 30 kilómetros por hora, rumbo a la nada. Y el negro del humo metiéndose entre las nubes y más allá. Y el ruido, trac a trac-trac a trac. Y sus vecinos mirando por la ventana, como él. Dejando en el vidrio el vaho de sus alientos. Y el silencio adentro y afuera, y de cuando en cuando, algún letrero que señalaba que Komi estaba a 650 kilómetros, o a 600, no importaba. Con el tiempo, a...
Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com