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Entre abril y mayo de 2021, la comunidad de Puerto Rellena, ahora conocida como Puerto Resistencia, sector popular en el suroriente de Cali, se unió durante 18 días para construir una estructura de concreto que mide alrededor de nueve metros y representa un antebrazo que sostiene un letrero con la palabra “Resiste”.
Tres años después llega Sueños en Concreto, realizada desde el punto de vista del director alemán Anton Wenzel y la directora colombiana Viviana Gómez Echeverry, quienes se acercaron al epicentro del estallido social para ver qué sucedía en el lugar.
“Estábamos asustados, pero aún sentíamos la necesidad de ver por nuestros propios medios qué estaba pasando en las calles. Sin preproducción ni presupuesto, cogimos nuestro equipo de filmación y nos dirigimos al bloqueo de Puerto Resistencia, una zona emblemática rebautizada así desde las protestas de 2019, que, además, ha sido por años el lugar de reunión de movimientos”, contó Gómez Echeverry.
Sin conocer a nadie en Puerto Resistencia, la Primera Línea les abrió las puertas, gracias a su filmografía (Entre Fuego y Agua, 2020 y Keyla, 2017). Inicialmente pretendían realizar un cortometraje con el registro de los hechos del paro, pero al oír el rumor de la construcción del monumento, decidieron que ese sería su foco narrativo.
Para la producción de la película, “los monumentos no se hacen solos y para que tengan valor histórico es indispensable que signifiquen algo para alguien, de lo contrario queda como una simple estatua o estructura y ese es el valor del significado lo que capturamos en Sueños en Concreto”.
“Como cineastas lo que buscamos es el lado humano de las historias, los puntos de vista, las experiencias, y creo que ese es un valor muy grande de la película, porque humaniza a estas personas que cargan con un estigma social. Independientemente de las posturas políticas, existen imaginarios sobre cómo son o deben ser las personas que viven en estos sectores marginados. Pero ¿realmente sabemos quiénes son y cómo viven?”, se preguntó la directora.
A través de este lente, el documental siguió de cerca a seis personas: Juan Carlos, empresario de moda y líder comunitario; El Indio, un habitante de calle que habló como filósofo y luchó contra sus problemas de ira y drogas, y La Zarca, madre de tres hijos, desplazada y sin educación formal que se unió al movimiento con la esperanza de un futuro mejor.
También participaron Jhon, soldador desempleado que encontró sentido a la vida durante la construcción del monumento tras perder a su hijo por la violencia policial; Alejandro, trabajador de construcción cuyo hermano fue tiroteado por la policía, y Bairon, un joven que después de trabajar en el monumento decidió estudiar para construir una sociedad mejor.
Sueños en Concreto fue un documental que no se detuvo a analizar las causas del estallido, sino que usó la construcción del monumento para mostrar a una comunidad que decidió usar el arte como medio de expresión para tener un impacto positivo en la sociedad.
“La historia que estamos mostrando es la de una comunidad que se unió para construir un monumento, pero es nuestro punto de vista. No es un reportaje, ni es un documento que pretende ser objetivo porque somos cineastas y el resultado es lo que nosotros captamos que pasó. Puede que alguien no esté de acuerdo con nosotros, pero nuestro punto de vista es válido”, concluyó Wenzel quien, además, pensó que Sueños en Concreto permitió ver una posición analítica y esperanzadora sobre las posibilidades de vida.
Gracias a la distribución de Danta Cine, este filme tendrá su estreno en el Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM) el 17 de octubre a las 6:30 p.m. y contará con la presencia de los directores. Además, estará disponible del 19 al 29 de octubre en la Cinemateca de Bogotá en horarios de la tarde.