‘Los problemas de gestión de MinCultura no se arreglan a punta de comunicaciones’
El exdirector de comunicaciones, Daniel Téllez, habló de las razones por las que renunció a su cargo, además de revelar que el ministro encargado le sugirió que varios de los problemas que tuvo para trabajar con sus asesores, se debieron a su orientación sexual.
Laura Camila Arévalo Domínguez
“Las oficinas de comunicaciones no arreglan problemas de gestión”, dijo Daniel Téllez sobre las razones por las que renunció a su cargo como director de comunicaciones del Ministerio de Cultura. El pasado 26 de mayo presentó su renuncia irrevocable al cargo que desempeñó desde septiembre de 2022, y explicó los motivos de su decisión. No se la aceptaron con el argumento de que no podía ser tan “específico”. Le sugirieron que argumentara “motivos personales”. Téllez lo hizo, pero pidió una reunión con Jorge Zorro en la que le contó que se retiraba debido a que “los canales del ministerio no debían usarse para otros fines diferentes a los de tejer un discurso colectivo”.
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“Las oficinas de comunicaciones no arreglan problemas de gestión”, dijo Daniel Téllez sobre las razones por las que renunció a su cargo como director de comunicaciones del Ministerio de Cultura. El pasado 26 de mayo presentó su renuncia irrevocable al cargo que desempeñó desde septiembre de 2022, y explicó los motivos de su decisión. No se la aceptaron con el argumento de que no podía ser tan “específico”. Le sugirieron que argumentara “motivos personales”. Téllez lo hizo, pero pidió una reunión con Jorge Zorro en la que le contó que se retiraba debido a que “los canales del ministerio no debían usarse para otros fines diferentes a los de tejer un discurso colectivo”.
“Al hablar de la displicencia y comentarios desobligantes de algunos de sus asesores al manifestar mi postura frente a las comunicaciones del ministerio, el ministro (e) me manifestó que, muy posiblemente, las razones por las que no me aceptaban estaban relacionadas con mi orientación y manifestación abierta como hombre homosexual. Criterio que de ninguna manera es profesional y que es inaceptable en el ente rector encargado de diseñar, promover y divulgar las políticas públicas culturales de Colombia en el Siglo XXI”, escribió Téllez en un comunicado que decidió publicar ante la resistencia con respecto a los detalles de su renuncia.
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Su llegada al ministerio se dio por invitación de la exministra de Cultura, Patricia Ariza, así que, en sus palabras, cuando ella se fue, él continuó por herencia. Asesores de Jorge Zorro sostienen que cuando este se convirtió en el ministro de Cultura encargado, expresó que no cambiaría ni el personal ni las líneas que ya había elegido y delineado su antecesora. Quiso que los que estaban, continuaran.
Téllez siguió y, según cuenta, los primeros días todo marchó acorde al plan: sintió que Zorro entendía el propósito de discurso colectivo, pero esto, según él, cambió rápidamente. El objetivo no se estaba cumpliendo: los canales de comunicaciones debían usarse para los fines establecidos, sobre todo en medio de una crisis. Contó que hubo una intención clara de activar las redes, pero para fines personales, no para las necesidades del sector. Que recibió instrucciones o se dio cuenta de publicaciones que él nunca aprobó: “presentadores que no hacían parte de mi equipo, que no conocía. Pedidos de transmisiones que no teníamos la capacidad técnica de hacer. Un malestar con respecto a mis negativas sobre algunas direcciones, sin tener en cuenta que yo tenía que velar por todos los recursos, tanto técnicos como humanos. El responsable era yo, así que si se producía alguna irregularidad o sanción disciplinaria, yo tenía que responder”, le dijo Tellez a este periódico.
Específicamente, ¿qué era lo que le preocupaba acerca de lo que le pedían comunicar?
Cuando noté que querían arreglar problemas de gestión a punta de comunicaciones, entendí que tenía que dar un paso al costado. No puedes manosear los canales de comunicación de ninguna institución. No puedes entrevistar a niños sin la autorización de sus padres, no puedes elegir cualquier canción de fondo para ponerle música a tu video porque te puedes meter en un problema de derechos de autor, no puedes esquivar las orientaciones de vocería. No puedes saltarte las instrucciones del director de comunicaciones porque no son caprichos. Después de la reunión entre representantes del sector y el gobierno nacional, una asesora de Zorro habló con medios de comunicación sin que hubiese una instrucción clara por parte de presidencia ni por parte mía con respecto a lo que se diría después de ese encuentro. Cuando le reclamé, me preguntó si tenía que pedirme permiso para hablar. Le contesté que sí, que claro. Nadie puede hablar en nombre del ministerio como si fuesen asuntos de opinión o asuntos personales. Para velar por esas comunicaciones, estaba yo.
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A pesar de que cuando Zorro quedó de ministro de encargado, Téllez sintió “total empatía”, contó que fue insistente en que no podía comunicar ningún programa público sin un documento técnico que lo sustentara. Los objetivos estratégicos de cada proyecto, el presupuesto orientado para llevarlo a cabo, el cronograma en el que se planeaba ejecutar y demás puntos que, según él, eran esenciales para su comunicación, comenzaron a faltar en los pedidos que le hacían a Téllez. “Desde que Jorge Zorro comenzó a liderar, se hizo muy difícil el acceso a esa información, razón que dificultaba mucho mi trabajo”.
Le entiendo, entonces, que le pedían comunicar iniciativas o proyectos sin la información que usted enumera, pero ¿quiénes?
El viceministro Esteban Zabala empezó a darme estas instrucciones. Yo se lo comenté al ministro Zorro y a una asesora que él trajo, que se llama Linda Criollo. Lo quiero explicar con un ejemplo: el ministro quería hacer una transmisión desde el Ministerio de Cultura para la sanción del Plan Nacional de desarrollo, que se hizo en Puerto Inirida. Lo que le dije a él y a su asesora, es que no podía hacer esa transmisión por tres razones: yo no solo obedecía a una estrategia de comunicaciones pública y cultural del Ministerio, sino también a unas directrices de la oficina de comunicaciones del presidente, que están orientadas a temas de narrativa, de imagen. Además, el vocero más idóneo para explicar que significaba la sanción del Plan Nacional de Desarrollo era el presidente. Ahí fue cuando comencé a cuestionarme acerca de los propósitos reales de las comunicaciones de una institución pública. Ahí comenzó la desconexión y el temor de que los voceros no estuvieran alineados con la estrategia que había para responder a los colombianos y no a intereses individuales.
La gente está preocupada por una aparente improvisación del ministerio y su gestión. Usted, que acaba de salir de la entidad, ¿qué piensa?
Las palabras y las acciones tienen un componente simbólico. No solo es lo que dicen, sino lo que hacen o dejan de hacer. Yo le atribuyo ese nivel de improvisación y desorden a un afán por mostrar victorias tempranas. Me preocupa mucho porque ahí es cuando las comunicaciones se utilizan para hablar de una gestión que no está fundamentada. Mi función también era la de interpelar a los directivos internamente para que estuviéramos muy preparados a la hora de que esto pasara ante la opinión pública, y para eso hay que tener un proyecto estructurado. Esa falencia no se la puedes atribuir a un equipo de comunicaciones.
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Lo que dice es grave porque suena a que, si faltan documentos técnicos con todos los elementos que usted menciona, solo hay ideas … ¿Qué es lo que está haciendo el ministerio entonces?
Hay una desarticulación muy profunda entre el despacho y las áreas misionales. Durante la crisis, me dediqué a reunirme con las áreas misionales y a entender cuáles era sus programas, que seguramente el despacho no tenía muy claros: no existe esa comunicación directa del ministro con sus direcciones, además de que se notó una profunda inexperiencia en distintas zonas del sector. Mejor dicho, tienes que tener en cuenta un equipo que está muy calificado y tiene experiencia de años en el Ministerio de Cultura.
¿Por qué cree que no se tiene en cuenta?
La cultura no solo toca a los artistas, la cultura nos atraviesa a todos como colombianos. El ministerio debe atender lo que requieren las áreas artísticas, además de todas las poblaciones y las mesas de concertación que se venían realizando con comunidades indígenas, rom, campesinas, víctimas del conflicto, LGBTI, etc. Pareciera que hay una obstinación por sacar adelante un programa en específico, y que eso nubla las otras necesidades que tiene en la cultura en el país.
¿Se refiere al programa de Sonidos para la construcción de paz? ¿El que se anunció como un sistema orquestal?
Sí.
En su comunicado contó que Zorro le dijo que, probablemente, las razones por las que usted sintió la resistencia de sus asesores, tuvo que ver con su orientación sexual…
Sí, me dijo que frente a la displicencia y actitudes desobligantes, o pasivo agresivas de algunos de sus asesores, seguramente respondían a mi orientación sexual. Puntualmente, me dijo: “Yo creo que ellos no te pudieron aceptar porque tú eres muy abierto”. Le pregunté que a qué se refería. Que si a mi franqueza. Me aclaró: “No, me refiero a tu orientación sexual”.
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El Espectador se reunió con el abogado Juan Fernando Hernández, asesor del despacho de Jorge Zorro, ministro encargado de Cultura, para hablar sobre las declaraciones de Téllez.
Hernández, que dijo mostrarse “sorprendido” después de enterarse del comunicado del exdirector de comunicaciones, contó que desde que Jorge Zorro fue viceministro, Daniel Téllez manifestó sus intenciones de querer renunciar debido a que la oficina de divulgación no tenía el alcance que debería. Zorro le contestó que no se fuera, que intentaran trabajar, y a los pocos meses, quedó de ministro (e). Cuando esto ocurrió, le habló de una oportunidad de “comienzo”. De desarrollar una estrategia comunicativa.
Cuando Zorro asumió el liderazgo del ministerio, expresó que sentía que la entidad, mediáticamente, “no existía”, así que quiso que se concentraran en comunicar “todo lo que estaban haciendo”.
También dijo que cuando se expuso el trabajo de la mesa de concertación para el Programa de Sonidos para la construcción de paz, la gente se quejó porque conocieron un borrador de lo que sería, inicialmente, el programa. Que el presidente dijo: “Vamos a montar un sistema orquestal de Venezuela”, pero que el trino no mostró el alcance de lo que se comenzaría a hacer: un sistema mucho más amplio de formación artística y cultural que abarcara las diferentes expresiones artes y culturales.
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Si el presidente Gustavo Petro habló de un sistema de orquestas sinfónicas inspirado en el modelo venezolano, y las personas entendieron que ese sería el único enfoque de la iniciativa, el problema estuvo en la comunicación del programa, no en lo que la gente entendió, ¿o usted qué cree?
Sí, como dije, fallamos en que no se mostró el alcance de lo que queremos con este programa, que es un sistema de formación, no es un sistema orquestal, no es un sistema solamente musical. Cuando tú le preguntas al maestro Zorro sobre música, él te responderá con autoridad, finalmente él viene del sector, pero no es ajeno al resto de expresiones y saberes.
¿Por qué este sistema es la prioridad de presidencia?
Porque la educación y la cultura reforzadas, trabajadas y priorizadas en un gobierno, resolverían muchos de los problemas del país. Lo más difícil ha sido ganar espacios fuertes en un Plan Nacional de desarrollo. A veces, pareciera que la cultura es el foco más pequeñito de todos, el de menos relevancia. En este gobierno no, por eso se nos está mandando a comunicarnos tanto con el ministerio de Educación. Nunca habíamos tenido una posibilidad de participar de manera tan estrecha para grandes apuestas legislativas que se nos vendrá más adelante.
¿Cuáles?
La actualización de la ley de Cultura, la actualización de las leyes de educación en las que tenga una mayor preponderancia a la formación artística y cultural. El programa Sonidos para la paz comenzó enfocado en las orquestas, pero porque tenía que comenzar por algún lado. La gente, con razón, se pregunta por la marimba de chontá, el vallenato, la cumbia, pero es un sistema de formación de acuerdo con las tradiciones artísticas que en cada lugar se tengan. El primer avance de la del programa es la formación musical, pero es el inicio.
Tellez se quejó de falta de información para comunicar iniciativas, proyectos, políticas. Que no tuvo los soportes técnicos o de rigor que necesitó para desempeñar su labor, ¿qué le responde?
Me sorprende que Daniel diga eso porque lo que estábamos pidiendo, desde un punto de vista comunicativo, era invitar a las personas, para tener en cuenta la voz y los conocimientos técnicos que, desde el mismo sector, nos pudiesen ofrecer para terminar de construir una política pública. Y eso se hizo desde que Patricia Ariza fue ministra. Cuando llegó el maestro Zorro, quiso darle continuidad a las líneas propuestas por ella, pero también a esa prioridad del presidente. Lo que se le pidió a Daniel fue liderar esa construcción colectiva con todos los agentes del sector.
Entonces sí faltaron estos datos con respecto a asuntos técnicos, presupuestos, cronogramas…
Si hay algo que el maestro Zorro le otorgó a Daniel, fue el acceso a la información. Él tenía comunicación directa con cada uno de los directivos. Él fue quien formó el famoso chat interno que todas las entidades públicas tienen sobre comités directivos. Estoy de acuerdo con que esa información que él mencionó es necesaria, pero él siempre la tuvo.
Supongo que hasta aquí ha llegado esta percepción de que el ministerio está en crisis, de que están improvisando y no hay un rumbo claro, ¿usted qué piensa sobre eso? Ayer, por ejemplo, se publicó un trino en el que se dijo que ustedes le pidieron la renuncia a la viceministra encargada Adriana Molano, ¿es cierto?
Aclaremos algo: quien designa a los viceministros es el presidente. Los encargos los debe hacer el presidente. A Adriana Molano, quien antes fue nombrada como directora de la oficina de poblaciones, se le encargó el viceministerio de Patrimonio y Fomento regional, pero la ley nos da unos plazos específicos para realizar los encargos. No pueden ser eterno. A ella no se le pidió la renuncia, lo que pasó fue que la ley se venció. Necesitamos que se nombre una persona en propiedad o que se haga un nuevo encargo. Adriana volverá a su puesto. No ha salido del ministerio ni saldrá.
Ahora que menciona leyes con respeto a los encargos, ¿hasta cuándo podrá estar Jorge Zorro bajo la misma figura de ministro encargado?
Son tres meses prorrogables por otros tres.
Zorro está próximo a cumplir tres meses como ministro encargado, ¿se sabe algo con respecto a su ratificación? ¿Se nombrará a alguien más?
No tenemos noticias sobre eso, lo que sí quiero repetir es que este ministerio no va a la deriva. Lo lidera el maestro Zorro. El rumor de que estamos en crisis llega hasta aquí, hasta el ministerio, claro, pero estamos abocados a sacar las políticas públicas con las que nos comprometimos. El ministro nos cita todos los días a las siete de la mañana y de aquí salimos a las doce de la noche tratando de sacar adelante nuestros compromisos. Ahí es cuando empiezan las verdaderas preguntas: ¿mediáticamente estamos impactando? Porque no es falta de trabajo. Por eso el maestro es tan insistente en que se comunique todo, no se está viendo la gestión. Sentimos que se nos ha distorsionado, que se dicen cosas que aquí no están pasando y que no hemos podido acceder a los canales o a los medios de comunicación para exponer el real trabajo que aquí se hace.
A qué se refiere con que han sido distorsionados o que su gestión no se ha reconocido…
Estamos interesados en que, realmente, ese enfoque poblacional, territorial, diferenciado en el respeto de los saberes y la evolución histórica de cada pueblo y de cada tradición, se extienda, se proyecte, se refuerce. Eso es lo que componen la cultura. Eso es para nosotros lo más importante. A nosotros nos interesa poner aquí un sistema vertical, claro, si en Bogotá les gusta la música clásica y dicen yo quiero tener aquí una orquesta, pues con mucho gusto, pero si en el Pacífico reclaman por su sistema de formación con su marimba de chontá, ellos son los dueños de su cultura. Eso es lo que queremos proteger.
Téllez también dijo que el ministro le contó que, probablemente, había sido saboteado en su trabajo, debido a su orientación sexual, que sus asesores “no lo pudieron aceptar” por eso, ¿esto es verdad?
Me llama mucho la atención lo que dice Daniel, yo lo consideraba una persona cercana. Pensé que habíamos hecho una relación cercana. Lo que me estás diciendo, me duele. Si hay algo que nos ha interesado aquí desde el Ministerio, incluso cuando estaba la ministra Ariza, es que seamos un ministerio incluyente. Nosotros aquí no podemos tener esos tipos de discursos o prácticas que segregan, bien sea por orientación sexual, por etnia.
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