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En la Casa Quinta Museo de Bolívar, en el centro de Bogotá, se puede elaborar este inventario de los originales y las réplicas de las espadas que, según los historiadores, pertenecieron al Libertador Simón Bolívar. (Recomendamos: Un exmilitante del M-19 detalla el ocultamiento de la espada en la casa del poeta León de Greiff).
La espada de combate y sus dos réplicas (la misma que fue motivo de controversia entre Iván Duque y Gustavo Petro el pasado 7 de agosto): Inventariada desde 1924 tras donación de la Sociedad de Embellecimiento, no hay certeza plena de que haya pertenecido a Simón Bolívar, pero es la que mayor fuerza simbólica tiene en Colombia tras ser robada por el M-19 en 1974. Fue devuelta en 1991 por Antonio Navarro Wolf tras el proceso de paz y en el marco de la Asamblea Nacional Constituyente (foto). Tiene una guarnición calada y enconchada para proteger la mano y un escudo en relieve de la Gran Colombia, decoración vegetal y las tres estrellas para uso exclusivo de un general. Estuvo varios años guardada en bóveda de alta seguridad del Banco de la República. Las que se exhiben tanto en la Quinta de Bolívar en Bogotá, como en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, son réplicas del original cuyo molde en silicona fue destruido.
La espada de gala y múltiples réplicas: También conocida como la espada del Perú, fue regalada a Bolívar en Lima y el original está en poder del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien ha regalado réplicas a los presidentes de Paraguay, Bolivia, Haití, Chile, Brasil (Fernando Enrique Cardoso y Lula Da Silva), Ecuador, Argelia, Indonesia, Irán, Nigeria, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Irak y Kuwait. Las entregas más polémicas han sido a los presidentes Robert Mugabe (Zimbabue), Raúl Castro (Cuba) y Libia (Muammar Gadaffi), y al creador del fusil Kalashnikov en Rusia. A Colombia regaló dos réplicas en 2005, una que se exhibe en la Quinta de Bolívar en Bogotá y la otra en la Quinta de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta.
La daga florentina: Es un arma para usar en la mano izquierda mientras se blandía la espada con la mano derecha. Bolívar era ambidiestro. Es de bronce con baño en oro, tiene grabados con hojas de acanto, de laurel y las iniciales SB en la parte superior de la vaina. El mariscal Antonio José de Sucre se la regaló al Libertador. Luego él se la dio a la señora Carmen de Trigos con un certificado de originalidad y así llegó a la Quinta de Bolívar en Bogotá en 1928, después de ser comprada por el Museo Nacional.
El sable de caballería: Habría pertenecido a Napoleón Bonaparte, en su hoja de acero tiene el lema de en francés de la Legión de Honor: “Honor y Patria”. Su llegada a Colombia se atribuye a Pedro Bonaparte, quien luego de la derrota de Waterloo (1815) vino a ponerse a órdenes de Bolívar. La fabricación es francesa, tiene un pomo en forma de león, el gavilán superior rematado con una cabeza de carnero y la empuñadura es de nácar de madreperla. El arma pudo haber sido usada por Bolívar en la Batalla de Boyacá. Pertenece a la Quinta de Bolívar por donación (1984) de los descendientes de Manuel Ujueta y Bisais, quien cuidó del Libertador antes de su muerte en Santa Marta y recibió el sable con certificación de Juana, la hermana del prócer. Permanece guardada en la bóveda del Museo Nacional. Fuente: Museo Quinta de Bolívar de Bogotá.
Dos espadas de campaña: En la edición especial del Papel Periódico Ilustrado que realizó Alberto Urdaneta con motivo del centenario del nacimiento de Simón Bolívar, el 24 de julio de 1883, se describen dos espadas que le pertenecieron al Libertador. La primera, una espada de campaña, que regaló en 1822 a Rafael Arboleda, partidario de la causa republicana, acompañada de una carta. Estaría en manos privadas en el departamento del Cauca. La segunda, un sable de caballería, que el Libertador la regaló al general Rafael Urdaneta, venezolano ex presidente de Colombia (1830) tras un golpe cuando Bolívar dejó el poder, quien a su vez se la regaló a su primo Francisco Urdaneta. Perteneció al hermano de Alberto Urdaneta, Carlos María, antes de pasar de nuevo a Venezuela.
Espada del general Páez: Bolívar y José Antonio Páez se encontraron en el camino a Valencia y entraron a Caracas en enero de 1827. Este encuentro, idea del Libertador, fue marcado por el regalo a Páez de una espada como símbolo de amistad y para limar las asperezas que su comportamiento había ocasionado. Poco tiempo después, Páez lideraría la separación de Venezuela de Colombia y, por ende, la disolución de la Gran Colombia.
El bastón de mando: Es una de las piezas de mayor valor que guarda el Museo Valencia de la ciudad de Popayán. Fue regalado por Bolívar a Bartolomé Castillo, uno de sus históricos ayudantes de campo. El Espectador llamó a confirmar su origen y especificaciones, pero se informó que por ser un objeto tan valioso cualquier solicitud se debe tramitar por escrito.
Así es que les recomendamos visitar la Casa Museo Quinta de Bolívar http://www.quintadebolivar.gov.co/: Dirección: Calle 21 No.4A - 30 Este - Bogotá D.C., Colombia. Horario de Atención: Martes a domingo: 9:00 a. m. a 5:00 p. m. Lunes cerrado al público (incluido festivos). Todos los domingos entrada gratuita.