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“¡Lumos maxima!”, es así como millones de fans en el mundo despiden al actor irlandés sir Michael Gambon, quien falleció hoy a causa de una pulmonía a sus 82 años.
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Con una carrera artística de más de 60 años a sus espaldas, Gambon dejó una parte de sí mismo tanto en el teatro como en el cine y la televisión, siendo su primera obra, la adaptación de Otelo, de William Shakespeare, en 1962, y que fue su pase para ser parte del grupo de teatro Royal National Theatre en Londres, creado por sir Laurence Olivier.
Estuvo en Broadway, pasó por el Wyndham’s Theatre y el Royale Theatre de Nueva York. Lo nominaron a un premio Tony y fue ganador en cuatro ocasiones de los premios Bafta, por sus trabajos en series como El detective cantante (1986) y Perfect Strangers (2001).
Gambon se postuló en alguna ocasión para ser James Bond en la serie del productor Albert R. Broccoli a finales de los 60, de la cual dicen que fue rechazado por su constitución corpulenta y su mirada profunda.
Para 1998, sir Michael Gambon había sido nombrado como Caballero del Imperio Británico por la reina Isabel II, a pesar de ser irlandés, por sus atribuciones artísticas desde la década de los 60, y en 2002 recibió el doctorado Honoris Causa de las Artes de la Universidad de Greenwich.
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A pesar de contar con estos reconocimientos, el más grande, tal vez, llegó en 2004 cuando Alfonso Cuarón le ofreció el papel de Albus Dumbledore, director de Hogwarts, Escuela de Magia y Hechicería en el mundo fantástico de Harry Potter. Esto tras la muerte de Richard Harris en 2002.
En esa ocasión su mirada y su porte alto y delgado fueron elementos fundamentales a la hora de interpretar a uno de los magos más sabios y poderosos del Mundo Mágico. Fue el guía en las aventuras de Harry Potter, Hermione Granger y Ron Weasley en su estadía en Hogwarts, y fue uno de los grandes amigos del hechicero con la cicatriz de rayo en la frente. Su papel como Dumbledore lo posicionó dentro de la cultura popular como un hombre tranquilo y amistoso. “No sientas pena por los muertos, Harry, sino por los vivos y, sobre todo, por aquellos que viven sin amor”, le dijo a Potter en Harry Potter y las reliquias de la muerte, parte II (2011), dejando así uno de sus más profundos legados.