“Los artistas de Cuba le perdieron el miedo al régimen”: líder del Movimiento San Isidro
Segunda entrega de la serie “la revolución dentro de la revolución”. Una mirada a las grietas abiertas entre el Ministerio de Cultura de Cuba y los artistas de la isla. Entrevista con Luis Manuel Otero Alcántara, coordinador del Movimiento San Isidro.
Joseph Casañas Angulo
La relación, si es que puede llamarse de esa forma, entre el Gobierno de Cuba y los artistas que conforman el Movimiento San Isidro, es cada vez más crispada. Lo que se denuncia incluso cruza los límites del absurdo.
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La relación, si es que puede llamarse de esa forma, entre el Gobierno de Cuba y los artistas que conforman el Movimiento San Isidro, es cada vez más crispada. Lo que se denuncia incluso cruza los límites del absurdo.
El pasado lunes 5 de abril, el artista y coordinador del Movimiento San Isidro, Luis Manuel Otero Alcántara, fue apresado por agentes vestidos de civil que hacen parte de la seguridad del Estado de la isla, cuando intentaba repartir bolsas con caramelos y cartillas a un grupo de niños que viven en el barrio en el que se encuentra la sede del movimiento. Los instantes previos a la captura de Alcántara fueron transmitidos en vivo desde la cuenta en Facebook del activista.
El título con el que la agencia Efe contó lo sucedido, se asemejaba más a una noticia divulgada por un portal de noticias falsas, que a un hecho noticioso verdadero: “Arrestan a artista opositor en Cuba por tratar de repartir caramelos a niños”, dijo la agencia de noticias española.
Junto a Otero Alcántara fue detenido Manuel de la Cruz, quien estaba vestido de payaso y que intentaba repartir los dulces junto al activista.
Entre tanto, un grupo de personas se concentraba a pocos metros para contraatacar gritando consignas a favor del Gobierno, con música a todo volumen proyectada por altavoces desde la sede de una organización estatal.
Dos días después, Alcántara y De la Cruz fueron liberados y, finalmente, pese a las advertencias del Gobierno, terminaron la actividad que habían programado.
“Estoy en la calle y está mañana logramos repartir los caramelos a los niños de San Isidro. (…). Movimiento San Isidro está súper conectado. ¡Diálogo nacional porque los padres no pueden con su salario comprar un chocolate a sus niños o a sus viejos! ¿Por qué si el salario es en pesos cubanos las tiendas son en dólares?”, escribió en su Facebook uno de los líderes del movimiento.
El hecho no es aislado. Un día antes de esta detención, un grupo de vecinos del barrio San Isidro, ubicado en La Habana Vieja, impidieron que la Policía se llevara preso al rapero Maykel Osorbo. Aunque agentes le alcanzaron a poner las esposas, el hombre, con la ayuda de un grupo de ciudadanos y tras un fuerte forcejeo, logró evitar la detención. La imagen de Osorbo con las esposas al aire se convirtió en una especie de símbolo para los artistas del movimiento.
Posteriormente, decenas de personas se reunieron frente a la sede del Movimiento San Isidro para cantar consignas en contra del Gobierno de Miguel Díaz Canel, entre ellas, “Patria y Vida”, canción que se ha convertido en una suerte de himno contra la represión que, dice la oposición, se ha intensificado en Cuba.
La nueva detención de Otero Alcántara y la casi detención de Maykel Osorbo, es un round más de la intensa disputa que sostiene el Movimiento San Isidro con el Gobierno de la Isla. Disputa que no parece estar cerca a terminar.
Para el Gobierno de Miguel Díaz Canel, lo que hace el Movimiento San Isidro y otros artistas cubanos que se han aglutinado para exigir el respeto por la libertad de expresión, es parte de la agenda del Gobierno de Estados Unidos para resquebrajar la revolución de los Castro.
En el texto titulado “Una revolución dentro de la revolución”, publicado el pasado 15 de marzo, El Espectador exploró las diferentes aristas de esta problemática.
En esa entrega, por falta de espacio en la versión impresa, dejamos de lado una corta entrevista con Luis Manuel Otero Alcántara. Aquí la presentamos:
¿Cuál es la actitud de los artistas de Cuba con el Gobierno?
“Ahora los artistas tienen menos miedo a la hora de hablar con y del régimen. De enfrentárseles y exigirles respeto como ciudadanos que somos. Le plantamos cara al régimen, no solo desde las artes, sino desde varios sectores de la ciudadanía. Porque ese decreto (el 349 de 2018) extrapoló las restricciones a los artistas visuales para restringir a toda la ciudadanía en general. Por eso esta es una lucha colectiva.
¿Qué significa el 27N para el desarrollo de esta disputa con el Gobierno?
“Lo que pasó el 27 de noviembre fue el resultado de cinco años de trabajo fuerte de todo lo que se generó para construir el Movimiento San Isidro.
En su momento desde el sector de las artes hubo una energía reformista porque se creía que el régimen podía hacer algo bueno por nosotros. Pero como el tiempo fue pasando y la censura se fue acrecentando, más artistas y periodistas se fueron sumando a las denuncias que desde el principio hizo el Movimiento San Isidrio.
Después del 349 mucha gente quedó con deseo de lucha e inconformismo y se se formó el Movimiento San Isidro, que empezó a trabajar como vigilante de la cultura independiente y la libertad de expresión, pero conectando todo con el barrio, conectándolo con el discurso inclusivo de la comunidad LGBTI, temas ambientales, y fuimos creciendo”.
Antecedentes
Desde que se publicó el decreto se intensificó el activismo del Movimiento San Isidro, un grupo conformado por artistas plásticos, escritores y cantantes que no pertenecen a las escuelas de arte acreditadas por el gobierno. En uno de los actos de protesta, el rapero cubano Denis Solís publicó en redes sociales una foto sosteniendo un cartel en el que se leía: “Pueblo de Cuba, decide tu futuro”. Días después, el 9 de noviembre de 2020, Solís fue detenido por el supuesto delito de desacato y condenado a ocho meses de prisión.
A la fecha, al menos de forma oficial, el gobierno de Cuba no relaciona la detención del rapero con sus críticas. En cambio, asegura que Solís debe aclarar sus vínculos con José Luis Fernández, un supuesto integrante de una organización terrorista radicada en Florida y que, según el gobierno de la isla, ha propiciado hechos de sabotaje con el reclutamiento de jóvenes menores de 20 años. Las pruebas sobre estas acusaciones no se conocen.
Para exigir la liberación de Denis Solís, los demás miembros del Movimiento San Isidro se atrincheraron en la sede del movimiento e iniciaron una huelga de hambre y sed el 18 de noviembre de 2020. El acto, que fue registrado por la prensa internacional, generó la reacción del presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel, quien en su cuenta de Twitter señaló: “Quienes diseñaron la farsa de San Isidro se equivocaron de país, se equivocaron de historia y se equivocaron de cuerpos armados”. “No admitimos injerencias, provocaciones ni manipulaciones. Nuestro pueblo tiene todo el valor y la moral para sostener una pelea por el corazón de Cuba”.
Al respecto, Luis Manuel Otero Alcántara, le dijo a El Espectador: “Cuanto meten preso a Denis Solís nos encerramos en mi casa un grupo de intelectuales y artistas. Después de varios días de lectura de poesía, el mundo entero que estábamos poniendo en riesgo nuestras propias vidas con tal de lograr la libertad de Denis (Solís).
Durante esos días el régimen nos hace muchas cosas: hacen que un vecino rompa la puerta para sacarme con violencia, nos tiran ácido por un balcón, nos hacen mitin de repudio, montan un operativo militar a los alrededores de mi casa e impiden que mis familiares entren a su propia casa. Solo dejan entrar a mi mamá. El 26 de noviembre entran a mi casa y sacan a todo el mundo con mucha violencia. Eso detonó el 27 de noviembre”.
Las respuestas del Ministerio de Cultura
Para el gobierno, lejos de ser demandas de grupos de ciudadanos que exigen libertad de expresión, las intenciones de los voceros del 27N esconden intereses de gobiernos extranjeros que pretenden arruinar la revolución.
“El ministro de Cultura no se reunirá con personas que tienen contacto directo y reciben financiamiento, apoyo logístico y respaldo propagandístico del gobierno de Estados Unidos y sus funcionarios. Tampoco lo hará con medios de prensa financiados por agencias federales estadounidenses”, se lee en un comunicado del pasado 4 de diciembre.
Celia González, graduada de la Universidad de las Artes en Cuba maestra en Antropología visual en Ecuador, le explicó al El Espectador una de las razones de la fuerza de este movimiento:
“Durante años artistas y activistas que no son graduados de escuelas de arte, que son negros, de barrios pobres, que han sufrido represión varias veces y la otra escena de arte cubana estuvo distante. Eso es una cosa muy particular porque ahora mismo la escena del arte blanca, graduada de escuela este nucleándose y defendiendo los derechos de todos los artistas.
El Estado no entiende por qué los artistas que tienen posibilidades de tener visibilidad con su obra se están preocupando por los negros de un barrio pobre”.
“El 27N fracasará”, dice el ministro de Cultura de Cuba
El ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso, auguró el fracaso de lo que, dijo, son intentos de utilizar la cultura con fines subversivos contra la revolución, tras dos movilizaciones en los últimos meses por libertad de expresión.
Al celebrar el 60° aniversario del discurso conocido como “Palabras a los intelectuales”, pronunciado en 1961 por Fidel Castro para marcar el rumbo de la política cultural de la isla, Alonso anunció un amplio programa de actividades artísticas e intelectuales para promover el “diálogo y la crítica responsables” entre los creadores.
Sabemos lo que representa nuestra cultura frente a los intentos de recolonización puestos en marcha contra nuestros pueblos, no ignoramos los esfuerzos y los recursos millonarios que se emplean para utilizar la cultura con fines subversivos contra la revolución. Fracasarán”, indicó.
Para el gobierno cubano, las manifestaciones y reclamos del 27N son impulsadas desde Washington por la CIA.