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En el teatro al aire libre Carlos Vieco de Medellín, poetas de siete países abrieron el festival, que se extenderá hasta el 30 de julio bajo el lema “Paz Mundial, Paz con la Naturaleza” y leyeron sus poemas ante unos 1.500 espectadores.
“La poesía es la síntesis de la historia espiritual de la humanidad, del pasado profundo de la humanidad, y es la expresión de la lucha del presente”, expresó el director del festival, Fernando Rendón, en la apertura.
Precisó que este encuentro tendrá “un grupo destacado de poetas del mundo”, 65 mujeres y 65 hombres, quienes participarán en 64 actividades en diferentes escenarios de Medellín, el Valle de Aburrá, municipios del oriente antioqueño y en la caribeña ciudad de Santa Marta.
“Esperamos fortalecer esta nueva etapa del festival, cada vez más potentemente presencial”, sostuvo.
Un renacer tras la pandemia
La joven poeta cubana Giselle Lucía Navarro estremeció con la lectura de sus poemas “Cabeza germen”, “Taxidermia” y “Vórtice”, que dejaron pensamientos sobre el ser humano, la mujer, la resistencia y la paz, además de darle la bienvenida al festival después de dos ediciones sin el calor del público.
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“La palabra es lo más poderoso que tenemos. Que hayan venido tantas almas de diversos lugares del mundo es algo mágico y único. Que hagamos esto después de una gran crisis mundial, después de una pandemia, es como un nuevo renacer, como un despertar. Es el tiempo de las germinaciones”, dijo Navarro.
La escritora de 27 años, que por primera vez salió de Cuba y leerá poemas en Medellín y dictará talleres en bibliotecas de Santa Marta, estuvo acompañada en la inauguración por el colombiano Daniel Montoya, la noruega Susan Jægtnes, el mexicano Esteban Ríos Cruz, la caboverdiana Vera Duarte, el finlandés Olli Heikkonen y el chadiano Nimrod.
La intervención de Ríos Cruz, originario del pueblo indígena zapoteco, refrescó declamando poemas de su libro Las Espigas de la Memoria, con poemas como “Mi nombre”, “Construyéndome” y “Rastros”, además de poner sobre la mesa el tema de la preservación del medio ambiente con el poema “Mi corazón es una nutria”.
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“Reciban mi saludo en esta tarde donde ha llovido, y ahora llueven poemas. Les voy a leer algunos poemas de la lengua zapoteca, poemas que traen el olor de la naturaleza, el olor de la tierra que también traen los ríos en su recorrido”, declaró el mexicano.
Herramienta de resistencia
Otro momento cumbre se vivió con Vera Duarte y la lectura de su poema-manifiesto “Desagregación de ortodoxias” para evocar sus luchas en Cabo Verde, usando la poesía como una “herramienta” de las mujeres para defenderse del machismo.
“Escribir poesía es un arte de resistencia y emancipación”, apuntó la poeta antes del cierre, que estuvo a cargo de la Orquesta Filarmónica de Medellín.
Antes de volver a los teatros, parques biblioteca, colegios y universidades, hubo una primera dosis del festival, organizado por la Revista de Poesía Prometeo y el Movimiento Poético Mundial, con una programación virtual del 9 al 22 de julio, que incluyó 45 actividades.
Este encuentro poético intercultural, uno de los importantes en su género, fue declarado en 2009 Patrimonio Cultural de la Nación y reconocido en 2006 con el Premio Nobel Alternativo de la Paz.
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