“Las ferias de arte son un escenario para tejer puentes internacionales”: Carlos Hurtado
La galería Nueveochenta participará en la feria ARCO Madrid, que se llevará a cabo entre el 6 y 10 de marzo. Su director habló sobre estos eventos y su impacto en el mundo del arte.
Andrea Jaramillo Caro
¿Cómo se dio la participación de la galería Nueveochenta en la feria?
Llevamos haciendo ARCO más de 12 años, está en nuestra agenda permanente de ferias y es una de las más importantes dentro de nuestra programación anual y del ejercicio de proyección internacional de Nueveochenta.
Para esta edición, ¿a qué artistas llevarán?
El proyecto que tenemos para este año, al igual que los que hemos hecho en ARCO y en muchas otras ferias a nivel internacional en los últimos 10 años, es una colaboración junto con la galería Arroniz de México. Siempre nos ha interesado mucho poner en diálogo a artistas de ambas galerías. En este caso vamos a tener un estand que presenta, por parte de Nueveochenta, obras de Natalia Castañeda y Beatriz Olano.
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¿Cómo nació Nueveochenta?
Eso fue en 2007, una iniciativa que nació de manera muy orgánica en marzo de ese año. Trabajaba en Fedesarrollo con un proyecto especial y tenía conversaciones con Jorge López y el expresidente César Gaviria sobre su colección de arte contemporáneo. Luego de esos diálogos, de visitar talleres y entender la escena del arte en ese momento en Colombia, pensamos que hacía falta un espacio que tuviera una agenda enfocada en artistas jóvenes y emergentes. Sin proponérnoslo, surgió la idea de abrir una galería, y se hizo junto a Jorge.
¿Cómo empezaron a participar en ferias de arte?
Desde que la galería abrió, en 2007, empezamos a considerar la agenda internacional. Entendimos que era muy importante acompañar la presentación de la obra de nuestros artistas a nivel local e internacional. La primera feria que nosotros hicimos fue México, MACO, y fue por muchísimos años. Luego, muy rápidamente, incorporamos Madrid, que siempre ha sido la puerta natural de la escena latinoamericana en Europa. Es una plataforma muy importante para el arte moderno y contemporáneo a nivel mundial.
¿Cuál es el valor de dar a conocer a los artistas que representa en ferias nacionales e internacionales?
El principal valor es acercar el trabajo que ellos están haciendo a un público nuevo. Las ferias son una plataforma para que tanto coleccionistas privados como institucionales y curadores conozcan el trabajo y la evolución de la obra de los artistas. Así que las ferias siguen siendo un escenario muy importante y un foro de diálogo entre colegas. Por ejemplo, la colaboración con Arroniz surgió justamente a partir de encontrarnos en ferias. Empezamos a hallar puntos de convergencia que nos llevaron a desarrollar proyectos como este y a hacer ferias conjuntas y otros proyectos.
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Además de ferias, ¿cómo crean esos puentes internacionales en el arte?
Creo que lo fundamental es el deseo y la voluntad de cooperación, que parece una obviedad, pero es bastante compleja, sobre todo en este medio. Encontrar socios afines desde el punto de vista del programa, de los intereses, de las metas, de la manera de trabajar, es bien complejo, siempre es un reto grande. Las ferias son un escenario para desarrollar esto, pero una vez se logra encontrar ese canal de cooperación se pueden hacer muchas cosas.
¿De dónde salió su interés por el mundo del arte?
Viene desde mi familia. A mi hermano y a mí nos expusieron desde niños a los parques de diversiones y a los deportes, pero también al arte, a galerías y museos, y la posibilidad de encontrar esos espacios despertó en mí un interés especial por ese mundo. Recuerdo que estando en el colegio me daban una mesada y con ella iba pagando, a cuotas casi interminables, piezas de artistas que me interesaban mucho. Ellos, muy generosos, me abrieron las puertas de sus talleres para iniciar conversaciones y entender su trabajo, lo que me permitió construir una relación con mucha gente del medio.
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¿Cómo ve el panorama de las ferias y las galerías en Colombia?
Es muy dinámico. En los últimos años hemos tenido una dinámica muy interesante en el sector con nuevos espacios que se han abierto y que hacen apuestas decididas por los artistas emergentes y mas jóvenes. Es algo que oxigena la escena y que no ocurría hace 20 años. Hoy tenemos un sector muy activo y rico que hemos visto crecer y en el que hemos enfrentado nuevos retos.
¿Qué papel cumplen estos eventos en la economía y el mercado del arte?
Tienen un papel fundamental, porque son unos escenarios donde se puede obtener muchísima información en simultáneo y así se vuelve más dinámico el mercado. Estos encuentros comerciales plantean transacciones de muchos niveles, no solo económicas, porque las ferias son plataformas increíbles para conocer artistas, y para los curadores que pueden armar los relatos en los que trabajan para exposiciones o publicaciones. Dinamizan el interés del público por el arte y lo llevan a ver galerías y exhibiciones.
¿Cómo se dio la participación de la galería Nueveochenta en la feria?
Llevamos haciendo ARCO más de 12 años, está en nuestra agenda permanente de ferias y es una de las más importantes dentro de nuestra programación anual y del ejercicio de proyección internacional de Nueveochenta.
Para esta edición, ¿a qué artistas llevarán?
El proyecto que tenemos para este año, al igual que los que hemos hecho en ARCO y en muchas otras ferias a nivel internacional en los últimos 10 años, es una colaboración junto con la galería Arroniz de México. Siempre nos ha interesado mucho poner en diálogo a artistas de ambas galerías. En este caso vamos a tener un estand que presenta, por parte de Nueveochenta, obras de Natalia Castañeda y Beatriz Olano.
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¿Cómo nació Nueveochenta?
Eso fue en 2007, una iniciativa que nació de manera muy orgánica en marzo de ese año. Trabajaba en Fedesarrollo con un proyecto especial y tenía conversaciones con Jorge López y el expresidente César Gaviria sobre su colección de arte contemporáneo. Luego de esos diálogos, de visitar talleres y entender la escena del arte en ese momento en Colombia, pensamos que hacía falta un espacio que tuviera una agenda enfocada en artistas jóvenes y emergentes. Sin proponérnoslo, surgió la idea de abrir una galería, y se hizo junto a Jorge.
¿Cómo empezaron a participar en ferias de arte?
Desde que la galería abrió, en 2007, empezamos a considerar la agenda internacional. Entendimos que era muy importante acompañar la presentación de la obra de nuestros artistas a nivel local e internacional. La primera feria que nosotros hicimos fue México, MACO, y fue por muchísimos años. Luego, muy rápidamente, incorporamos Madrid, que siempre ha sido la puerta natural de la escena latinoamericana en Europa. Es una plataforma muy importante para el arte moderno y contemporáneo a nivel mundial.
¿Cuál es el valor de dar a conocer a los artistas que representa en ferias nacionales e internacionales?
El principal valor es acercar el trabajo que ellos están haciendo a un público nuevo. Las ferias son una plataforma para que tanto coleccionistas privados como institucionales y curadores conozcan el trabajo y la evolución de la obra de los artistas. Así que las ferias siguen siendo un escenario muy importante y un foro de diálogo entre colegas. Por ejemplo, la colaboración con Arroniz surgió justamente a partir de encontrarnos en ferias. Empezamos a hallar puntos de convergencia que nos llevaron a desarrollar proyectos como este y a hacer ferias conjuntas y otros proyectos.
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Además de ferias, ¿cómo crean esos puentes internacionales en el arte?
Creo que lo fundamental es el deseo y la voluntad de cooperación, que parece una obviedad, pero es bastante compleja, sobre todo en este medio. Encontrar socios afines desde el punto de vista del programa, de los intereses, de las metas, de la manera de trabajar, es bien complejo, siempre es un reto grande. Las ferias son un escenario para desarrollar esto, pero una vez se logra encontrar ese canal de cooperación se pueden hacer muchas cosas.
¿De dónde salió su interés por el mundo del arte?
Viene desde mi familia. A mi hermano y a mí nos expusieron desde niños a los parques de diversiones y a los deportes, pero también al arte, a galerías y museos, y la posibilidad de encontrar esos espacios despertó en mí un interés especial por ese mundo. Recuerdo que estando en el colegio me daban una mesada y con ella iba pagando, a cuotas casi interminables, piezas de artistas que me interesaban mucho. Ellos, muy generosos, me abrieron las puertas de sus talleres para iniciar conversaciones y entender su trabajo, lo que me permitió construir una relación con mucha gente del medio.
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¿Cómo ve el panorama de las ferias y las galerías en Colombia?
Es muy dinámico. En los últimos años hemos tenido una dinámica muy interesante en el sector con nuevos espacios que se han abierto y que hacen apuestas decididas por los artistas emergentes y mas jóvenes. Es algo que oxigena la escena y que no ocurría hace 20 años. Hoy tenemos un sector muy activo y rico que hemos visto crecer y en el que hemos enfrentado nuevos retos.
¿Qué papel cumplen estos eventos en la economía y el mercado del arte?
Tienen un papel fundamental, porque son unos escenarios donde se puede obtener muchísima información en simultáneo y así se vuelve más dinámico el mercado. Estos encuentros comerciales plantean transacciones de muchos niveles, no solo económicas, porque las ferias son plataformas increíbles para conocer artistas, y para los curadores que pueden armar los relatos en los que trabajan para exposiciones o publicaciones. Dinamizan el interés del público por el arte y lo llevan a ver galerías y exhibiciones.