“Jane Avril en el jardín de París” (1893) es una de las litografías que más
se han destacado del Art Nouveau por sus formas arbitrarías.
Foto: Archivo Particular
Fue un artista que no le daba gran importancia a lucrarse a partir de sus obras, pues su posición como hijo del conde Alphonse de Toulouse-Lautrec-Monfa le permitía darse el lujo de trabajar para decir cosas, para exponer realidades.
Por Sarah Gutiérrez
Periodista de entretenimiento. Interés por la música, la cultura, la música, los libros y el cine.sgutierrez@elespectador.com
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