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“En esos años hay un bullir de ideas, de intercambio de arte y ciencia, y eso cala en Picasso, que quería romper y no ser continuista, no seguir a los maestros, sino hacer su propio camino”, afirma en una entrevista Mercedes Siles, catedrática de Álgebra de la Universidad de Málaga, ciudad natal del artista español.
Siles, que este viernes ingresa en la Academia Malagueña de Ciencias con un discurso titulado "Picasso y las Matemáticas: un encuentro nada trivial", comenzó a investigar este tema hace ocho años, tras visitar en el Museo Picasso de Málaga la exposición "Movimientos y secuencias".
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"Soy matemática, y lo que tenía era una mirada matemática para ver lo que descubría en Picasso, aunque esa mirada era más amplia porque también me gustan la poesía, la literatura o el arte", explica.
Se ha centrado en el entorno de 1905, cuando el artista malagueño "tenía 24 años y comenzó a fraguarse toda la revolución que supuso el cubismo".
"A finales del siglo XIX y principios del XX hubo grandes descubrimientos como los rayos X, se trabajaba con la radiactividad, aparecen las primeras películas de ciencia ficción y, también en 1905, la Teoría de la Relatividad".
Para Siles, "belleza, matemáticas y arte es una terna que camina siempre paralela", y en el grupo del artista español "también había matemáticos".
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"Lo que suponía la Teoría de la Relatividad, la cuarta dimensión y el espacio-tiempo estaba en la mente de la sociedad, de Picasso y de sus amigos que se reunían en el (edificio) Bateau-Lavoir de París", explica la matemática.
Otra influencia de Picasso es Alberto Durero, artista alemán que vivió en el Renacimiento "una revolución muy parecida", época en la que "se trata de fundamentar la pintura en la Matemática, surge la perspectiva" y "para matematizar el arte, trabaja también con cubos y estudia el tema de las proporciones".
"Picasso tenía libros de Durero, lo conocía, todo eso fue calando en su trabajo e hizo la revolución que supuso el cubismo", apunta Siles.
A su juicio, el cubismo "está relacionado con cómo expresar esa cuarta dimensión que aparece con la Teoría de la Relatividad; Picasso y sus colegas la intentan reflejar en sus obras, tanto en el plano como en la escultura" y el malagueño "va a las fuentes antiguas y se inspira en Durero, que ya utilizaba cubos con otro propósito".
Apollinaire, el poeta amigo de Picasso, habló de la inspiración que todos recibieron de su época, pero Siles cree que quizás el artista no reconoció esa influencia de la ciencia porque le molestaba que en algún momento se atribuyera el nacimiento del cubismo a Maurice Princet, el matemático de ese grupo de amigos.
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"Creo que Picasso sí era consciente de esa influencia matemática, porque la ciencia permeaba entonces la sociedad, pero nunca dijo que las matemáticas habían influido en su obra", añade.
Considera además que el proceso de trabajo de Picasso tenía algún paralelismo con las matemáticas. "Él decía cómo trabajaba: Hacía un cuadro y luego lo destruía, lo que da idea de que un orden no había, y al final, después de todos los intentos, lo que encontraba era la idea primitiva".
"La obra matemática tampoco es ordenada, y los procesos creativos tanto en las matemáticas como en el arte son muy parecidos. La matemática es ordenada cuando te la presentan lista, como el arte".
Por ello, aunque Siles admite que “da la impresión de que la creación artística va por un lado y la matemática por otro, van muy paralelas”, aunque cada uno da un producto; “el producto del arte lo ves con los ojos, y el de las matemáticas es más abstracto”, concluye.