Lavinia Fontana, la maestría del retrato y los detalles
Hoy se conmemora el cumpleaños de Lavinia Fontana, una artista boloñesa del Renacimiento, quien con su atención al detalle y maestría en retratos labró una carrera exitosa en Italia y es considerada como la primera en forjar una carrera artística en occidente. Recordamos su vida y legado con este artículo publicado originalmente en 2022.
Andrea Jaramillo Caro
Cuando su futuro esposo Gian Paolo Zappi pidió su mano en matrimonio, Lavinia Fontana le regaló un autorretrato conocido como: Autorretrato con espineta en 1557. A ella se le ve tocando la espineta con una criada sosteniendo una partitura y en el fondo un caballete que hace alusión a su oficio como artista. Esta pintura tenía un único propósito y era comunicarle a su futuro prometido que se casaría con él si, y solo si, en el matrimonio podría continuar dedicándose a su arte. Zappi aceptó su condición y el artista no solo hizo eso, también dejó parte de su trabajo para cuidar del hogar y apoyar a su esposa con sus encargos, convirtiéndose en su agente.
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Cuando su futuro esposo Gian Paolo Zappi pidió su mano en matrimonio, Lavinia Fontana le regaló un autorretrato conocido como: Autorretrato con espineta en 1557. A ella se le ve tocando la espineta con una criada sosteniendo una partitura y en el fondo un caballete que hace alusión a su oficio como artista. Esta pintura tenía un único propósito y era comunicarle a su futuro prometido que se casaría con él si, y solo si, en el matrimonio podría continuar dedicándose a su arte. Zappi aceptó su condición y el artista no solo hizo eso, también dejó parte de su trabajo para cuidar del hogar y apoyar a su esposa con sus encargos, convirtiéndose en su agente.
De acuerdo con Abel G.M de National Geographic: “Esa situación, que generalmente se producía a la inversa, da una idea de hasta que punto eran apreciadas las obras de Lavinia ya a los 25 años, la edad que tenía en el momento del matrimonio. El hecho de que sus retratos fueran tan populares se debía en buena parte a la atención que daba a detalles como el vestuario -logrando incluso reproducir la textura de las telas- y los peinados, lo que la hacía especialmente apreciada entre las mujeres nobles”.
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El arte y la pintura como un legado familiar
El arte y la pintura corrían por las venas de Lavinia Fontana, pues nació el 24 de agosto de 1552 en el seno de una familia que artística. Su padre, el reconocido pintor y profesor de la Escuela de Boloña, Prospero Fontana, comenzó a instruir a su hija en el arte cuando ella tenía siete años. El hecho de ser la descendiente de un académico de su ciudad natal le permitió formarse como artista y replicar los pasos de su padre.
Se cree que su primera obra titulada: Child of the monkey la realizó en 1575 y, aunque se desconoce su ubicación, otra pintura en la que retrató a la sagrada familia se disputa por el título entre los historiadores de arte. Se tiene constancia de unas 135 obras producidas por ella, aunque hoy en día se conservan apenas 32 firmadas y con fechas, que pintó mientras criaba a los once hijos que tuvo con Zappi. Para el año 1580 ya había ganado popularidad al retratar a varias mujeres nobles de la sociedad boloñesa. Según Caroline Murphy, la relación de Fontana con las mujeres retratadas solía ser muy cercana, pues varias de ellas se convirtieron en las madrinas de sus hijos.
Además de llevar una vida familiar y una carrera en ascenso, Lavinia Fontana también asistía a clases en la escuela en la que su padre fue profesor y en 1580 la incluyeron en el listado de Donne Addottrinate (mujeres con doctorado) de la ciudad. La familia de Zappi y Fontana se trasladó a Roma por invitación de sus nuevos patrones: la Santa Sede. Por invitación del Papa Clemente VIII y con ocasión del jubileo de 1600. Posterior a esta comisión se convirtió en una retratista en residencia en el Vaticano.
“Admirada por sus retratos, Fontana fue especialmente popular entre la élite de Boloña por su excepcional atención al detalle y su habilidad para captar joyas brillantes y patrones exuberantes. Ambiciosa y decidida a ser recordada así, Fontana se inmortalizó como artista culta en una serie de autorretratos”, escribió la historiadora Katy Hessel en su libro “Historia del arte sin hombres”.
La pintora pontificia y la maestra del detalle
Su éxito en Boloña lo replicó en Roma y por su brocha pasaron papas y nobles, por igual, en Roma fue incluso apodada “la pintora pontificia” y recibió el honor ser elegida como miembro de la Academia Romana, algo que no solía suceder con mujeres. Sin embargo, no solo se dedicó al retrato. Algunas de sus obras tenían como temática la mitología y la religión, también se destacó por pintar en ocasiones desnudos femeninos, cosa que no era ni común, ni bien vista en su momento.
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Según Abel G.M “Por desgracia, igual que en su etapa de juventud, muchas de sus obras se han perdido. De entre las supervivientes una de las más famosas es La visita de la reina de Saba a Salomón, realizada al poco de llegar a la ciudad o tal vez durante sus últimos años en Bolonia. En esta pintura se puede apreciar que a la autora no siempre le preocupaba la fidelidad en la representación, puesto que los personajes aparecen vestidos con ropa contemporánea y toman como modelo personas de la alta nobleza del momento”.
Sus últimos años los pasó junto a su esposo e hijos sobrevivientes en un monasterio capuchino, de los once a los que dio a luz ocho fallecieron de forma prematura. Su última obra conocida la realizó en el año 1613 y en esta retrata a Minerva, la diosa de la guerra, desnuda y con una apariencia gentil poco característica de la deidad en cuestión. “Es posible que en ella reflejara la añoranza por su juventud lejana y su inocencia antes de que la muerte se ensañara con su prole”, escribió G.M. Lavinia Fontana recibió a la muerte el 11 de agosto de 1614, a pocos días de cumplir 63 años, al lado de su esposo y los tres hijos que le quedaron.
Hoy es considerada como una de las más grandes mujeres artistas del renacimiento y se cree que su estilo fue influenciado por otras mujeres como Sofonisba Anguissola. Durante años algunos de los retratos que la artista pintó fueron erróneamente atribuidos a su contemporáneo Guido Reni. De Fontana hay actualmente 100 obras documentadas, aunque solo 32 de ellas tienen su firma y la fecha de realización, otras 25 obras le pueden ser atribuidas, lo que la convierte en la mujer artista con mayor cantidad de pinturas antes del siglo XVIII.
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