Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
“No debemos quedarnos con la imagen principal que hemos creado de artistas que tienen una única faceta y es mejor verlos en su globalidad, porque crece mucho la riqueza del creador y ayuda a entenderlos”, afirma en una entrevista Jesús Espino, director editorial de Ediciones Akal, que publica Pablo Picasso. Escritos. 1935-1959.
Esta es la primera ocasión en que se publica el conjunto de los escritos en español, tras una primera edición en 1989 de la editorial francesa Gallimard, que publicó una edición ampliada en 2021 con otras piezas.
Le sugerimos leer: Guionistas de Hollywood ratifican el nuevo acuerdo con los estudios
“Una de las cosas que más nos sorprendió fue la importancia que Picasso le da a esta faceta y el continuo trabajo que hizo con estas creaciones de corte poético, en las que la escritura automática tiene un protagonismo muy intenso y donde refleja un universo simbólico, metafórico y temático que también se ve reflejado en su obra plástica”, apunta Espino.
Prueba de la trascendencia que le otorgaba es que a su secretario, Jaime Sabartés, le confesaba que “algún día se publicarían todos los escritos dispersos que hacía continuamente, hasta formar una obra póstuma que sería un legado muy importante”, según el editor, que presenta el libro este martes en el Museo Picasso de Málaga (España).
“En Picasso no se pueden diferenciar los textos de la obra de arte. Todo forma parte de un universo creativo que a veces se plasma en la obra plástica y otras en los textos”, comenta.
Podría interesarle leer: ‘Diego Andariego’: “en todas las ciudades hay historias que contar”
Para Espino, este libro da además “una visión variada del artista y muestra cómo a veces los historiadores fragmentan en exceso determinadas creaciones, cuando deberían estar en un conjunto más libre de barreras”.
Sobre la traducción, a cargo de Esperanza Martínez Pérez, apunta que ha sido una labor compleja, pues “incluso cuando se ha acudido a las traducciones francesas de los textos originalmente escritos en castellano por Picasso se ha podido ver la dificultad que tuvieron ellos para plasmar determinados giros y propuestas”.
“Picasso no buscaba hacer cosas bonitas, y no hemos querido embellecer los textos originales, sino ser fieles a su espíritu original”, precisa.
La traducción ha sido, por tanto, “una labor de chinos”, y es que además la edición de Gallimard hizo “una transcripción pura de los manuscritos, sin signos de puntuación, y eso complica los sentidos y la interpretación”.
Le sugerimos leer: Plumas transgresoras: Safo de Mitilene
Este libro revela a “un Picasso muy desconocido para el gran público y de enorme calidad, porque suena a Breton, uno de los grandes de la creación literaria surrealista”.
Además, durante algunas etapas de su carrera, el artista “buscó en la literatura respuesta a la crisis que estaba teniendo en lo plástico”, según Espino.
El libro, que ha contado con el apoyo de la Comisión Nacional para conmemorar el 50 aniversario de la muerte del artista español, se presenta dentro de los actos del Año Picasso, que se conmemora entre España, donde nació (Málaga, 1881), y Francia, donde falleció (Mougins, 1973).