Los aprietos amorosos y legales de Lope de Vega
Lope de Vega, escritor del Siglo de Oro español, tuvo varios romances por los que se enfrentó a señalamientos, penas y destierros. Sus comedias, cargadas de desamores y venganzas, parecen reflejos de su vida personal.
Monica Acebedo
Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635) fue uno de los autores más prolíficos del Siglo de Oro español. Dicen algunos de sus biógrafos que probablemente escribió entre 1.500 y 1.800 obras. Dentro de ese número, casi inverosímil, encontramos todo tipo de géneros literarios: poesía, novela, ensayo y, sobre todo, teatro. Escribió además un manual de creación dramaturga: Arte nuevo de hacer comedias, un maravilloso ensayo en verso que fue, inicialmente, un discurso en 1609 para la Academia de Madrid. El texto explica cómo el arte dramático se debe apartar de las formas tradicionales de hacer teatro y exponer criterios que confluyan en la vida cotidiana de la época. Precisamente, en sus obras los conceptos de justicia, moral, honor, amor y venganza se rezuman a través de personajes y situaciones que forman parte de una sociedad compleja, perpetrada por contextos monárquicos, políticos y religiosos que, por aquel entonces, padecen una profunda crisis al tiempo que, en cambio, florecen las artes.
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Félix Lope de Vega y Carpio (1562-1635) fue uno de los autores más prolíficos del Siglo de Oro español. Dicen algunos de sus biógrafos que probablemente escribió entre 1.500 y 1.800 obras. Dentro de ese número, casi inverosímil, encontramos todo tipo de géneros literarios: poesía, novela, ensayo y, sobre todo, teatro. Escribió además un manual de creación dramaturga: Arte nuevo de hacer comedias, un maravilloso ensayo en verso que fue, inicialmente, un discurso en 1609 para la Academia de Madrid. El texto explica cómo el arte dramático se debe apartar de las formas tradicionales de hacer teatro y exponer criterios que confluyan en la vida cotidiana de la época. Precisamente, en sus obras los conceptos de justicia, moral, honor, amor y venganza se rezuman a través de personajes y situaciones que forman parte de una sociedad compleja, perpetrada por contextos monárquicos, políticos y religiosos que, por aquel entonces, padecen una profunda crisis al tiempo que, en cambio, florecen las artes.
Sus comedias de capa y espada con enredos de faldas, maridos celosos, infidelidades y duelos que propenden por la defensa del honor parecen ser proyecciones de su vida personal atravesada por múltiples escándalos amorosos, incluso cuando ya se había ordenado como sacerdote. El más famoso de todos ocurrió el 29 de diciembre de 1587, en el Corral de comedias de la Cruz en Madrid. Don Jerónimo Velásquez lo había denunciado por cuenta de unos libelos ofensivos; o, en jerga penal moderna: por injuria y calumnia. El denunciante era dueño y actor de una de las compañías más importantes de teatro de la época, que durante mucho tiempo le compraba a Lope varias de sus comedias. Sin embargo, los enredos amorosos del poeta y, tal vez sus celos, le costaron la ira de don Jerónimo, a quien las autoridades cortesanas terminaron por darle la razón; la pena impuesta a don Félix Lope de Vega fue: “Cuatro años de destierro de esta corte y cinco leguas: no le quebrante, so pena de serle doblado; y dos años de destierro del reino de Castilla, y no le quebrante, so pena de muerte”.
El lío monumental había comenzado por los amoríos de Lope con la bella Elena Osorio, hija del mismo don Jerónimo Velásquez. Ella estaba casada con don Cristóbal Calderón, al parecer ausente por largos períodos. El affaire era de público conocimiento en el medio (como casi todos los enredos amorosos de Lope) y se extendió durante casi cuatro años. Sin embargo, un buen día la bella dama retiró los favores de don Félix y desvió sus infidelidades conyugales hacia don Francisco Perrenot, un cortesano mucho más pudiente que el joven escritor. Según cuentan los chismes áureos, este nuevo romance había sido impulsado por el mismo padre e incluso por la madre de Elena, a quienes convenían mucho las nuevas relaciones de su hija. Por este motivo, Lope de Vega, celoso, escribió unos versos en comedias y poemas en los que daba a entender que un comerciante de Madrid traficaba con los amores de su hija, calificaba como prostituta a la protagonista de los versos y criticaba a sus deudos.
Muy pronto, la gente empezó a conectar la historia con la ruptura de Elena y Lope de Vega; las habladurías de don Jerónimo y su familia se fueron extendiendo por los corrillos de la corte madrileña, por los corrales de comedias y por toda la ciudad. Aunque él nunca utilizó los nombres propios, la gente sabía a quién se refería. Dentro de los libelos difamatorios encontramos versos como estos: “Es puta de dos y cuatro, / y a mí me dijo un inglés/ que la vio sus blancas piernas / por dos varas delantés… O, este: Una dama se vende a quien la quiera. / En almoneda está. ¿Quieren compralla? / Su padre es quien la vende, que, aunque calla, / su madre la sirvió de pregonera. (Textos tomados del libro: Vida y obra de Lope de Vega de Ignacio Arellano y Carlos Mata).
Ya condenado y camino al destierro, después de haber negado la autoría y las calumnias de los versos, cayó de nuevo en las tentaciones amatorias que desbordan lo legal: esta vez decidió raptar a doña Isabel de Urbina Alderete y Cortinas, con quien se rumoraba que ya tenía relaciones. La mujer era nada menos que la hermana del antiguo regidor de Madrid y rey de armas de Felipe II. La familia de inmediato denunció a Lope de Vega, pero finalmente retiró la demanda y le otorgó el perdón, ya que este garantizó el honor de la raptada con el matrimonio que se llevó a cabo por poder, seguramente para garantizar que no fuera a faltar a su compromiso. Lo curioso es que la partida de matrimonio aparece en Madrid el día 10 de mayo de 1588; o sea que ya estaba incumpliendo con la pena de destierro que se le había impuesto.
Las conquistas, las infidelidades, los celos y la venganza no pararon con el matrimonio con doña Isabel, por el contrario, apenas empezaban… Estos son solo dos minúsculos ejemplos y se me acaba el espacio para seguir con los rumores de los que dan cuenta muchos registros documentales, pero lo cierto fue que a punta de los más maravillosos versos logró conquistar a más de una, incluso a través del tiempo, como le ocurrió a la protagonista de El ministerio del tiempo, la serie de televisión en la que sus personajes viajan por el tiempo.
Sospecho, lo admito sin vergüenza, que también me dejaría llevar por la pluma seductora de Lope de Vega: Tu gracia y gallardía, / tu vista soberana, / y los serenos ojos por quien muero / dan fuerzas al grosero / estilo de mi pluma…