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Esta es una efeméride instaurada en 2002 por el Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW). Esta organización no gubernamental, activa en más de 40 países, trabaja en la protección y rehabilitación de animales, eligiendo el 8 de agosto para coincidir con el período de mayor fertilidad en el hemisferio norte.
Además de celebrar la importancia de los gatos como mascotas, la jornada busca concienciar sobre los problemas que enfrentan y promover formas de protegerlos, incluyendo preparaciones para desastres que puedan afectar a las mascotas.
El Día Internacional del Gato se suma a otras dos fechas dedicadas a los felinos a lo largo del año. El 20 de febrero se conmemora la muerte de Socks, el gato del expresidente estadounidense Bill Clinton, mientras que el 29 de octubre se celebra el Día del Gato en Estados Unidos, promovido por la activista Colleen Paige.
Los gatos han ocupado un lugar en la literatura desde la Antigüedad, donde a menudo aparecían como figuras mitológicas con distintos significados. En la Antigua Roma, los gatos simbolizaban la independencia y la libertad, y eran los únicos animales permitidos en los templos. En contraste, el gato negro ha sido históricamente asociado con la mala suerte y la brujería en muchas culturas occidentales, aunque en el folklore japonés y celta, se cree que los gatos negros traen buena fortuna.
En la mitología, los gatos tienen roles importantes: en la mitología nórdica, Freya, diosa del amor, conduce un carro tirado por gatos, mientras que en la mitología egipcia, los gatos están asociados con la diosa Bastet y la luna. En Japón, los gatos también tienen su presencia destacada en el folklore, con seres míticos como el nekomata y el bakeneko. La fascinación por los gatos en la literatura y el arte puede explicarse, según Desmond Morris y Barbara Byre, por su comportamiento que refleja rasgos humanos deseados, como la independencia y el misterio.
Estas son algunas obras que destacan la presencia de los felinos:
El gato negro - Edgar Allan Poe.
Una narración clásica del género horror, realizada por escritor estadounidense para el Saturday Evening Post en 1843. El relato, un clásico de la literatura de terror, narra la historia de un hombre que enloquece ante la presencia de un gato negro. El amor de su esposa por el gato llega a tal grado que el hombre termina asesinándola y emparedándola en el sótano de su casa.
Gatos ilustres - Doris Lessing.
La Premio Nobel británica plasmó su cariño por los mininos en este libro. El amor de Doris Lessing por los gatos viene de lejos. Gatos ilustres se abre con las experiencias de la autora en la granja africana donde se crio y nos lleva hasta su vida adulta en Londres, en un viaje a través de los continentes y de los años que tiene como hilo conductor a muchos de los gatos que formaron parte su vida.
El gato con botas - Charles Perrault.
De este archiconocido cuento se han hecho diversas versiones (incluso retomándolo en películas, como Shrek ). En el protagonista se exageran algunas características atribuidas a los gatos: una aguda astucia, ingenio y hasta una cualidad para ser parlanchín. Todo esto coronado con un atuendo elegante, las infaltables botas.
Soy un gato - Natsume Soseki.
Un gato sin nombre, que cita a Buda y a los clásicos griegos en sus múltiples incursiones a casas ajenas. Dotada de un ingenio a prueba de bombas y de un humor sardónico, recorre las peripecias de un voluble filósofo gatuno que no se cansa de hacer los comentarios más incisivos sobre la disparatada tropa de seres humanos con la que le ha tocado convivir.
El gato que venía del cielo - Takashi Hiraide.
Una casa y un jardín tocados con la gracia de una belleza de otro tiempo. Una pareja que se refugia en su nueva vida lejos de la agitación de Tokio. Un gato enigmático que entra de improviso en su cocina y decide adoptarles como dueños, convirtiéndose en el centro de una intriga sutil.