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                                                                                                                                Lenin, 100 años de la tumba de la discordia

                                                                                                                                A propósito del centenario de la muerte de Vladímir Lenin, recordamos este texto, publicado por primera vez en 2008, que cuenta las diferentes discordias que surgieron alrededor de la tumba del líder de la Revolución Rusa. Desde la Perestroika, el cuerpo de Lenin es objeto de diversas polémicas. Se le considera un peligro para las generaciones venideras.

                                                                                                                                Fernando Araújo Vélez

                                                                                                                                Editor de Cultura
                                                                                                                                Vladímir Ilich Uliánov, Lenin, nació el 22 de abril de 1870, en Uliánovsk, Rusia, y murió el 21 de enero de 1924, en Gorki Léninskiye. / AP
                                                                                                                                Foto: AP
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                bolcheviques. El zar jamás fue enterrado. Sus restos fueron exhumados de una fosa común en Ekaterinenburg y guardados en una caja de cartón. “Esa es la mayor de las afrentas posibles contra mi tío, y yo no la voy a permitir. A mi tío hay que dejarlo donde está”, dijo entonces Olga Ullyánova, la única pariente de Lenin, que por serlo, fue respetada.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Todo fue misterio el día de la muerte de Lenin. Su influencia era tan grande en aquella Unión Soviética creada por él con la Revolución de Octubre del 17, que las noticias sobre su fallecimiento habrían podido enterrar para siempre su obra. Stalin lo sabía. Trotski también. Y su hija María y sus millares de seguidores. Nadie se atrevió a decir la verdad, pues la verdad podría haber salpicado su imagen de hombre íntegro, y la sífilis por aquellos años era una enfermedad de hombre lascivo, corrupto, impenitente e hipócrita. Sus adversarios intentaron regar la historia con la versión venérea de su muerte.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Podría interesarle: Una ciudad prehispánica sin nombre se esconde en las entrañas de la Amazonía de Ecuador

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Le recomendamos: Arnoldo Palacios, 100 años del escritor que dejó su esencia en el Chocó

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                                                                                                                                El cadáver embalsamado

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Vladímir Ilich Uliánov, Lenin, nació el 22 de abril de 1870, en Uliánovsk, Rusia, y murió el 21 de enero de 1924, en Gorki Léninskiye. / AP
                                                                                                                                Foto: AP
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Le sugerimos: Nona Fernández: “El dolor nos pertenece y nos debemos doler juntos”

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                                                                                                                                bolcheviques. El zar jamás fue enterrado. Sus restos fueron exhumados de una fosa común en Ekaterinenburg y guardados en una caja de cartón. “Esa es la mayor de las afrentas posibles contra mi tío, y yo no la voy a permitir. A mi tío hay que dejarlo donde está”, dijo entonces Olga Ullyánova, la única pariente de Lenin, que por serlo, fue respetada.

                                                                                                                                Read more!

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                                                                                                                                Todo fue misterio el día de la muerte de Lenin. Su influencia era tan grande en aquella Unión Soviética creada por él con la Revolución de Octubre del 17, que las noticias sobre su fallecimiento habrían podido enterrar para siempre su obra. Stalin lo sabía. Trotski también. Y su hija María y sus millares de seguidores. Nadie se atrevió a decir la verdad, pues la verdad podría haber salpicado su imagen de hombre íntegro, y la sífilis por aquellos años era una enfermedad de hombre lascivo, corrupto, impenitente e hipócrita. Sus adversarios intentaron regar la historia con la versión venérea de su muerte.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Con los años cambiaron de estrategia. No les importó más si Lenin había muerto de sífilis o por envenenamiento, de apoplejía o por un ataque cardíaco, pues el mito era indestructible. Entonces comenzaron a luchar para sacar su cuerpo embalsamado del centro de la vida rusa: la Plaza Roja de Moscú. Allí, en lo profundo de un mausoleo de mármoles rojos y negros, fue depositado el 1º de agosto del 24. Su rostro permanecía en un sereno estado de alerta, sus manos parecían dispuestas a tomar impulso para levantarse. Aquella imagen, que permaneció impávida por los años de los años en el Kremlin, era la imagen de un hombre que jamás supo lo que era rendirse.

                                                                                                                                Podría interesarle: Una ciudad prehispánica sin nombre se esconde en las entrañas de la Amazonía de Ecuador

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                                                                                                                                Había nacido el 10 de abril de 1870 en Simbrisk, en la región del Volga. Su infancia, acomodada, transcurrió en medio de las transformaciones que la Rusia zarista de entonces copió del mundo capitalista occidental. Las desigualdades y el sistema semifeudal en los que vivían inmersos los rusos eran un recurrente tema de conversación en su casa. El tercer hijo de los seis que tuvo la familia Ullyánov oía, veía y tomaba nota, pues ante todo quería parecerse a Alejandro, su hermano mayor, y Alejandro era revolucionario, y Alejandro hablaba de cambios y formaba parte de las células de Voluntad del Pueblo.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                A los 17 años, la vida se le fue encima en forma de terror a Iván Illich Ullyánov cuando se enteró de que Alejandro había sido acusado de conspiración. En mayo del 87 fue arrestado, y a comienzos de junio, ahorcado en una plaza pública para que el pueblo viera lo que ocurría con los conspiradores. Órdenes del zar. Órdenes del sistema de siempre. Iván Illich quedó marcado para siempre por la muerte de su hermano. Algunos meses más tarde ya formaba parte activa de los círculos marxistas de Kazan. Reuniones clandestinas, lecturas de El Capital, viajes, manifestaciones disfrazadas, espionaje.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                La vida de Lenin era hasta cierto punto un misterio que los agentes de la policía intentaban develar. En 1895 lo acusaron de agitador y lo deportaron a Siberia. Allá terminó de escribir El desarrollo del capitalismo en Rusia. Luego, ya de regreso a sus labores de activista e ideólogo, publicó en 1902 un libro en el que se preguntaba ¿Qué hacer? Sus textos no sólo eran un debate contra los economicistas, también eran una discusión sobre la organización del partido Obrero Socialdemócrata y, especialmente, sobre la necesidad de construir un partido basado en revolucionarios profesionales con un periódico central para toda Rusia que debería desempeñar el papel de “organizador y agitador colectivo”.

                                                                                                                                Le recomendamos: Arnoldo Palacios, 100 años del escritor que dejó su esencia en el Chocó

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                                                                                                                                El 9 de enero de 1905 Petesburgo sufrió, impávida, una masacre contra la clase obrera que terminó por encender los ánimos de la revolución. “Fue el ensayo general de la Revolución de 1917″, diría muchos años más tarde Lenin, cuando ya el triunfo de los bolcheviques había cambiado las estructuras de poder y las relaciones sociales y económicas de los rusos. Wladimir Illich Ullyánov no alcanzó a ver cómo sus luchas y sus victorias se desplomaron, pues murió cuando los sueños del socialismo aún eran puros. Hoy, 100 años después, empiezan a resquebrajarse sus restos, su imagen y su tumba, como si él hubiera nacido con el único fin de arrasar para siempre con cualquier vestigio de paz y concordia.

                                                                                                                                El cadáver embalsamado

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                El cadáver de Wladimir Illich Ullyánov, Lenin fue sumergido en una viscosa mezcla de glicerina y acetato de potasio, y se convirtió en una momia de carne y hueso que sobrevivió perfectamente a la descomposición de su propio régimen. Fue enterrado en un mausoleo de la Plaza Roja, que es considerada como la meca del comunismo, con más de un millón de visitantes al año. La momia de Lenin continúa en su mausoleo. Ha sobrevivido a varios atentados y a quienes quieren enterrarla, y únicamente fue trasladada durante la II Guerra Mundial a Tiumén, en Siberia. En 2000, los defensores del mausoleo eran un 82%, mientras los que se oponían eran el 44%. Los datos de 2007 arrojan una relación de 64% a favor y 34% en contra.

                                                                                                                                Por Fernando Araújo Vélez

                                                                                                                                De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com
                                                                                                                                Ver todas las noticias
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