El Ibagué Festival y la fusión de jazz y literatura
Como parte del Ibagué Festival, el periodista Juan Carlos Garay presentó su libro “Kind of Blue”, que fusiona su biografía con la historia del álbum de Miles Davis. El festival también contó en su inauguración con la actuación de los New Orleans Jazz Vipers, quienes interpretaron clásicos del jazz.
Diana Camila Eslava
Kind of Blue
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Kind of Blue
Debajo de un árbol en la librería Pérgamo, algunos asistentes al Ibagué Festival se reunieron para escuchar las historias que componen el nuevo libro del periodista Juan Carlos Garay: Kind of Blue. Este libro, que combina reseña musical con autobiografía, explora cómo la música—especialmente el icónico álbum de jazz lanzado por el trompetista Miles Davis en 1959—influyó en su vida y en su carrera como periodista musical.
El inicio de su melomanía, contó, comenzó con el asombro de recuperar su capacidad auditiva luego de padecer una enfermedad que le provocó la pérdida gradual del oído y que coincidió con el descubrimiento de “Strawberry Fields Forever” de los Beatles. Más adelante, “Álbum Blanco”, de la misma banda británica, o “Abraxas”, de Santana, continuaron alimentando su pasión tras la aparición de los discos compactos. Aunque el jazz llegó más tarde a su vida, su interés fue catalizado por la influencia de Roberto Rodríguez Silva, uno de los pioneros de la difusión del jazz en la radio de nuestro país. Se enamoró de una serie de compilaciones del sello Verve llamadas “Compact Jazz”, que estaban cuidadosamente diseñadas como una guía para los nuevos oyentes con reconocidos músicos como Duke Ellington, Ella Fitzgerald, Louis Armstrong, o el Modern Jazz Quartet. Sin embargo, el álbum “Kind of Blue” siempre ocupó un lugar distinto.
“Cuando sucede algo tan especial, es natural que la gente quiera descifrarlo. ¿Cómo lo hizo? ¿Por qué nos afecta de esta manera?”, expresó Garay en uno de los capítulos de su libro. “Los amantes de la música necesitamos héroes, mitos fundacionales, reliquias sagradas. Alguna vez le escuché decir lo siguiente al poeta Federico Díaz-Granados: ‘Para los que somos ateos, el poema toma el lugar de la oración’. Creo que esa idea se puede extender a casi todo el arte. Quizá los artistas y sus seguidores están buscando cierta sensación de omnipresencia por fuera de las rigideces eclesiásticas. Kind of Blue fue un disco de larga duración publicado originalmente por el sello Columbia Records en agosto de 1959 que ha trascendido al tiempo en todos los formatos: fue vinilo, casete, disco compacto y nuevamente vinilo. Es uno de los pocos álbumes de jazz que nunca se han descatalogado. Es eterno. Es la Biblia”.
El jazz en Colombia
Durante el Ibagué Festival, un espacio donde convergen diversas expresiones musicales, surgió entre los asistentes la pregunta de cómo el jazz, un género nacido en Estados Unidos, influyó en la música colombiana. Juan Carlos Garay, igualmente interesado en esta conexión, exploró el tema en su artículo “Los inicios del jazz en Colombia”, elaborado especialmente para el evento.
Aunque la trayectoria inicial del jazz en Colombia no está completamente documentada, se cree que este género llegó al país a comienzos del siglo XX. Se especula que su entrada se produjo a través de Panamá, mediante músicos que participaron en eventos sociales en Colombia y por la influencia de trabajadores estadounidenses vinculados a la construcción del Canal de Panamá. En 1923, por ejemplo, el Club ABC de Barranquilla invitó a la Panamá Jazz Band, uno de los primeros registros documentados de un evento de una presentación de este tipo en el país.
Las primeras regiones en recibir y adoptar el jazz fueron las del litoral Atlántico. Durante la década de 1920, surgieron en Colombia agrupaciones locales conocidas como “jazz bands”, entre las cuales se escucharon la Jazz Band Lorduy de Cartagena, la Jazz Pasos de Medellín, y la Jazz Band de Anastasio Bolívar en Bogotá. Estas bandas interpretaron estilos como el ragtime y el fox-trot, géneros que estaban en boga en Estados Unidos en ese momento.
En Bogotá, las jazz bands encontraron espacio en clubes sociales frecuentados por la élite de la época, como las agrupaciones dirigidas por Anastasio Bolívar y Ernesto Boada, mientras que, en Barranquilla, el trombonista Guido Perla fundó la Emisora Atlántico Jazz Band. A medida que el género se afianzó, las músicas tradicionales del país comenzaron a integrar las interpretaciones de estas agrupaciones. Esta evolución llevó gradualmente a la transición de grandes orquestas de música tropical, influenciadas por el formato de big band, como las de Lucho Bermúdez.
Contó Garay en su artículo que el historiador Enrique Luis Muñoz, en su libro Jazz en Colombia, identificó a la Sosa Jazz Band de Barranquilla como una de las pioneras del género en el país durante la década de 1930. El detalle más revelador, según el periodista, es que en la fila de trompetas de esta banda se encontraba Pacho Galán, quien más tarde se dedicó al merecumbé. Las dinámicas del estilo originario de Nueva Orleans influyeron en su estilo.
New Orleans Jazz Vipers en Ibagué
Pasadas las siete de la noche, el festival se inauguró con los primeros acordes de los New Orleans Jazz Vipers. Su primera canción fue “Yacht Club Swing” de Fats Waller, el compositor neoyorkino que, con su estilo de stride piano y su prolífica carrera en la década de los 1920 y 1930, escribió piezas que se convirtieron en clásicos.
Encabezados por Joe Braun en el saxofón alto y las voces, la banda fue conformada por Earl Bonie (saxofón tenor/clarinete), Craig Klein (trombón), Molly Reeves (guitarra/voces), Mitchell Player (contrabajo/voces) y Steve Detroy (piano/voces). Se juntaron en 1999 en el bar The Abbey en el Barrio Francés de Nueva Orleans,
En 2001, el grupo de los Vipers recibió el premio “Best of the Beat” como “Mejor Banda Emergente de Jazz Tradicional”, otorgado por la revista Offbeat, que destaca a las bandas de jazz más prometedoras y tradicionales de Nueva Orleans. Su primer álbum homónimo fue lanzado en 2002, seguido de “Live on Frenchmen Street” en 2004, que les valió otro “Best of the Beat” en la categoría de “Mejor Álbum de Jazz Tradicional”.
El repertorio del show inaugural en Ibagué incluyó clásicos del jazz como “Blue Drag” de Joe Myrow, “Margie” de Con Conrad y “Jumping at the Woodside” de Count Basie. Esta última, grabada el 22 de agosto de 1938, hace referencia al Hotel Woodside en Harlem, un icónico refugio para músicos de jazz y jugadores de béisbol afroamericanos durante la segregación en Estados Unidos, cuando eran excluidos de otros alojamientos y lugares en Nueva York.
El festival también ofreció un espacio académico con dos talleres dirigidos a intérpretes y músicos de ensambles de jazz. El primer taller, “La improvisación en el jazz”, se realizó en el Conservatorio del Tolima y se enfocó en la práctica de la improvisación y el uso de instrumentos específicos. El segundo taller, “El ensamble y sus posibilidades interpretativas”, será el 7 de septiembre y explorará el concepto del ensamble y sus características interpretativas.